VIETNAM: Nuevo líder comunista impulsará reformas económicas

La elección esta semana de un líder reformista para conducir a Vietnam a principios del siglo XXI refleja la intención del gobernante Partido Comunista de dar nuevo impulso a su programa de reformas económicas.

Aunque ni diplomáticos ni analistas esperan de Nong Duc Manh medidas radicalmente opuestas a una economía socialista, sí prevén una mayor apertura a las reformas, que a su vez podrían acelerar la campaña de «doi moi» (renovación) lanzada hace más de una década.

Manh, de 61 años, fue elegido el día 22 como nuevo secretario general del Partido Comunista de Vietnam -«la organización conductora de la sociedad», según la Constitución-, en sustitución del conservador Le Kha Phieu, de 70 años.

El partido eligió también en su noveno congreso a 150 miembros para el nuevo Comité Central y a 15, cuatro de ellos nuevos, para el Politburó, el organismo que determina las políticas partidarias.

La elección de Manh dice mucho del camino que desean tomar los actuales gobernantes de Vietnam.

Manh es un ingeniero forestal formado en la antigua Unión Soviética. Sus reconocidas cualidades de mediador pueden ayudarle a lograr un consenso entre la vieja guardia del partido y la nueva generación reformista, señalaron analistas.

Aun la comunidad internacional reconoce la importancia de la asunción de Manh. Medios de prensa asiáticos lo describieron como un político abierto y dispuesto a promover las reformas económicas.

Sus metas principales son la construcción de un marco legal más transparente y la promoción de un ambiente equitativo para el crecimiento de todos los sectores económicos, independientemente de su condición de públicos o privados, nacionales o extranjeros.

«El éxito de la causa de la renovación en esta etapa depende del aprovechamiento oportuno de las oportunidades por parte del Partido y el pueblo», declaró Manh.

«Nos hemos abierto y continuaremos abriéndonos a todos los países», dijo en una conferencia de prensa luego de su nombramiento.

Su predecesor, Phieu, fue ambiguo en cuanto a las reformas y defendió el papel del sector público como conductor de la economía nacional durante su mandato de dos años y medio como jefe del Partido Comunista.

Manh enfrentará el problema de la corrupción y el creciente descontento de comunidades étnicas y rurales, en especial en las zonas montañosas del norte y el centro del país.

La estrategia económica del Partido Comunista para la próxima década prevé escasas concesiones para calmar a las comunidades campesinas.

Aunque señala la necesidad de hacer más para «mejorar el nivel de vida material y cultural de las minorías», el partido defiende la prioridad de los proyectos de infraestructura en gran escala, migración y cultivos comerciables, que aumentan el enojo de las comunidades montañesas.

Durante el mandato de Le Kha Phieu hubo varias manifestaciones callejeras en el municipio de Buon Me Thuot.

Medios occidentales vincularon las protestas con disputas por tierras y fricciones religiosas, mientras el gobierno apuntó su dedo hacia activistas de Fulro, un movimiento fundado durante el dominio francés por grupos étnicos separatistas, ahora respaldado por Estados Unidos.

Independientemente de las razones, el problema de las montañas centrales preocupa a los líderes de Vietnam y abrió el camino para Manh, que es el primer miembro de una minoría étnica en ocupar el máximo cargo del Partido Comunista.

Por lo tanto, una de sus tareas principales será lograr la armonía entre los 54 grupos étnicos de Vietnam.

En el plano diplomático, Manh deberá reconstruir las relaciones con Estados Unidos, deterioradas desde la asunción del presidente George W. Bush, en enero. El ánimo conciliador en los vínculos bilaterales había alcanzado su pico con la visita en noviembre del entonces presidente estadounidense Bill Clinton.

Hanoi se enojó con Washington por su decisión de ofrecer asilo a 25 vietnamitas de minorías étnicas que huyeron de la represión en su región montañesa central, y lo acusó de estimular el descontento.

Este mes, Hanoi también criticó una decisión de la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional que exhortó a Washington a bloquear el acceso de Vietnam a créditos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por supuestas «violaciones a la libertad religiosa».

Los proponentes del acuerdo comercial bilateral celebrado el año pasado temen que este enfrentamiento verbal demore su ratificación hasta dos años.

Manh y sus asesores reformistas creen que, una vez ratificado, el pacto abrirá el enorme mercado estadounidense a empresas vietnamitas.

El embajador de Estados Unidos, Pete Peterson, aseguró que los vínculos de su país con Vietnam permanecerán fuertes pese a los recientes sobresaltos.

«Confío en que nuestra relación superará cualquier dificultad actual», declaró.

Pero qué mejor noticia para Manh que la aprobación esta semana de un plan de reducción de la pobreza por el Banco Mundial, que dará lugar a un préstamo de 500 millones de dólares para el sector bancario y las empresas públicas.

El FMI también aprovó este año un programa interino de reducción de la pobreza destinado a promover las inversiones privadas y la competitividad en la economía vietnamita.

Así mismo, el servicio de inversionistas de la empresa calificadora de riesgo Moody's cambió la calificación crediticia de Vietnam de negativa a estable.

Informes de prensa indicaron que Moody's valoró el renovado compromiso de Vietnam con las reformas. (FIN/IPS/tra-en/tdtl/ral/js/mlm/dv-ip/01

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