MALASIA: Gobierno inquieto lanza nueva campaña de represión

La detención esta semana de siete opositores en Malasia refleja la inquietud del gobierno en vísperas del segundo aniversario de la condena del ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, cuya expulsión del poder dio origen al movimiento de reforma.

El sábado 14 se cumplirán dos años desde que Anwar, alguna vez el más probable sucesor del primer ministro Mahathir Mohamad, fuera condenado por abuso de poder en un polémico juicio que el acusado atribuyó a un complot para derrocarlo, tras su distanciamiento del primer mandatario.

En agosto del año pasado, Anwar también fue sentenciado a nueve años de prisión por sodomía.

La redada policial del martes y miércoles refleja la inquietud de las autoridades por las protestas masivas programadas en tiempos muy difíciles para el gobierno, dado que la oposición ha hecho grandes avances políticos, las perspectivas económicas son inciertas y los sindicatos propusieron un piquete nacional.

La policía confirmó el miércoles que tres de los activistas fueron detenidos de acuerdo con la Ley de Seguridad Interna de 1960, que permite el arresto indefinido sin juicio.

Entre los detenidos se encuentra Saari Sungib, miembro del consejo supremo del opositor Partido de la Justicia Nacional (keADILan), compuesto por aliados de Anwar.

Saari encabeza un Comité de Defensa de los Derechos Humanos que debía entregar un «memorando de los ciudadanos» a la Comisión de Derechos Humanos de Malasia (Suhakam) el 14 de abril.

Anteriormente, Saari había encabezado comités organizadores de dos masivas manifestaciones del movimiento «reformasi» (reforma) cerca de la capital Kuala Lumpur, en noviembre y el pasado 20 de enero.

Paradojalmente, el memorando iba a destacar la necesidad de proteger los derechos básicos de los ciudadanos, entre ellos la libertad de expresión y reunión.

También están detenidos el activista y columnista de Internet Hishamuddin Rais y el director de la Campaña para Liberar a Anwar, Raja Petra Kamaruddin.

Así mismo, trascendió que la policía arrestó a Tian Chuan, vicepresidente de keADILan, a Mohamad Ezam Mohd Nor, líder de la juventud del partido, a Gobala Krishnan, secretario de la juventud, y a Abdul Ghani Harun, miembro del comité de la juventud.

Varios de los detenidos habían sido arrestados anteriormente, y ahora enfrentan diversos cargos.

Abdullah Badawi, viceprimer ministro y ministro del Interior, observó que la policía tiene la prerrogativa de detener a cualquier persona de acuerdo con la Ley de Seguridad Interna.

«La policía puede actuar según las leyes y reglamentos existentes», destacó.

Los grupos de derechos humanos condenan la Ley de Seguridad Interna, que permite a la policía detener e interrogar a sospechosos durante 60 días. Luego de ese plazo, el ministro del Interior debe autorizar la detención y explicar sus razones. Esa autorización puede tener una vigencia de dos años y renovarse.

Las protestas contra esta ley aumentaron con el movimiento de reforma desatado por la expulsión de Anwar, en septiembre de 1998, y desde entonces raramente se ha aplicado.

La policía realizó el año pasado una redada masiva para hacer fracasar los planes para el «14 negro», el primer aniversario de la condena de Anwar, y detuvo a decenas de activistas pero en base a otras leyes.

Lim Kit Siang, presidente del opositor Partido de la Acción Democrática, recordó que Mahathir pronunció un discurso «amenazador» el día 3.

El primer ministro amenazó con «apartarse de las llamadas normas internacionales» para aplicar «las leyes malasias con todo su rigor» contra los partidos opositores, a los que acusó de incitar al odio racial y confabularse con extranjeros para derrocar a su gobierno.

La aplicación de la Ley de Seguridad Interna contra opositores podría ser una señal de divisiones internas en el gobierno de Mahathir, opinó Lim.

Señaló además la «marginación» de Abdullah Badawi como viceprimer ministro y ministro del Interior «por su oposición a la aplicación de la Ley de Seguridad Interna para silenciar a la oposición».

Abdullah se había transformado en el más probable sucesor de Mahathir tras la expulsión de Anwar.

Mientras, Anwar sigue siendo una figura destacada en el escenario político, aún desde la cárcel.

Actualmente es el centro de una disputa sobre si se le debe permitir viajar a Alemania para someterse a una operación de columna con invasión mínima, como lo recomendó su médico holandés.

También se ha transformado en un centro no declarado de atención mientras la gobernante Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO) se prepara para su asamblea general, a mediados de año.

Aunque la UMNO centró sus críticas en el partido islámico PAS, también es consciente de la amenaza que representa keADILan.

«Aunque el PAS tiene un apoyo importante de la comunidad malaya musulmana, en especial en el norte y noreste del país, el respaldo a keADILan atraviesa todos los grupos étnicos y regiones», observó un analista político.

En una elección parcial realizada en noviembre en el norteño Kedah, el estado natal de Mahathir, keADILan le arrebató un escaño a la coalición de gobierno, que mantenía desde la independencia nacional.

La victoria de keADILan constituyó un duro revés para el gobierno y fue atribuida a un viraje de opinión entre los malasios de origen chino, que anteriormente respaldaban en forma masiva a la coalición gobernante.

A la incertidumbre política se agrega la económica. Las previsiones de crecimiento del producto interno bruto debieron ser revisadas a la baja, de siete a cinco por ciento, y quizá disminuyan más por efecto de la desaceleración de las economías de Estados Unidos y Japón. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ip-hd/01

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