SALUD-AFRICA: Malaria causa un millón de muertes por año

Africa celebra hoy su primer Día contra la Malaria, enfermedad que mata a un millón de personas por año en el continente y cuyo control representaría un beneficio de hasta 12.000 millones de dólares anuales, según un estudio de la OMS que calcula los costos económicos de la epidemia.

La infección es provocada por un parásito trasmitido a los seres humanos por la hembra del mosquito anofeles, vector de la infección.

Si bien existen métodos efectivos para prevenirla, en muchas regiones el parásito generó resistencia a la gran mayoría de los medicamentos de bajo costo disponibles.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) registra 300 millones de casos anuales. Más de 90 por ciento ocurren en Africa, donde también suceden 90 por ciento de las muertes. Esto representa casi un millón de muertes anuales en el continente, de las cuales 700.000 son de niños.

La malaria fue subestimada ante otras enfermedades mortales en los países pobres pese a su efecto destructivo de largo alcance no sólo en la salud, sino en el desarrollo económico y social.

Cada año, la malaria frena en 1,3 por ciento el desarrollo económico de Africa, según un estudio realizado por la OMS.

Si se hubiera eliminado la epidemia hace 35 años en Africa subsahariana, el producto interno bruto (PIB) de la región habría crecido 32 por ciento hasta el año pasado, según el mismo estudio.

En términos monetarios, el PIB de la región habría aumentado 100.000 millones de dólares, casi 300 por ciento más que el total de la ayuda al desarrollo recibida por Africa en 2000.

«Los beneficios inmediatos del control de la malaria podrían estimarse entre 3.000 y 12.000 millones de dólares por año», sostuvo el director regional para Africa de la OMS, Ebrahim Samba.

«Los estudios a gran escala demostraron que el uso de mosquiteros (tela de gasa fina que se cuelga en torno al lecho para evitar las picaduras de mosquitos) y de insecticidas piretroides biodegradables reducirían en 30 por ciento las muertes por malaria», aseguró Samba.

«La necesidad de mosquiteros se explica porque del millón de muertos anuales, 700.000 son niños. Sin embargo, sólo dos por ciento de los niños africanos son protegidos de los mosquitos», sostuvo.

Pese a los intentos de combatirla, la malaria es responsable de 20 por ciento de la mortalidad infantil en menores de cinco años, y constituye 10 por ciento del conjunto de enfermedades del continente.

La enfermedad causa entre 30 y 50 por ciento de las internaciones hospitalarias, consume 40 por ciento de los gastos públicos en salud y exige hasta 50 por ciento de las consultas médicas externas en las áreas infestadas de Africa.

De hecho, la malaria está creciendo y propagándose a zonas que estaban libres de la infección. Esto se debe, entre otras razones, a la «búsqueda del desarrollo económico a corto plazo, los desplazamientos de población que huye de conflictos armados y los desastres naturales», afirmó Samba.

Durante los períodos posteriores a conflictos o desastres naturales crece el número de personas muertas de malaria. Por tanto el programa de la OMS Roll Back Malaria se dedica a atender las necesidades sanitarias de la población afectada por tales situaciones de emergencia.

Por otra parte, la construcción vial, el talado de árboles para crear zonas de cultivos o instalar industrias y la explotación minera también generan hábitats favarables para la cría de los mosquitos trasmisores.

«Nuestro objetivo es reducir a la mitad la mortalidad de la malaria en los próximos diez años. Para lograrlo hay que incrementar la detección y el tratamiento tempranos con las terapias y la medicación adecuada», afirmó Samba.

La campaña contra la malaria está creciendo en buena parte del mundo, en particular en Africa, donde los dirigentes políticos y diversos grupos de asistencia a la salud combinan sus fuerzas. No obstante, según Samba, aún se requiere mucha más voluntad política de los gobiernos africanos.

Esta semama los jefes de estado y de gobierno africanos y los representantes de la OMS, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del Banco Mundial se reúnen en Ubaja, Nigeria, para un seguimiento de la Declaración de Abril de 2000, realizada en la misma ciudad.

«El renacer de Africa será imposible mientras continúe el azote actual de la malaria… Estamos empobrecidos por la malaria», dijo el presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo con motivo de la celebración del día contra la enfermedad.

«El peso de la deuda agravó la situación. La gravedad de esta epidemia con todas sus ramificaciones es un poderoso argumento para la condonación de toda la deuda de Africa», declaró Obasanjo.

Si bien la epidemia había sido confinada a las regiones tropicales más pobres de Africa, Asia y América Latina, la OMS advierte que volvió a aparecer en algunas zonas de donde había sido erradicada. La mayoría de las víctimas son niños menores de cinco años y mujeres embarazadas.

En Etiopía, casi 40 por ciento de los 62 millones de habitantes están en peligro de contraer la enfermedad. En Malawi, la malaria es la primera enfermedad y la primera causa de muerte en los niños menores de cinco años.

«Es completamente inaceptable que muera un niño cada 30 segundos por malaria, cuando existen métodos efectivos y de bajo costo para evitar la infección», dijo Carol Bellamy, directora ejecutiva de UNICEF.

«Una de cada cuatro muertes infantiles en Africa es por malaria. Hay que ampliar los programas de suministro de mosquiteros y medicamentos a todas las mujeres y niños amenazados por esta crisis silenciosa», agregó.

Por otra parte, la OMS creó un medicamento para la malaria diseñado específicamente para niños con síntomas graves que no pueden acceder rápidamente a un tratamiento antiinfeccioso inyectable.

Esta droga, Artesunate, un derivado de una hierba china, detiene el curso de la infección y permite que el paciente recupere la conciencia y llegue a un centro de salud donde se le suministra un tratamiento definitivo basado en medicamentos orales.

Las pruebas realizadas en Ghana, Malawi, Sudáfrica y Tailandia mostraron que una dosis única permite una rápida recuperación en 24 horas. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/dc/aq/he/01

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