Organizaciones humanitarias acusaron a Marruecos de detener a dos dirigentes saharuis para impedirles brindar testimonio ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
La Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos (LIDLIP) denunció el arresto por la policía marroquí en el aeropuerto de Casablanca, de Mahmoud Elhamed y Brahim Noumri, cuando se disponían a partir a Ginebra, sede de la Comisión.
Los dos detenidos, integrantes de la organización humanitaria Foro Verdad y Justicia, sección Sahara, viajaban para notificar al foro especializado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Humanos de las violaciones que se atribuyen a las autoridades marroquíes.
El reino de Marruecos ocupó militarmente el territorio de Sahara Occidental en 1975, cuando se retiró España, la potencia colonial.
El Foro Verdad y Justicia sostuvo en Ginebra que en ese año comenzaron las violaciones de derechos humanos a manos de las fuerzas marroquíes.
Por la misma época estallaron las hostilidades armadas entre el régimen de Marruecos y el Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y de Rio de Oro (Frente Polisario), que reivindica la autodeterminación del pueblo saharui.
La ocupación militar del Sahara Occidental ha impedido al Foro Verdad y Justicia cumplir su misión de defensa de los derechos humanos y los dos dirigentes detenidos el 24 de marzo llevaban consigo pruebas de esos abusos.
La denuncia del Foro Verdad y Justicia fue leida en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por Saverino Maurutto, representante de la sección Suiza de la LIDLIP.
La policía marroquí secuestró listas de víctimas de violaciones de derechos humanos en el Sahara Occidental y un videocassete con testimonios grabados por dirigentes saharuis prófugos y también por familiares de desaparecidos.
Maurutto notificó a la Comisión de Derechos Humanos que los dos saharuis detenidos se encuentran sometidos a arresto domiciliario y bajo prohibición de abandonar el país.
Sin embargo, la LIDLIP entregará todos los antecedentes del caso a Hila Jilani, representante especial para los defensores de los derechos humanos designada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Como lo viene haciendo en cada sesión anual desde hace 20 años, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU volvió a aprobar dos semanas atrás un proyecto relacionado con la autodeterminación del pueblo saharui.
La resolución urge la concertación de un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario y expresa su apoyo a la realización de un referendo para que la población saharui determine el destino del territorio en disputa.
Abba Salek Elhassan, secretario general de la Unión de Juristas Saharuis, interpretó que la resolución de la Comisión de Derechos Humanos «confirma una vez más la legitimidad de la lucha del pueblo saharui».
El abogado sostuvo que la decisión del foro de la ONU también ratifica el apoyo de la comunidad internacional a los esfuerzos de Annan y de su enviado especial para el Sahara Occidental, el ex secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker.
La ONU logró en 1991 el cese de las hostilidades militares y promovió una salida pacífica a través del referendo. Pero Marruecos trata ahora de movilizar la opinión internacional en procura de una solución alternativa al plan de la ONU, afirmó Elhassan.
El trámite del referendo se encuentra bloqueado porque Marruecos objetó la lista oficial de votantes confeccionada por la comisión de identificación de la ONU y entregada en enero de 2000.
Las autoridades en Rabat pretenden que a esa lista se agreguen 140.000 marroquíes como si fueran saharuis, opinó el jurista, que asistió a las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.
La población saharaui, estimada entre 300.000 y 400.000 personas, se distribuye en asentamientos en el propio territorio de Sahara Occidental, bajo control marroquí, y en los campos de refugiados en Argelia, a 50 kilómetros de la frontera, donde viven unos 220.000.
En los campamentos del territorio argelino, todas las instituciones, incluidas escuelas y hospitales, son regidas por la República Saharui, reconocida por la Organización de la Unidad Africana (OUA) y por 62 países.
En el área disputada de Sahara Occidental, la mayoría de la población es marroquí, formada por ciudadanos, colonos y militares, aceptó Elhassan.
Bajo esa superficie se encuentran los yacimientos de fosfato, el mineral empleado para producir abonos e identificado como la causa del conflicto internacional en torno del Sahara Occidental.
Elhassan sostuvo que Marruecos cuenta con el apoyo de las grandes potencias, en particular de Francia, que «juega un papel importante para sostener a Rabat en el bloqueo del referendo».
Con su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, Francia impedirá cualquier resolución de condena a Marruecos y promoverá otra solución ajena al marco del plan de paz del foro mundial, advierten expertos.
Además de los países africanos, el Frente Polisario cuenta con la simpatía de Austria e Italia.
Pero, lamentó el jurista, España, que tiene una gran responsabilidad con el pueblo saharui que abandonó en 1975, juega un papel negativo porque soporta la presión de Marruecos debido a los acuerdos de pesca.
Después del agotamiento de los bancos de pesca del Atlántico Norte, las flotas pesqueras españolas se dirigieron hacia el sur del oceáno y muchas recalaron frente a las costas marroquíes, amparadas en su actividad por convenios entre los dos países.
La política española también es influenciada por la cuestión de Ceuta y Melilla, las dos ciudades marroquíes ocupadas por España al norte de Marruecos.
Elhassan criticó a España por no reaccionar en el caso de Sahara Occidental como lo hizo Portugal, ex potencia colonial de Timor Oriental.
Portugal jugó un papel importante en la descolonización de ese territorio, ocupado por Indonesia y donde triunfó la opción independentista en el referendo de agosto de 1999, patrocinado por la ONU. (FIN/IPS/pc/mj/hd ip/01
