(Arte y Cultura) CINE: Trece días al borde de la guerra nuclear

«Trece días», un filme coproducido y protagonizado por el actor estadounidense Kevin Costner, pasó su prueba de fuego en Cuba, uno de los tres países que en 1962 pusieron al mundo al borde de la guerra nuclear.

La película sobre la crisis de los misiles que en octubre de aquel año involucró a Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba fue exhibida el miércoles en la Cinemateca de Cuba, luego de recibir el visto bueno del presidente Fidel Castro.

Costner, protagonista de filmes como «JFK», de Oliver Stone, sobre el asesinato en 1963 del presidente estadounidense John Kennedy, y «Danza con lobos», dirigida por él mismo, llegó el lunes a La Habana y fue invitado por Castro a cenar y a presenciar juntos el filme sobre la crisis de los misiles.

Polémica como la mayoría de las obras que intentan recrear hechos históricos, la película dirigida por Roger Donaldson fue presentada al presidente cubano como «una visión norteamericana de la crisis» de 1962.

Según el vocero de Costner, Stephen Rivers, la velada fue «muy interesante». Castro respondió a la película de forma «muy favorable», y comentó a los realizadores estadounidenses su propia experiencia en aquellos 13 días de grave tensión.

El filme cuenta cómo el 16 de octubre de 1962, Kennedy recibió información sobre la instalación en Cuba de misiles nucleares soviéticos de medio alcance que ponían bajo amenaza a varias ciudades de Estados Unidos.

Sólo unos días antes, la Unión Soviética había asegurado al presidente estadounidense que no se emplazaría en Cuba armamento de esa naturaleza.

El filme recrea, a través de la visión de Kenneth O'Donnell, un asistente de Kennedy que es encarnado por Costner, las tensiones vividas en las casi dos semanas que duró la crisis, incluida la decisión de Washington de imponer el bloqueo naval a Cuba.

El guionista David Self tuvo en cuenta la literatura publicada sobre la crisis de los misiles, reportes de prensa de aquellos días, documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y grabaciones de la Casa Blanca.

Los productores divulgan en la página de Internet en que promocionan la película (http://www.cubanmissilecrisis.org/) las fuentes utilizadas, opiniones de políticos e historiadores y datos para medir el riesgo actual de guerra nuclear.

«Es un filme discutible desde varias aristas, pero de todas maneras sobrecogedor», comentó Joel del Río, miembro de la Asociación Nacional de Crítica Cinematográfica de Cuba y crítico de cine del diario Juventud Rebelde.

Pese a que es de todos conocido el desenlace de la crisis de 1962, que se resolvió con el retiro de los misiles nucleares de Cuba, el filme está «admirablemente construido en términos de suspenso» , e «intenta sobre todo, y lo logra, involucrar emocionalmente al espectador en una historia real», dijo Del Río.

El especialista destacó el mensaje pacifista de «Trece Días» y su valoración indirecta del «peso indescriptible que conlleva toda decisión de alta política».

Costner ha dicho en diversas ocasiones que «Trece días» contiene un mensaje claramente político y que desearía que contribuyera a evitar en el futuro crisis tan peligrosas como la de los misiles en Cuba.

«La gente piensa que ese peligro ya ha pasado, pero en el mundo hay decenas de misiles nucleares. ¿Por qué creer que ahora estamos más a salvo que entonces?», advirtió el actor, quien considera a su personaje «una ventana para la historia».

La atribución de un papel central a Kenneth O'Donnell, como asistente y amigo personal de Kennedy, causó polémica desde el estreno de la película, el 20 de diciembre en Washington.

Al valorar esa «licencia artística», un comentario del diario Juventud Rebelde se limita a citar a uno de los productores: «Si diéramos lecciones de historia la gente no iría al cine a entretenerse, sino a ver documentales».

En Cuba, la discusión se concentra en determinar cómo sería la recreación de aquel episodio si los cineastas de la isla se decidieran a contarlo con óptica cubana, como sugirieron Costner y sus acompañantes a Castro.

La crisis de los misiles, o Crisis de Octubre, como se le conoce en Cuba, llegó a su fin cuando Nikita Jruschov, secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, aceptó un trato con Kennedy y retiró las armas.

El acuerdo Moscú-Washington salvó al mundo, pero molestó especialmente a Castro, porque Cuba fue excluida del diálogo y las decisiones se tomaron sin su participación. La Habana sostuvo entonces que los cohetes debían quedarse en la isla.

Proyectada por el presidente George W. Bush en la Casa Blanca y ahora por Castro en el Palacio de la Revolución, sede del Consejo de Estado de Cuba, la película se verá después en Rusia, la próxima escala del equipo que junto a Costner promueve el filme.

Castro «respondió a la película muy favorablemente, y tuvimos una discusión muy interesante después» de la proyección, dijo el portavoz de Costner, Rivers.

«Trece días» fue exhibida luego para realizadores del cine cubano y para algunas personalidades de la cultura y también en una función por invitación en la Cinemateca.

Costner fue invitado a La Habana por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, pero su agenda fue coordinada por el Consejo de Estado, máximo órgano de gobierno, e incluyó la visita a una fábrica de puros, un juego de béisbol y una reunión con protagonistas vivos de la crisis de los misiles.

Para volar a La Habana, el actor, ganador de varios premios Oscar de Hollywood, debió obtener la autorización del Departamento del Tesoro estadounidense. Gastar dinero en Cuba está prohibido por la ley en Estados Unidos. (FIN/IPS/da/ff/ cr ip/01

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