(Arte y Cultura) MUSICA-JAMAICA: Las esquivas regalías del reggae

Los herederos de Garnet Silk, un astro de la canción jamaiquina fallecido en 1994, afrontan una difícil batalla legal para cobrar los derechos que les corresponden de la obra del músico.

Al igual que Bob Marley, Peter Tosh, Dennis Brown y otros músicos que profesaban la religión rastafari, Silk murió sin testamento y con una gran familia que incluye siete hijos.

«No estoy dando nombres, pero el principal obstáculo son los productores. No necesito nombrarlos. Ellos saben de quién hablo», dijo Sandra Alcott, abogada de Kingston de los herederos de Silk.

Garnet Silk —cuyo verdadero nombre era Garnet Smith— grabó en apenas cinco años muchos discos con canciones de gran éxito para varias de las principales productoras musicales de Jamaica.

Rara vez estuvo ausente de las listas de discos más vendidos desde 1991, cuando obtuvo su primer éxito, titulado «Silk», en una cuerda similar a la de Dennis Brown, otro cantante popular.

Sin embargo, la mayoría de sus canciones fueron editadas mediante acuerdos independientes con productores jamaiquinos y nunca hubo una medición confiable de las ventas, lo cual dificulta ahora la puesta al día de sus derechos de autor.

La carrera y la vida de Silk terminaron el 4 de diciembre de 1994, cuando una explosión de gas en la casa de su madre mató a ambos e hirió a dos de sus hermanos.

A la fecha, Alcott informó que hubo acercamientos con los productores y con las empresas discográficas, mientras se habilitaron varios sitios en Internet, uno de ellos de Japón, con páginas dedicadas al desafortunado vocalista.

El episodio de Silk es el último en una saga de batallas legales por las herencias de los artistas de reggae muertos. Marley, que murió en 1981, dejó una herencia estimada en 36 millones de dólares, pero se necesitaron años y duras disputas judiciales para poner sus asuntos en orden.

Actualmente una fundación con su nombre administra una multimillonaria herencia que crece anualmente. Su principal actividad es rastrear el uso de la música de esta leyenda del reggae y comercializar su imagen en todo el mundo.

Ni la herencia de Tosh ni la de Brown son tan grandes como la de Marley, pero ambas también estuvieron envueltas en el misterio.

Tosh fue asesinado en su casa de Kingston, a fines de 1987, y si bien nunca alcanzó la fama mundial del carismático Marley, su catálogo de álbumes sigue siendo uno de los mejores del reggae.

Pauline Morris, una pariente lejana, organizó la herencia de Peter Tosh en 1990 y mantuvo vivo el interés por su trabajo, reeditando sus discos «Equal Rights» y «Legalise It», y una colección de trabajos titulada «Honorary Citizen», en 1997.

La familia de Brown, que murió en julio de 1999, acaban de nombrar a un equipo de profesionales para que cobre las regalías del vasto catálogo del artista, que incluye más de 70 álbumes e incontables registros de temas individuales.

Mientas Marley y Tosh firmaron contratos con compañías reconocidas internacionalmente —Island Records el primero, Columbia, EMI y Virgin el segundo—, lo cual facilitó el cobro de derechos de autor, esa no fue la situación de Brown y Silk.

Silk grabó un álbum para Atlantic Records que fue editado en diciembre de 2000 como una colección doble bajo el nombre «Garnet Silk: The Definitive Collection». Es uno de varios discos lanzados luego de su muerte.

La firma independiente de Nueva York VP Records ya puso en venta cuatro discos compactos póstumos. Estos contienen gran parte de las canciones que hicieron del vocalista de acento nasal el rey de las discotecas durante tres años.

Silk nació en el distrito rural de Manchester y fue parte del grupo de artistas rastafaris procedentes del centro de Jamaica que protagonizaron un renacimiento cultural en la música bailable a comienzos de la década de 1990.

Compuso canciones que revalorizaron raíces temáticas a través de himnos como «Zion In A Vision» y «Momma Africa». Su éxito local atrajo la atención de los ejecutivos de Big Beat Records, filial de Atlantic, que lo contrató a fines de 1993.

Siete años después de su muerte, Novlyn Banton, madre de cuatro de los siete hijos de Silk, cree que finalmente sus hijos podrán acceder a los frutos de las canciones de su padre.

«Esperamos que ahora todo marche bien», dijo. «Sólo tenemos que reunir fuerzas y atacar el problema desde la raíz», sostuvo Banton. (FIN/IPS/tra-en/hc/da/dc/mj aq/cr/01

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