ENERGIA-EEUU: Expertos piden cambio integral de política

El presidente George W. Bush debe adoptar una política integral de energía que incremente la oferta mundial de petróleo y gas y reduzca la presión de la demanda en Estados Unidos y el exterior, exhortó un grupo de expertos.

Un informe de los expertos advierte que la crisis energética de este año en California es una advertencia de lo que podría ser un futuro caracterizado por la escasez de electricidad, gas natural y petróleo, de no existir una política más intervencionista.

El estudio lleva la firma de 51 especialistas en energía y política exterior reunidos por el influyente Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York y el Instituto de Política Pública James A. Baker III, de la Universidad Rice.

Varios funcionarios del gobierno del padre de Bush, así como otros que cooperaron en la campaña electoral del actual presidente, firmaron el informe.

Este destaca que los recursos y las reservas de energía del mundo no se están agotando, sino que la falta de inversión en la infraestructura básica y el gran incremento del uso energético en Estados Unidos y en todo el planeta crearon dificultades para su distribución.

Las mismas se deben a que los sucesivos gobiernos no adoptaron una estrategia que garantice la oferta en el futuro, debido a que se conformaron con los precios históricamente bajos del petróleo causados por la acumulación de superávits en los combustibles derivados del carbono en los últimos 20 años.

Pero el crecimiento económico mundial aumentó la demanda de energía, lo cual eliminó esos superávits.

«En consecuencia, el mundo ahora se acerca peligrosamente a usar toda su capacidad de producción petrolera mundial», según el informe. Las existencias son tan limitadas que cualquier accidente o interrupción en la producción podría provocar la peor crisis petrolera desde la década de 1970.

El informe plantea tres actitudes que podría tomar Washington. Una es la «fácil», o sea mantener la situación actual con la esperanza de que las fuerzas del mercado corrijan la situación por su cuenta. Los expertos consideran improbable que la misma funcione.

Otra es la de la «oferta», dirigida solamente a aumentar la oferta de combustible al aumentar la producción. Esta es «fundamental», según los expertos, y defendida por el gobierno de Bush, pero no bastará por sí sola, advierten, principalmente porque choca con las exigencias del público sobre protección ambiental.

En consecuencia, la única opción es una política integral de energía que equilibre las medidas dirigidas a la oferta con las de la demanda, según el estudio. Dicha actitud exigirá que los políticos realicen arduas negociaciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos.

«Todo plan integral seguramente se enfrentará a otros objetivos de la política de Estado. En cierta medida, se deberán hacer concesiones que afectarán algunos objetivos ambientales, ante los derechos de los estados, la política sobre Medio Oriente, la de sanciones económicas, la de Rusia», etc.

La política integral apunta a proteger y fomentar la diversidad de largo plazo de la oferta energética, tanto en lo que respecta a las fuentes de energía como a su origen geográfico, de conformidad con las prioridades de seguridad nacional y ambiental.

También insta a promover las fuerzas del mercado y a asegurar que el gobierno tenga la posibilidad de intervenir rápidamente en casos de fallas del mercado, accidentes o grave escasez, para crear un ambiente estable, competitivo y previsible.

Entre las medidas de corto plazo, el panel exhorta al gobierno a tomar una postura diplomática que permita a los productores de petróleo del Golfo, sobre todo a Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y Kuwait, a estar preparados para responder a toda escasez inesperada de la oferta en tiempos de inestabilidad.

El informe también insta a fortalecer la coordinación a todo nivel con los aliados de Washington en Europa y Japón en lo que respecta a los casos de escasez.

El gobierno debe minimizar los conflictos públicos por los precios con los países exportadores de petróleo, incluso los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y reducir el sentimiento antiestadounidense en Medio Oriente al tratar por separado el conflicto entre árabes e israelíes.

En ese sentido, también debe acceder a limitar las sanciones petroleras contra Iraq si este acepta un régimen de control de armas.

Los expertos consideran que Washington debe reconsiderar su postura contraria a la exportación de petróleo procedente del mar Caspio a través de Irán o Rusia.

El informe también propone algunas iniciativas a largo plazo, como la de alentar a países como Brasil, China e India a mantener reservas estratégicas de energía, mientras refuerza las de sus aliados industrializados.

Así mismo, Estados Unidos debe fomentar la conservación y eficiencia energética del resto del mundo mediante la transferencia tecnológica.

Washington deberá adoptar una «posición internacional creíble sobre el recalentamiento planetario» para reavivar las discusiones internacionales sobre cambio climático.

Los expertos también exhortan al gobierno de Bush a reforzar las iniciativas diplomáticas existentes para impulsar la inversión y la producción en los países fuera de OPEP, como México y Rusia, pero también en miembros de la organización, como Arabia Saudita y Venezuela. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip if/01

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