RELIGION-GUATEMALA: Mayas celebran su propia crucifixión

Los pueblos mayas de Guatemala celebran durante los días de la Semana Santa católica su propio calvario de más de 500 años, de atropellos contra su cultura, pensamiento y derechos humanos, como explicaron líderes indígenas.

Ronaldo Similox, sacerdote maya de Chimaltenango, 30 kilómetros al noroeste de la capital, expresó a la prensa local que el sentido de la Semana Santa para los mayas es expresar el martirio de la crucifixión que han sufrido en los últimos cinco siglos.

Similox detalló que en estos días de retiro los indígenas mayas realizan ceremonias para reconciliarse con la «madre tierra» y pedir perdón por sus culpas.

«Presentamos ofrendas que vienen de la misma naturaleza, como candelas de diferentes colores, mirra, incienso y pom (corteza de los árboles procesada que se vuelve aserrín y se mezcla con resina)», narró el sacerdote.

Esta celebración tiene un significado especial en Guatemala, donde la población indígena llega a 7,9 millones de personas, 66 por ciento de los 12 millones de habitantes, según datos del Instituto Indigenista Interamericano, de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los mayas también están asentados en El Salvador y Honduras, donde tratan de conservar su idioma y su tradiciones.

Durante esta semana, en la que la Iglesia Católica recuerda la muerte y resurrección de Jesucristo, miles de centroamericanos gozan de vacaciones.

Por eso, mientras muchas familias de la región han viajado a sitios de veraneo o participan de multitudinarias manifestaciones católicas, como procesiones, misas y otras, los líderes indígenas mayas preparan sus propios ritos.

«Buscamos el equilibrio con el ambiente, para que nos siga dando oxígeno y alimentos, algo olvidado por la cultura occidental», comentó Similox al diario guatemalteco «Siglo Veintiuno».

En Chimaltenango, ciudad con alta población indígena, los rituales son encabezados por dos decenas de sacerdotes, quienes, junto a sus feligreses, se concentran frente al altar mayor, que es un cerro o un bosque.

El viernes de Semana Santa, día en que los católicos conmemoran la crucifixión de Jesucristo, el calendario maya indica que debe recordarse la «pzoi», es decir, la justicia.

Similox explica que este viernes las plegarias están mezcladas con peticiones para que la justicia llegue a todos los pueblos indígenas y a los no indígenas del mundo.

«Es como un sermón que está a cargo de los sacerdotes», explica el sacerdote maya.

Recordó, además, que antes de que se firmaran en Guatemala los acuerdos de paz, en diciembre de 1996, estas celebraciones eran tomadas por las autoridades como actos de subversión.

En el calendario maya el año nuevo llegó el 24 de febrero y, aunque los pueblos indígenas son respetuosos de las tradiciones católicas y evangélicas, ellos dedican estos días libres para meditar sobre la salud del pueblo y sobre la situación educativa y económica del país.

Las celebraciones mayas de esta Semana Santa encuentra a Guatemala sumida en una severa crisis política, económica y de violencia social.

Al escándalo de corrupción desatado tras la quiebra de dos bancos privados, se le sumó una cadena de robos y secuestros y un ambiente de inestabilidad política.

Sin embargo, los problemas de Guatemala reconocen causas de larga data, como la marginación que han sufrido a lo largo de los siglos los indígenas de este país y del resto de América Central.

Un informe elaborado en 1999 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señala que los pueblos indígenas son los que enfrentan las mayores exclusiones en el istmo.

Vitalino Similox, líder indígena maya y político que ha aspirado a cargos públicos, envió esta semana un mensaje público al gobierno de Alfonso Portillo para que rectifique sus errores y saque al país de la turbulencia social y política.

«En todo caso, deberíamos aprovechar la oportunidad para analizar por qué está el país como está, qué tenemos que hacer como personas y familias para sacarlo adelante y recobrar la brújula que parecen haber perdido nuestros líderes», expresó.

Similox agregó que cada ciudadano guatemalteco no debería echarle la culpa a «otros» por lo que está pasando en su país, y más bien toda la sociedad debería tratar de ayudar a buscar soluciones. (FIN/IPS/nms/dm/cr/01

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