TRABAJO-MEXICO: Agoniza el viejo sindicalismo

El otrora poderoso sindicalismo de México, que apoyó durante 71 años los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aceleró su deterioro tras recibir un duro golpe del Poder Judicial, su antiguo aliado.

La Corte Suprema de Justicia decidió este mes, por una demanda de un grupo de trabajadores de una firma azucarera, que obtener o conservar un empleo en una empresa ya no depende de la afiliación a su sindicato, condición conocida en México como la «cláusula de exclusión».

Según los jueces, los empleados pueden renunciar a un sindicato o formar otro sin que eso amenace su permanencia en un empleo. La cláusula de exclusión, estipulada en las leyes laborales, es contraria a la Constitución, concluyeron.

Con la decisión se puso fin a décadas de control de los sindicatos únicos, casi siempre ligados al PRI, sobre los contratos colectivos y las plazas de una empresa.

No obstante, la Confederación Patronal advirtió que permitir la creación de múltiples sindicatos en una empresa o que sus empleados renuncien a sus centrales puede generar «cierto libertinaje».

Desde la Presidencia de Ernesto Zedillo (1994-2000), la Confederación de Trabajadores de México (CTM), central sindical del PRI que reúne a alrededor de cinco millones de personas, sufre divisiones y cuestionamientos, entre ellos acusaciones de corrupción.

Temerosa de que sus bases se rebelen contra el gobierno de Zedillo, la CTM suspendió durante los seis años de gestión de ese presidente las tradicionales marchas del 1 de mayo.

Para el próximo Día del Trabajo, la CTM realizará un acto en un recinto cerrado, mientras las otras centrales obreras marcharán por las calles de la capital y otras ciudades.

Con la llegada a la Presidencia en diciembre de Vicente Fox, el primero ajeno al PRI en siete decenios, se aceleró el deterioro de la CTM. Mientras, se fortalecían otras centrales originadas en grupos disidentes, como la Unión Nacional de Trabajadores.

Más de 500.000 trabajadores dejaron en los últimos tres años la CTM, central que en su historia nunca convocó una huelga nacional, según cálculos extraoficiales de expertos en asuntos laborales.

La CTM combatía la disidencia sobre la base de la cláusula de exclusión y negociaba desde las cúpulas los contratos colectivos, todo en nombre de la unidad y la defensa de los trabajadores.

Para los expertos, la jurisprudencia que sentó la Corte Suprema representa un golpe definitivo contra el corporativismo sindical. Sin embargo, para los viejos líderes obreros ligados al PRI, el fallo demostró el interés del gobierno por acabar con el sindicalismo y dividir a los trabajadores.

Con la cláusula de exclusión, muchos sindicatos abandonaron el objetivo de defender los derechos de los trabajadores y se convirtieron en simples monopolios que utilizaban ese privilegio para ganar poder, sostuvo Sergio Sarmiento, columnista del diario Reforma.

En el pasado, la Corte Suprema siempre se rehusaba a pronunciarse sobre la cláusula de exclusión y sus miembros jamás emitieron alguna resolución que afectara a la CTM o al PRI

Pero en 1996, cuando varias reformas legales garantizaron su independencia, la Corte Suprema comenzó a emitir resoluciones que afectaron intereses políticos antes intocatables.

«El fallo contra la cláusula de exclusión representa un gran avance en los esfuerzos por acotar el corporativismo sindical y demuestra los cambios que se viven en México», dijo a IPS el investigador de cuestiones laborales Fernando Herrera, de la Universidad Autónoma Metropolitana.

«Esto abre la puerta para la libertad sindical. Los dirigentes corporativos, habituados a abusar de su cargo y a la falta de democracia interna, por supuesto que van a reaccionar en contra», comentó Herrera.

Para el abogado constitucionalista Ignacio Burgoa, «la Corte Suprema, libre ya de tantos prejuicios, consideró con acierto que todo obstáculo que restrinja la libertad sindical debe ser removido»,

Para José Ramírez, diputado del PRI y miembro del Comité Ejecutivo de la CTM, el fallo de la Corte Suprema «demuestra la tendencia derechista del gobierno del presidente Fox y su objetivo de acabar con el sindicalismo».

A pesar de las amenazas dirigidas por la CTM a Fox y a sus estrategias económicas y políticas, el grupo no ha realizado ninguna acción de protesta y, por el contrario, aceptó todas las invitaciones del gobierno a dialogar.

«Están débiles y ya no tienen oportunidad de oponerse a la ola de cambios que vive el país», opinó el analista Santiago Trejo. (FIN/IPS/dc/mj/lb/01

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