COMERCIO-AMERICA: ONG protestarán contra ALCA en Buenos Aires

Miles de activistas protestarán esta semana en Buenos Aires contra la reunión ministerial del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en una especie de ensayo general para la cumbre de Quebec, hacia fines de este mes.

Los ministros de Comercio de 34 de los 35 países de América Latina, el Caribe y América del Norte (todos excepto Cuba) se reunirán en la capital de Argentina este viernes 6 y el sábado 7 para buscar un acuerdo sobre un proyecto de pacto hemisférico de libre comercio.

El proyecto será discutido luego en la Tercera Cumbre de las Américas (20 al 22 de abril, Quebec, Canadá) por los jefes de Estado del hemisferio occidental.

El objetivo es formar el mayor bloque comercial del mundo, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, con un mercado de más de 745 millones de personas.

El plazo original para la concreción del acuerdo, propuesto por Estados Unidos durante la presidencia de George Bush padre (1989- 1993), vencía en el año 2005, pero la cumbre de Quebec procurará adelantarlo para 2003.

Por otra parte, los movimientos contra la globalización intentan detener el proceso.

Se prevé que más de 10.000 representantes de organizaciones sindicales, ambientalistas, religiosas y feministas manifestarán en Buenos Aires su oposición a un acuerdo cuyo contenido desconocen por completo.

«El hecho de que el contenido del borrador nunca se haya dado a conocer significa que no soporta el escrutinio público», afirmó Alicia Daughtrey, del grupo contra la globalización Ciudadano Público.

«Algunos funcionarios han dicho que la publicación del documento representaría una seria amenaza para la seguridad nacional, pero ¿se trata de un intento genuino por terminar con la pobreza en la región? ¿Qué están ocultando?», preguntó.

Distintas organizaciones no gubernamentales (ONG) denuncian desde hace tiempo el secreto que rodea a las negociaciones y exigen la publicación de los textos, análisis e informes, sin resultado.

El acuerdo del ALCA abarcará cuestiones de comercio, acceso a los mercados, inversiones agrícolas, servicios, compras del Estado, derechos de propiedad intelectual y subsidios.

Cuando el ALCA fue anunciado por primera vez en la Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994, los jefes de Estado declararon que la clave de la prosperidad económica era «el comercio sin barreras, sin subsidios, sin prácticas desleales, y con un creciente flujo de inversiones productivas».

Sin embargo, los grupos contrarios a la globalización arguyen que la apertura comercial de los países más pobres sólo beneficia a las empresas transnacionales, como las que manejan las maquiladoras a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Esas empresas, agregan, han prosperado gracias a las políticas de liberalización comercial del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que agrupa a México, Canadá y Estados Unidos, con este último a la cabeza.

El ALCA procura extender el TLC al resto de América, pero la apertura al sector privado de servicios como la salud y la educación, tradicionalmente ofrecidos por el Estado, no ayudará a los pobres, sostienen los críticos.

Para explicar su posición al público, grupos de la sociedad civil celebrarán su propia reunión en Quebec, que procurará movilizar a la opinión pública contra el ALCA, bajo el nombre de Cumbre de los Pueblos.

Las ONG también están resentidas porque no fueron invitadas a participar de la cumbre de Quebec.

Ese hecho «es una señal del importante déficit de democracia que afecta a este proceso», señaló André Paradis, del grupo canadiense Liga de los Derechos y las Libertades.

«Es inaceptable que un proyecto de integración regional que tendrá un gran impacto en nuestra vida sea negociado a puertas cerradas, y que la sociedad civil y aun los parlamentarios deban adivinar lo que se negocia, mientras los empresarios tienen un acceso privilegiado», manifestó Paradis.

El gobierno de Canadá ofreció a varias compañías, muchas de ellas subsidiarias de empresas estadounidenses, acceso a los mandatarios que asistirán a la cumbre a cambio de su patrocinio de almuerzos y cafés.

En cambio, «los ministros de Comercio rechazaron nuestra propuesta de crear foros de ambiente, trabajo, derechos humanos y temas sociales», protestó Héctor de la Cueva, director de la Alianza Social Hemisférica, que participará en la Cumbre de los Pueblos.

A nivel oficial, las diferencias más importantes sobre el ALCA se registran entre Estados Unidos y Brasil, los dos países más poblados de América y líderes de los principales bloques comerciales del continente, el TLC y el Mercado Común del Sur (Mercosur).

Brasil considera que el ALCA es una amenaza directa al Mercosur, que agrupa desde hace 10 años a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Bolivia y Chile como socios externos.

Además, Brasil tiene un gran déficit comercial con Estados Unidos y teme que Washington no esté preparado para reducir sus propias barreras a los productos brasileños, en especial el acero y productos agrícolas como el jugo de naranja, cuyos productores estadounidenses gozan de gran influencia política y protección.

Ambos países «se enfrentan como las dos economías más grandes e influyentes de la región, no sólo por su peso económico, sino por ser líderes de pactos regionales. Para tener éxito, el ALCA deberá considerar los intereses de los dos», observó J.F. Hornbeck en un informe para el Congreso de Estados Unidos. (FIN/IPS/tra- en/gm/da/mlm/if-dv/01

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