(Arte y Cultura) LITERATURA-JAMAICA: En busca de una hazaña

Margaret Cezair-Thompson jamás pensó que con la frase inicial de su primera novela comenzaba una historia que la convertiría en la primera finalista jamaiquina para un valioso premio literario internacional.

«Es Pascua y Jamaica está en estado de emergencia», empieza la primera novela de Cezair-Thompson, titulada «La verdadera historia del paraíso», que le valió la nominación el año pasado para el Premio Literario IMPAC de Dublín por parte del Servicio de Bibliotecas de Jamaica.

Lograr una nominación a un premio tan prestigioso ya es el sueño de todo escritor debutante. Pero el mes pasado, la escritora jamaiquina también fue seleccionada entre 100 postulantes como una de los seis finalistas.

«Me siento honrada, en especial porque fui nominada por las bibliotecas estatales y el público lector», dijo Cezair-Thompson, quien vive en Boston.

«El nivel de los escritores nominados es grandioso. Han hecho obras maravillosas. Me siento absolutamente honrada por haber llegado tan lejos», manifestó la escritora de 44 años.

Si bien el IMPAC no conlleva el mismo reconocimiento que el premio Booker o el Pulitzer, es en cambio el más lucrativo, pues consta de un fondo de 115.000 dólares. El premio Booker, de Gran Bretaña, ofrece 28.500 dólares, y el Pulitzer 7.500 dólares.

Los otros cinco finalistas de IMPAC proceden de Europa y Rusia. La nominación coloca a Cezair-Thompson junto a otras figuras consagradas de la literatura del Caribe como Jamaica Kincaid, Maryse Conde, Patrick Chamoiseau y V.S. Naipaul.

«La verdadera historia del paraíso» fue publicada en 2000 y recibió reseñas en los medios más importantes, como el Black Issues Book Review, que reconoció la habilidad de la novela para recrear las convulsiones políticas de Jamaica y las consecuencias en quienes las vivieron.

No es fácil para un autor debutante lograr reseñas en publicaciones como The New York Times Book Review. Las aclamaciones que ha recibido la obra señalan la calidad para el relato de una historia.

«Lo que me hace más feliz es que este libro fue bien recibido por los jamaiquinos», expresó la autora. El mismo relata la historia del país tal como es recordada en las memorias y la imaginación de su protagonista, Jean Landing.

La novela, llena de términos «patois» (una lengua local) explicados en un glosario al final del libro, ubica a los personajes en el árbol genealógico de la familia Landing desde 1655, cuando Gran Bretaña se apoderó de la isla, que estaba en manos de la corona española.

El personaje principal es cronista de la vida en una colonia turbulenta y racista, y más tarde en una Jamaica de gran inestabilidad política, con un estilo que encanta a los lectores.

Esa fascinación es similar a la de la novela de Jean Rhys «Wide Sargasso Sea», de 1966, sobre una mujer criolla que enloquece en el exilio en la Martinica poscolonial, o a la ganadora del premio Booker, «The God of Small Things», de Arundhati Roy, sobre la India colonial y poscolonial.

«La historia de nuestra isla es la historia del infierno», afirma Rebecca Landing, personaje del siglo XVII en la novela de Cezair-Thompson. «Pero es también una historia de gracia terrestre. Yo viví en una luminosidad indescriptible, y no conocí la verdadera oscuridad hasta que vine aquí», agrega.

La familia Landing es una mezcla de ancestros españoles, ingleses, chinos, indios y africanos, como los de la propia autora. De hecho, ella se pregunta en la novela cómo se puede odiar a la propia familia por ser una mezcla de colores en lugar del blanco o el negro puros.

Cezair-Thompson es profesora de literatura y redacción creativa del Wellesley College y pertenece a una familia de dirigentes políticos. Su padre, Dudley Thompson, fue ministro de Seguridad Nacional durante el gobierno de Michael Manley, en la década de 1970.

Jamaica se independizó en 1962, cuando Margaret Cezair-Thompson era adolescente. Las luchas políticas y la violencia en la capital causaron muchas muertes. La joven dejó el país en 1975 para estudiar en Estados Unidos.

Si bien el clima político se distendió una década más tarde, Cezair-Thompson decidió permanecer en Estados Unidos y obtener su doctorado. En 1990 ingresó al Wellesley College.

Como muchos de sus colegas, Cezair-Thompson escribe y lee desde que era una niña muy pequeña. «Mis padres me incitaban a la lectura, pues eran lectores voraces. Escribo historias desde los 12 años».

Comenzó escribiendo poesía. «Nunca fui muy conversadora y sentía que la poesía era la única forma de expresar lo que quería sobre el mundo», sostuvo la autora, y agregó riendo que «acostumbraba a escribir muchas cartas a mi familia aunque estuviera cerca».

El resultado del premio IMPAC no se conocerá hasta el 14 de mayo, cuando se anuncie el nombre del ganador en la ciudad de Dublín, Irlanda.

A Cezair-Thompson no le preocupan los premios literarios por ahora. Tiene más páginas para escribir, un niño de dos años a quien criar y un apartamento al que mudarse en los suburbios de Boston, muy lejos del paraíso. (FIN/IPS/tra-en/kr/da/dc/mlm/cr/01

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