El proyecto de convenio internacional para la lucha contra el tabaco que se discute en Ginebra adolece de debilidades, en particular respecto de la publicidad y la promoción del producto, criticaron organizaciones de la sociedad civil.
El texto resulta insuficiente en varios aspectos clave, como la publicidad y la promoción, alegó la Alianza del Convenio Marco, una red integrada por un centenar de organizaciones no gubernamentales de todos los continentes.
La negociación del convenio, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se reanudó este lunes con participación de representantes de los gobiernos, la industria, los agricultores y de los activistas contra el tabaco.
El objetivo del convenio, resumido por el presidente de la negociación, Celso Amorim, de Brasil, es en reducir el consumo de tabaco de manera continuada y sustancial.
El tratado, que se proyecta concluir en 2003, deberá proteger a las generaciones presentes y futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo de tabaco.
El debate de esta semana gira en torno del texto presentado por Amorim, que resumió los resultados de las negociaciones iniciales, realizadas en octubre pasado.
Amorim, ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, rechazó los juicios de las organizaciones no gubernamentales que calificaron su texto de «débil».
La negociación se desarrolla en un proceso entre gobiernos con dos requisitos básicos: que el convenio resulte provechoso y que pueda ser ratificado por los estados firmantes. El proyecto fue redactado dentro de esos límites, precisó Amorim.
Fuentes de los negociadores observaron que en numerosas delegaciones de países se registran posiciones divergentes pues están integradas por representantes de Ministerios de Salud, favorables a un convenio estricto, y de la industria o de los agricultores, que lo rechazan de plano o solo aceptan un compromiso laxo.
La Alianza de organizaciones no gubernamentales se declaró alentada por los objetivos comprometidos en la reunión de octubre, que incluyen la prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco, además de medidas para combatir el contrabando.
Sin embargo, la redacción de esas medidas resulta insuficiente, estimó la Alianza, que reclama un convenio «enérgico y específico» guiado por el principio de la protección y la promoción de la salud pública.
El tabaquismo causa en la actualidad cuatro millones de decesos por año y si se mantiene la misma tendencia, las muertes por ese motivo ascenderán a 10 millones en 2030.
En la cuestión de publicidad y promoción, los activistas sostienen que el texto dedica gran atención a la prevención entre la juventud, mientras «ignora las legítimas necesidades sanitarias de los adultos».
Amorim, que desechó esas observaciones, recordó que el proyecto de convenio contiene disposiciones muy restrictivas, como la eliminación progresiva de la publicidad a través de las fronteras y del patrocinio de espectáculos deportivos.
La prohibición de publicidad del tabaco a través de transmisiones electrónicas destinadas a menores de 18 años es una medida que se puede imponer y que limitará también la publicidad que llega a los mayores de esa edad, opinó el diplomático.
Uno de los puntos más espinosos del convenio para la lucha antitabáquica se relaciona con la inclusión de posibles disposiciones sobre responsabilidad e indemnización por los daños causados por el tabaco.
Ese asunto afecta primordialmente a las grandes compañias tabacaleras transnacionales, pero también a gobiernos de países que monopolizan la industrialización del tabaco, como Japón y China.
Amorim refirió que en un seminario convocado por la OMS a principios de este mes no se alcanzaron conclusiones. El debate sigue abierto, dijo. (FIN/IPS/pc/mj/he/01