(Arte y Cultura) ARGENTINA: Teatro por la identidad en país de desaparecidos

Una novedosa experiencia teatral se desarrollará desde este lunes en la capital de Argentina con el estreno de 41 obras sobre la identidad, en un país golpeado por una dictadura que secuestró a unos 500 niños, la mayoría de los cuales aún no conocen su verdadero origen.

El proyecto propone como lema el «Teatro por la identidad» y es auspiciado por la organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo, dedicada a buscar a sus nietos desaparecidos durante el último régimen militar que se extendió entre 1976 y 1983.

«Queríamos que el teatro hablara, que hiciera suya la búsqueda de las Abuelas», explicó el actor y director Daniel Fanego, uno de los impulsores de este trabajo.

Las piezas, muchas de ellas de media hora de duración, serán presentadas todos los lunes en 14 teatros de Buenos Aires, a un promedio de tres por cada sala.

Fanego destacó que el «Teatro por la identidad» permite ejercer «el oficio de juglares de nuestra gente, y reúne a tres generaciones en busca de la identidad».

La represión dictatorial en Argentina hizo desaparecer a más de 9.000 personas, según denuncias presentadas, pero las organizaciones de derechos humanos elevan esa cifra a más de 30.000.

La idea de desarrollar el proyecto surgió tras la inusitada repercusión que tuvo el año pasado la puesta en escena de «A propósito de la duda».

Esa obra, que sus realizadores proponían presentar sólo en cinco oportunidades, terminó haciendo cientos de funciones a pedido del público en teatros, clubes, calles y plazas.

«A propósito de la duda» abordaba el problema de los jóvenes nacidos durante el cautiverio de sus padres y que luego fueron apropiados y criados por sus raptores o por personas vinculadas al secuestro y desaparición de sus familiares.

«Fue tan fuerte el efecto que provocamos en el público que decidimos llamar a un concurso de piezas de teatro para elegir una nueva obra», explicó la actriz Valentina Bassi, participante de ese proyecto.

Bassi explicó que con el nuevo trabajo fueron otra vez superadas las expectativas, «Entre muchas más, elegimos 41 obras que podrán verse desde ese lunes», anunció.

En las piezas seleccionadas intervienen en forma gratuita directores novatos y de extensa trayectoria, al igual que todos los actores.

También las 14 salas cedieron el espacio sin costo, aprovechando que los lunes es el descanso habitual de las compañías teatrales.

Abel Madariaga, secretario de Abuelas de Plaza Mayo, explicó a IPS que «sin una labor de extensión es difícil llegar a los más jóvenes».

Por esa razón decidieron «auspiciar un amplio movimiento que apunta a captar un público nuevo, no de la generación de los desaparecidos de la dictadura, sino de la de sus hijos».

La actividad de Abuelas desde sus comienzos en la década del 70 se concentró en la búsqueda de los niños desaparecidos, muchos de ellos nacidos en prisiones clandestinas y otros secuestrados junto con sus padres, cuando tenían pocos años de edad.

Algunos de los niños retenidos en forma ilegal fueron asesinados, muchos otros fueron entregados en instituciones públicas que los dieron en adopción sin saber el origen y otro tanto quedaron en manos de parejas vinculadas a las fuerzas de seguridad de la época.

De los casi 500 menores raptados por las fuerzas represivas de la dictadura, 70 lograron ser identificados por esa tarea de la organización humanitaria.

Estos hechos son en la actualidad investigados por la justicia argentina, que ha procesado a varios jefes militares de la dictadura por los delitos de secuestro, apropiación ilegal y falsificación de documentos públicos.

Sin embargo, la acción judicial no ha podido aportar datos suficientes para identificar a los jóvenes que les fueron cambiadas su identidad.

Entre los logros de Abuelas se cuenta la creación en los años 80 de un Banco Nacional de Datos Genéticos, que guarda muestras de sangre de familiares de desaparecidos, con el fin de que cualquier joven que tenga dudas sobre su identidad pueda realizarse exámenes para determinar su verdadera filiación.

Este esfuerzo comenzó a dar resultados a partir de la segunda mitad de la década del 90.

La vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Alba Lanziloto, que encontró a su nieto hace pocos meses, explicó a IPS que la búsqueda se ha facilitado algo debido a que los niños desaparecidos en los años 70 hoy son adultos.

Por esa razón, en los últimos dos años comenzó una fuerte campaña publicitaria en la que artistas de la misma generación de esos jóvenes, considerados «secuestrados vivos», invitan a quienes tienen dudas sobre su origen a acercarse a Abuelas y averiguar si sus padres fueron víctimas de la dictadura.

Las historias de menores apropiados también fueron abordadas en varias películas, vídeos, libros de ensayo y de ficción, pinturas y otras manifestaciones artísticas.

Un ejemplo de esta tarea es la decisión de las autoridades de la carrera de diseño gráfico de la Universidad de Buenos Aires, quienes pidieron a los estudiantes que realicen trabajos finales con el asunto de la búsqueda de las Abuelas.

«Tenemos 1.800 trabajos de diseñadores, en carteles de 50 por 70 centímetros, todos con el tema de la identidad, además de confeccionarnos papelería, sobres, logotipos, prendedores, otros objetos de identificación y los afiches para nuestras campañas», explicó Madariaga.

El próximo proyecto del grupo humanitario es un concurso de letras de canciones de rock, para lo cual se convocará a menores de 26 años.

El acercamiento a los jóvenes a través de propuestas de participación en disciplinas de la «nueva generación», como el diseño gráfico y el vídeo, cobró mayor fuerza con el nacimiento de una nueva organización humanitaria llamada Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio (Hijos).

Este grupo se formó en los años 90 a partir de los numerosos casos de hijos de desaparecidos que fueron restituidos a sus familias de origen, y por otros que quedaron en manos de familiares cuando sus padres fueron secuestrados.

Hijos creó una modalidad nueva de protesta que denominaron «escrache», expresión utilizada por los jóvenes para identificar la acción de poner en evidencia algún defecto de una persona.

El escrache implementado por Hijos se materializa con manifestaciones frente a los domicilios de militares y policías acusados de haber violado los derechos humanos durante la dictadura.

Una acción de este tipo se puede ver en la obra «A propósito de la duda». (FIN/IPS/mv/dm/cr hd/01

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