DESARROLLO: EEUU empuja abajo la economía mundial

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) vislumbró graves riesgos para la economía mundial, entre ellos serios problemas para los países en desarrollo y en transición a causa de la contracción en Estados Unidos.

Otros factores que acentúan los riesgos de pérdidas para los países en desarrollo proceden de la reticencia europea y de la impotencia japonesa a contribuir con la reactivación de la economía mundial, según el Informe sobre Comercio y Desarrollo 2001 difundido por la UNCTAD este martes.

La primera parte del estudio examina las tendencias y perspectivas mundiales, y, a continuación, la cuestión de la reforma de la arquitectura financiera internacional.

En ambos asuntos existen signos preocupantes que reclaman respuesta de la comunidad internacional, previno la UNCTAD.

Pero hasta ahora las respuestas no aparecen, y se requiere expandir la conciencia sobre el reto y la necesidad de encontrar las soluciones apropiadas, dijo Carlos Fortín, subsecretario general de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Las inquietudes proceden de la desaceleración registrada en Estados Unidos, que ha cambiado de manera radical las perspectivas optimistas sobre la economía mundial predominantes hasta el último trimestre del año pasado.

Hasta entonces, la única sombra de los pronósticos se relacionaba con los precios del petróleo.

Pero, contra todo lo previsto, los valores del crudo se han reducido y las perspectivas para el resto de 2001 son de descenso. En cambio, la economía estadounidense entró en desaceleración de manera inesperada.

Los analistas de la UNCTAD aprobaron la fórmula escogida por la Reserva Federal de Estados Unidos de conjurar el peligro mediante correcciones monetarias y fiscales.

La institución estadounidense, equivalente a un banco central, redujo la tasa de interés en cuatro oportunidades a lo largo de pocos meses, hasta disminuirla en dos puntos porcentuales, con la expectativa de producir la recuperación esperada.

Pero Fortín aclaró que el estímulo al crecimiento a través de medidas monetarias tiene límites si únicamente las aplica Estados Unidos.

El Banco Central Europeo puede colaborar con una reducción de sus tasas de interés sin riesgo de crear inflación, estimó el economista.

La UNCTAD calcula que el crecimiento potencial del bloque europeo asciende a cuatro por ciento anual, mientras que el accionar del Banco Central lo reduce apenas a entre dos y 2,5 por ciento.

El estudio observa que las condiciones de la economía estadounidense son más graves de lo que se acepta, pues existe una caída significativa de las inversiones, una pérdida de confianza de los consumidores y un temor en aumento a la pérdida de empleos.

Ante ese cuadro, la economía de Estados Unidos no podrá seguir sosteniendo sola el peso de la dinamización del resto del mundo y necesita que los demás actores principales asuman su papel.

En ese sentido, sólo Europa puede actuar pues, con seguridad, no sufrirá graves consecuencias, en términos comerciales, por la contracción de Estados Unidos.

Japón, la otra potencia económica, queda descartado debido a sus dificultades internas. La revigorización de la demanda interna a través de la expansión fiscal resulta imposible en ese país, cuya deuda pública equivale a 100 por ciento de su producto interno bruto.

En consecuencia, la contracción de Estados Unidos presenta graves peligros para los países en desarrollo y las economías en transición, evaluó la UNCTAD.

Los efectos negativos se transmiten principalmente a través de la correa del comercio y ese fenómeno perjudicará de manera clara a América Latina, en especial a América Central y a México.

La economía mexicana se comportó favorablemente en 2000, con un crecimientzo notable de siete por ciento, aunque se debió fundamentalmente al crecimiento de la actividad en Estados Unidos en ese periodo.

México exporta 90 por ciento de su excedente al vecino mercado estadounidense, recordó Fortín.

Asia del este también sufrirá las consecuencias, en particular Malasia, que presenta un alto grado de dependencia pues 20 por ciento de sus exportaciones se dirigen a Estados Unidos.

Africa, por el contrario, no tiene dependencia de Estados Unidos a tal grado, pero sentirá el efecto del deterioro en los precios de los productos básicos y de los términos del intercambio.

Con relación a la reforma de la estructura financiera internacional, la UNCTAD propone un trato más simétrico entre deudores y acreedores y condiciones menos imperiosas para los países en desarrollo.

El informe aboga por una vigilancia multilateral más efectiva de las políticas macroeconómicas de los principales países industrializados y el establecimiento de iniciativas más audaces para estabilizar las monedas de reserva.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) únicamente supervisa a los países pobres y no se entromete con las naciones industrializadas, observó Fortín en la rueda de prensa de presentación del estudio. (FIN/IPS/pc/mj/if/01

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