La candidata socialcristiana a la Presidencia de Perú, Lourdes Flores, aspira a atraer los votos del ex presidente Alan García para imponerse en segunda vuelta electoral al economista Alejandro Toledo, quien con seguridad saldrá primero en la puja de este domingo.
De conseguirlo, sería la más amplia alianza política al frente de un gobierno latinoamericano articulado por un movimiento socialcristiano, pues abarca desde el neoliberalismo al comunismo, pasando por la socialdemocracia.
Los partidarios de Flores señalan que no tendría nada de raro que incorpore al sector socialdemócrata a su proyecto de gobierno de Unidad Nacional, pues ya incluyó a su plancha presidencial al economista liberal Drago Kisic y al dirigente sindical comunista Luis Risco.
La incorporación a la fórmula de Flores de Kisic, ex presidente del Instituto Peruano de Administración de Empresas, y de Risco, sindicalista negro del sector de la construcción, llevó a analistas a afirmar que la plancha presidencial fue confeccionada con criterios de mercadotecnia.
«La plancha de Lourdes parece un afiche de Beneton, esa empresa que vende pantalones con avisos publicitarios étnicos, usando a un niñito negro al lado de uno rubio», comentó la socióloga Ana Gisper, del no gubernamental Centro de Estudios y Publicaciones.
Tras anunciar la plancha presidencial de la alianza Unidad Nacional, Flores comenzó a escalar las encuestas con rapidez, pasando del cuarto lugar en enero al segundo en marzo.
Según la legislación electoral peruana, para ganar en la primera ronda se necesita superar 50 por ciento de los sufragios válidos, o sea sin tomar en cuenta los votos anulados y en blanco.
Es probable que ningún candidato alcance esa votación y que la contienda se resuelva en una segunda ronda que las autoridades electorales deberán convocar para mayo o junio.
Según la última encuesta de la consultora IMA, difundida el jueves pasado, Toledo, ex funcionario del Banco Mundial, se mantiene en el primer lugar con 37,3 por ciento de las intenciones de voto, y Flores, segunda con 23,9 por ciento.
García, del socialdemócrata Partido Aprista, tendría según la encuesta 20,5 por ciento de las intenciones de voto y podría ser la sorpresa de este domingo. Pero de llegar tercero, como prevén las encuestas, se ubicaría en el fiel de la balanza.
El candidato aprista descartó antes una alianza con Flores o Toledo. «La opción socialdemócrata es irreconciliable con el neoliberalismo», dijo entonces. Pero es obvio que de no poder pasar a la segunda ronda tendrá que optar entre los dos principales candidatos.
La líder socialcristiana replicó que ella no es neoliberal ni defensora extrema de la economía de mercado, sino que adhiere a la doctrina social de la Iglesia Católica, basada en la encíclica «Rerum Novarum», y cuyo modelo se denomina «economía social de mercado».
Por su parte, Toledo rehúye definiciones programáticas. Sus discursos destacan su origen familiar indígena y humilde, y compite con el candidato aprista en el torneo de ofertas de aumento de sueldo y de obras públicas.
García no aceptó públicamente la alianza ofrecida por Lourdes Flores, al parecer para no enterrar anticipadamente sus expectativas, y confía que en el 30 por ciento de indecisos que aparecen en las encuestas haya muchos «votos escondidos» a su favor.
El ex presidente también podría atender ofertas de Toledo para aportarle sus votos en una eventual segunda vuelta, pero el ex funcionario del Banco Mundial desconfía de ese desenlace, y pide a sus partidarios a que redoblen sus esfuerzos para ganar en la primera ronda.
Flores es una ex parlamentaria que ejerció una dura oposición contra el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000). Abogada de 41 años y soltera, respondió con una carcajada y un «qué te importa» a la pregunta del conductor televisivo Jaime Bayly de si era virgen.
En 1992 fue incluida por el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, Suiza, entre los 200 líderes jóvenes del mundo, y en 1999 la revista estadounidense Time y la cadena de noticias por televisión CNN la eligieron los 100 líderes iberoamericanos del siglo XXI.
En marzo, en un acto político en Lima, Flores logró ubicar en el estrado a varios ex presidentes latinoamericanos socialcristianos, entre ellos el chileno Eduardo Frei, el colombiano Belisario Betancourt y el guatemalteco Vinicio Cerezo.
Lourdes Flores es hace dos años vicepresidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), entidad que agrupa a 34 partidos de 26 países y que representa, según sus dirigentes, a 30 por ciento del electorado latinoamericano.
En octubre, la ODCA decidió acoger en su seno otras fuerzas políticas sin tradición democristianas, como el Partido Conservador de Colombia, el Justicialista de Argentina (peronismo) y el Partido Acción Nacional de Mexico al que pertenece el actual presidente Vicente Fox.
La invitación a fuerzas políticas disímiles a adherirse a su candidatura no carece de antecedentes, aunque en Perú todavía provoca suspicacias y rechazos, en especial la participación del comunista Risco.
«La economía social de mercado rechaza la ley de la selva del modelo liberal de la economía de mercado, pero tampoco admite trabar las energía y la eficacia del desarrollo en el populismo del paternalismo estatal», dijo Flores.
Un sector de la prensa local recordó la adhesión de Risco a la Revolución Cubana y su ignorancia personal sobre asuntos de política internacional. Entrevistado, no pudo mencionar más de cuatro presidentes latinoamericanos.
«Soy comunista. Lo digo clara y públicamente. Cuando se derrumbó la Unión Soviética seguí siendo comunista, cuando se cayó el muro de Berlín seguí siendo comunista, y ahora que estoy en esta plancha presidencial, reafirmé mi postura comunista», dijo.
Frente a la acusación de oportunismo por aceptar una alianza con sus adversarios ideológicos, Risco manifestó: «Estar dispuesto a concertar no significa negar la lucha de clases, sino admitir un escenario nuevo para dirimir la diferencia de intereses entre los trabajadores y los empresarios.» (FIN/IPS/al/mj/ip/01
