YUGOSLAVIA: Elecciones en Montenegro ponen a prueba la federación

Los ciudadanos de Montenegro irán a las urnas el domingo con 52 por ciento de las preferencias para el presidente Milo Djukanovic, cuya elección representa una virtual declaración de independencia de la federación yugoslava.

Montenegro tiene 650.000 habitantes y constituye junto con Serbia —con una población de 7,5 millones de personas— la República Federal de Yugoslavia.

Djukanovic aboga desde hace años por la independencia de su país. Si su coalición «La Victoria Pertenece a Montenegro» gana el domingo, el presidente prometió un referéndum sobre la independencia para fines de junio.

Con un total de 447.673 habilitados para votar, las encuestas de opinión dan una ventaja de 52 por ciento a la coalición, lo cual le aseguraría la mayoría en el parlamento de 77 bancas.

Así mismo, los sondeos también señalan que 58 por ciento de los ciudadanos votarían en favor de la independencia en el prometido referéndum.

Un año atrás, muchos montenegrinos creían que su país no tendría futuro mientras la federación continuara bajo el liderazgo del serbio Slobodan Milosevic. Pero la caída de Milosevic no modificó la postura de Djukanovic, quien continúa firme en su afán de independencia.

Sin embargo, la semana pasada la Unión Europea (UE) advirtió que retiraría su ayuda financiera al país si las elecciones amenazan de algún modo a la federación yugoslava. Si bien Montenegro depende de la ayuda extranjera directa, la advertencia tuvo escaso impacto en el país.

«Hemos avanzado mucho en el camino hacia la independencia», dijo Djukanovic a sus seguidores el miércoles, durante el acto final de su campaña. «No hay futuro para nosotros si seguimos ligados a Serbia».

Desde 1998, Montenegro ha desarrollado una progresiva secesión que incluyó un sistema monetario propio basado en el marco alemán. Los únicos vínculos federales con Belgrado son el ejército y las redes de control del tráfico aéreo.

El rival electoral de Djukanovic es Predrag Bulatovic, un aliado del ex presidente Milosevic que encabeza la coalición Juntos por Yugoslavia. Bulatovic defendió la permanencia en la federación como única forma de asegurar la sobrevivencia económica de Montenegro.

Por otra parte Bulatovic acusó a Djukanovic de permitir que el país se convirtiera en «un paraíso para los contrabandistas». Djukanovic ha sido responsabilizado de involucrarse en oscuros negocios con varias familias de la mafia (organización criminal) del sur de Italia.

Por otra parte, los analistas advierten que las elecciones y el referéndum pendiente tendrán repercusiones en la federación yugoslava y en toda la región de los Balcanes.

La ex Yugoslavia se dividió con sucesivas guerras en la última década, dando lugar a varios estados nuevos. «Si se produjera la secesión de Montenegro, habría problemas en todas las fronteras serbias y en Kosovo», afirmó el analista político Stevan Lilic, en Belgrado.

Kosovo es la provincia serbia más meridional, habitada por una población mayoritariamente de origen albanés, y se encuentra gobernada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde 1999, cuando finalizó la guerra civil.

Si Montenegro se independizara, «la presión de la mayoría albano-kosovar para abandonar la federación y proclamar la independencia crecería aún más», agregó Lilic. «Y luego las mismas demandas vendrían de los albaneses de Macedonia».

Los albaneses de Macedonia tomaron las armas en marzo en demanda de mayor autonomía en la república de dos millones de habitantes. El levantamiento fue respaldado por los albano- kosovares, pero finalmente fue sofocado con la ayuda de la comunidad internacional.

«Permitir que Montenegro avance a una total independencia significa redefinir las fronteras en los Balcanes una vez más, después de una década de cruentas guerras», dijo a IPS el analista político Bratislav Grubacic.

«Los serbios de Bosinia podrían demandar unirse a Serbia, los croatas podrían hacer lo mismo… Si la comunidad internacional hace la vista gorda ante el secesionismo de Montenegro, tendrá que enfrentar pruebas enormes», señaló Grubacic.

La guerra de Bosnia-Herzegovina en la que participaron serbios, croatas y musulmanes, finalizó en 1995. Sin embargo, muchos croatas y serbios aún confían en reunificar a sus países de origen, lo cual significaría la disolución de Bosnia.

Por su parte, el nuevo gobierno de Belgrado tomó distancia de las posturas del ex presidente Milosevic —que solía amenazar a Montenegro con la intervención militar— y afirmó que respetará el deseo de los votantes.

«Las autoridades de Belgrado actuarán democráticamente y aceptarán incluso una decisión que implique la separación de Montenegro», dijo el presidente yugoslavo Vojislav Kostunica a los periodistas.

El primer ministro serbio Zoran Djindjic se hizo eco de las palabras del presidente. «Si el pueblo de Montenegro decide tener un estado independiente, pues que lo haga. La mayoría de la población debe decidir en qué clase de estado quiere vivir», sostuvo.

No obstante, Kostunica y Djindjic afirmaron en un comunicado esta semana que se sentirían «muy satisfechos si Montenegro decide permanecer dentro de la federación. En ese caso, estaríamos felices de dialogar para redefinir el estado común y las relaciones internas», sostuvieron ambos gobernantes. (FIN/IPS/tra- en/vpz/mn/dc/aq/ip/01

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