DESARROLLO: FIDA pide más ayuda a países ricos para abatir pobreza

El sueco Lennart Bage, quien se convirtió esta semana en el cuarto presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), urgió a los países ricos a destinar 0,7 por ciento de su PIB a la ayuda para el desarrollo.

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, realizó el lunes una exhortación similar en un discurso ante el parlamento alemán en Berlín.

Actualmente, los países ricos integrantes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico destinan en promedio 0,24 por ciento de su PIB (producto interno bruto) a la ayuda para el desarrollo.

El objetivo de 0,7 por ciento adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1970 sólo ha sido cumplido por un puñado de países, entre ellos Suecia.

«Exhorto a los países más industrializados a seguir el ejemplo de Dinamarca, Noruega, Holanda, Luxemburgo y Suecia y cumplir el objetivo internacional de 0,7 por ciento del PIB», expresó Bage en su primer artículo de opinión como presidente del FIDA.

El aumento de la ayuda para el desarrollo y la lucha contra la pobreza son clave para la meta de reducir a la mitad la pobreza mundial extrema antes del año 2015, destacó Bage en una columna publicada en Development Today, una publicación bimensual nórdica sobre ayuda para el desarrollo, comercio y ambiente.

Ese compromiso, asumido por primera vez en la Cumbre Social de Copenhague (1995), fue renovado el pasado septiembre por jefes de Estado de todo el mundo en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, recordó el nuevo presidente del FIDA.

«Algunos dicen que el objetivo es demasiado modesto, y que la pobreza y el hambre deberían ser eliminadas. Estoy de acuerdo. Pero reducir a la mitad la pobreza extrema es un primer paso, y es un objetivo ambicioso que requiere la atención y el compromiso de todos», escribió el nuevo presidente del FIDA.

Bage sustituyó al kuwaití Fawzi Al-Sultan, y es el primer europeo en ser designado presidente del FIDA, una agencia especializada de las Naciones Unidas con sede en Roma. Desde la fundación del organismo en 1977, había estado encabezado por ciudadanos de países árabes.

La designación de Bage tuvo lugar el 22 de febrero en la 24 sesión de la junta de gobierno del FIDA, que tiene 162 países miembros.

El compromiso de Bage con el alivio de la pobreza tiene sus raíces en la experiencia que ha adquirido en los últimos 25 años en materia de cooperación para el desarrollo, y en especial de desarrollo rural.

Actualmente, la mitad de la población mundial vive con menos de dos dólares al día; 80 por ciento sólo recibe 20 por ciento del PIB mundial, y dentro de cada país, hay un gran desequilibrio entre ricos y pobres.

Tres cuartos de los pobres del mundo viven en áreas rurales y dependen de la agricultura y actividades relacionadas para subsistir.

El Informe sobre la Pobreza Rural 2001 del FIDA concluyó que el progreso hacia la meta de reducción de la pobreza a la mitad para 2015 es demasiado lento.

Entre 1990 y 1998, el ritmo de abatimiento de la pobreza fue inferior a un tercio del necesario para reducirla a la mitad antes de 2015, y para Africa subsahariana, fue apenas un sexto.

«El ritmo de reducción de la pobreza debe acelerarse sustancialmente. Esto requiere un crecimiento de base amplia, en especial en el sector agrícola», exhortó Bage.

Algunas regiones de India y China, así como varios países del sudeste asiático, lograron abatir la pobreza al ritmo necesario en los últimos 25 años.

«El desafío hoy es extender esos logros a otras regiones, en especial a Africa subsahariana, donde la pobreza se ha agravado en algunas áreas en la última década», resaltó el presidente del FIDA.

Bage pretende que la comunidad internacional ofrezca mayor respaldo a los esfuerzos de los países pobres hacia el desarrollo rural y el alivio de la pobreza, además de facilitarles el acceso a sus mercados.

«La reciente decisión de la Unión Europea de importar libre de aranceles 'Todo menos armas' de los países menos desarrollados del mundo es un paso necesario e importante en esta dirección», escribió.

En general, Bage consideró que el objetivo del 2015 se puede alcanzar.

El informe del FIDA señala las acciones necesarias para ofrecer a los pobres mayor acceso a la tierra, tecnologías de producción, mercados justos e instituciones que respondan a sus necesidades.

Igualmente necesario es darles más influencia en las instituciones que los afectan, tanto a nivel local como nacional, y promover su acceso a la salud, la educación y el crédito, agrega el estudio.

Desde 1978, el FIDA ha financiado 578 proyectos en 114 países, asignando casi 7.000 millones de dólares en préstamos y donaciones. Mediante esos programas, cerca de 250 millones de habitantes rurales tuvieron la oportunidad de escapar de la pobreza. (FIN/IPS/tra-en/wk/mn/mlm/dv/01

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