/BOLETIN-AMBIENTE/ SALUD: El aire de su casa puede estar contaminado

La contaminación en los ambientes cerrados es un asunto preocupante para cerca de cuatro millones de personas que descienden cada día al corazón de la capital mexicana para viajar en el metro, una intrincada red de trenes subterráneos de más de 160 kilómetros de longitud.

Para algunos pasajeros, como Adriana Contreras, de 29 años, el viaje a la oficina y de regreso a su casa le toma al menos dos horas y media cada día, ya que vive en el oeste de esta ciudad de 1.479 kilómetros cuadrados y trabaja en el centro.

Las autoridades mexicanas procuran saber más sobre los problemas respiratorios que pueden presentar pasajeros como Contreras debido a la contaminación del aire en los ambientes cerrados.

El gubernamental Centro para la Investigación y Capacitación Ambiental (CENICA) comenzará en diciembre un estudio de cuatro meses sobre la calidad del aire en el sistema de transporte de la ciudad, incluso el del metro.

Se trata del primer estudio completo para calcular los niveles de contaminación de monóxido de carbono, partículas de materia y plomo en el aire del sistema de transporte, explicó Salvador Blanco, coordinador de la Investigación de Calidad del Aire de CENICA.

«Elegimos los meses del invierno (boreal) porque es el período cuando la contaminación aumenta en México. Queremos descubrir la diferencia y la relación entre la contaminación en ambientes cerrados y la del aire de la ciudad», agregó Blanco.

La investigación del CENICA se realiza en momentos en que los organismos de salud pública manifiestan su preocupación por la gran contaminación en los hogares, oficinas y otros ambientes cerrados del mundo, como los sistemas de transporte.

Cerca de 1.000 millones de personas en todo el planeta, en su mayoría mujeres y niños, están expuestas con regularidad a un grado de contaminación en ambientes cerrados que excede las pautas internacionales más de 100 veces, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los pulmones del ser humano son 1000 veces más vulnerables a la contaminación del aire en ambientes cerrados que al aire libre, según el director de proyectos especiales de la División de Salud y Ambiente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Peter Toft.

La exposición a esa contaminación puede producir enfermedades respiratorias como asma, obstrucción pulmonar crónica, enfermedades cardiovasculares y cancer al pulmón.

La exposición a partículas de materia suspendidas en el aire aumenta el riesgo de las infecciones respiratorias, según el organismo con sede en Ginebra.

En India, por ejemplo, donde más de 80 por ciento de las familias usan combustibles sólidos como madera, carbón y residuos de cosecha para cocinar, se calcula que medio millón de niños mueren por año debido a la contaminación del aire en los ambientes cerrados.

En Africa subsahariana dicha contaminación ha sido vinculada a aproximadamente entre 300.000 y 500.000 muertes por año.

En América Latina, donde aproximadamente 25 por ciento de los hogares utilizan combustibles sólidos, la OMS calcula que 30.000 personas mueren anualmente de infecciones respiratorias atribuibles a la mala calidad del aire en las viviendas.

Pero las casas y las oficinas modernas no son inmunes a este problema. La contaminación de los ambientes cerrados también afecta a países industrializados como Canadá y Estados Unidos, según Toft.

Un estudio realizado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos en las escuelas estadounidenses descubrió que esta contaminación causa enfermedades en los niños que disminuyen su rendimiento educativo.

La mala calidad del aire puede reducir la capacidad de concentración, memoria o de hacer cálculos, según el estudio de la EPA.

La OMS atribuye el problema al diseño de los edificios modernos. Con el fin de conservar la energía, los arquitectos diseñan estructuras más herméticas con menor ventilación.

En el Norte industrializado, algunas fuentes importantes de contaminantes químicos en los ambientes cerrados son derivadas del cuerpo y las actividades humanas, las emisiones de los materiales edilicios, los muebles y los electrodomésticos.

El estudio de la OMS también subraya que los sistemas de calefacción y de aire acondicionado mal mantenidos son fuentes de contaminación de los ambientes cerrados.

La falta de mantenimiento de los filtros puede conducir a la reemisión de partículas contaminantes. La contaminación biológica puede proliferar en los componentes húmedos del sistema y distribuirse por el edificio.

Dicha situación se agrava si el ambiente es viciado con humo de tabaco ya que este es una mezcla compleja de varios miles de químicos, incluso conocidos carcinógenos como nitrosaminas y benceno, según la OMS.

Una investigación de CENICA realizada el año pasado sobre la calidad del aire en las casas, escuelas y oficinas de la capital mexicana reveló que el humo del cigarrillo contribuyó al incremento de la contaminación interior, sobre todo en edificios con mala ventilación, indicó Blanco.

En aquellos edificios con pocas ventanas y mala ventilación, la contaminación puede ser peor que la del exterior, agregó.

A pesar de eso, los países del sur en desarrollo aún no reconocen el peligro de la contaminación de los ambientes interiores, según Toft.

En ese sentido, la pasajera del metro mexicano Contreras apoya el estudio de CENICA para determinar la calidad del aire en el sistema de transporte de la ciudad. «Uno supone que el aire está limpio en el metro, pero quizá no sea así, y es bueno saber en qué grado», comenta. (FIN/IPS/tra-en/mm/en he/01

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