El presidente de China, Jiang Zemin, finalizó hoy una gira por América Latina, en la que obtuvo apoyo venezolano ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y para la candidatura de Beijing como sede de los Juegos Olímpicos de 2008.
Jiang aseguró que, según la tradición culinaria de su país, se dejaba para el final el mejor manjar, y así parece confirmarlo la finalización de su gira en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez dio un claro respaldo a China, en asuntos que al parecer fueron el trasfondo del recorrido por seis países.
El presidente chino comenzó su periplo por la región el 4 de este mes en Chile, después visitó Argentina, Uruguay, Brasil y Cuba, antes de llegar a Venezuela el día 15. Este martes regresa a su país.
La gira latinoamericana del mandatario tuvo, además, como telón de fondo una severa crisis diplomática entre Beijing y Washington, desatada el día 1 tras el choque en el aire de una aeronave espía estadounidense, que debió aterrizar de emergencia en China, con un avión caza chino que cayó matando a su piloto.
Sin embargo, Jiang y su comitiva evitaron en cada uno de los países visitados referirse a esta controversia, que se diluyó a mediados de la semana pasada con la autorización para que los tripulantes del avión espía regresasen a Estados Unidos.
Tampoco abordaron en forma abierta el debate de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) iniciado el 19 de marzo en Ginebra, asunto considerado por observadores como trasfondo de la gira.
Cinco de los seis países visitados por Jiang (excepto Chile) son miembros de la Comisión», integrada por 53 estados y que este mes analizará la situación de los derechos humanos en China.
Portavoces de la organización humanitaria Human Rights Watch, con sede en Nueva York, señalaron que el verdadero sentido del recorrido latinoamericano de Jiang fue recabar apoyo político para evitar una censura en la ONU.
El asunto sólo fue motivo de pronunciamiento público en Venezuela, aunque evidentemente debió debatirse en Cuba, pues la isla caribeña también figura entre los países cuya situación sobre derechos humanos será examinada en Ginebra.
«Nosotros vamos a votar en contra de la resolución que pretende condenar a Cuba y también a China», dijo Chávez a la prensa el lunes, y agregó que las resoluciones sobre derechos humanos de la ONU se han «politizado en extremo».
Chávez ha marcado distancia con Estados Unidos en su política exterior desde que llegó a la Presidencia hace dos años, a la par que ha estrechado vínculos con países como China y Cuba, además de fortalecer la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
«Nosotros no creemos que haya ningún país en el mundo que pueda condenar a otro», dijo el presidente venezolano en torno al proceso de examen y pronunciamiento sobre los derechos humanos en la comisión de la ONU.
Además de este claro pronunciamiento, Venezuela también confirmó su respaldo a la candidatura de Beijing para organizar los Juegos Olímpicos en 2008.
Jiang agradeció este respaldo en un acto el lunes en el que recibió las llaves de Caracas.
La cuestión de los derechos humanos, por la inminente votación en Ginebra, y la decisión sobre la sede olímpica, fueron dos aspectos principales de la agenda de Jiang en sus encuentros con los mandatarios latinoamericanos, a juicio de analistas.
Aunque en ningún país, a excepción de Venezuela, se produjo un pronunciamiento público sobre estos asuntos, no parece casual que Jiang haya visitado cinco países que tienen presencia en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Por otra parte, Cuba y ahora Venezuela se ratificaron con esta gira como aliados políticos, además de comerciales, de China.
Chávez anunció que hará dentro de un mes un viaje a Beijing, previo a la cumbre del Grupo de los 15 que reúne a países en desarrollo de América Latina, Africa y Asia, «para acercar posiciones y revisar los acuerdos» bilaterales.
Chávez y Castro, junto con Jiang en distintos escenarios tuvieron posiciones similares.
En Santiago de Chile, en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Jiang aseguró que «el injusto e irrazonable orden internacional político y económico, en lugar de ser cambiado, se agrava en unos aspectos».
Para los países en desarrollo, entre los cuales incluyó a China, «se han tornado más arduas las tareas para preservar la soberanía, seguridad e intereses nacionales», dijo el mandatario.
Por su parte, Chávez dijo coincidir «plenamente con China en asuntos como la autodeterminación e los pueblos, la soberanía y la necesidad de un mundo pluripolar».
A juicio de la analista venezolana Vilma Petrash, la gira de Jiang tiene lugar en un momento en que «China se está perfilando como la primera potencia del mundo en desarrollo, y en el ámbito de interlocución, se viene codeando con las otras potencias del planeta buscando un reacomodo de los pactos de poder».
Para Petrash, no debe obviarse la importancia económica del recorrido. Otros analistas recordaron que China aspira a ingresar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que además está a la búsqueda de ampliar los mercados para su vertiginoso crecimiento económico.
Jiang viajó acompañado de 100 empresarios de su país, y en cada una de las paradas del recorrido se produjeron encuentros entre hombres de negocios y se propiciaron contactos, algunos de los cuales quedaron plasmados en acuerdos bilaterales.
El intercambio comercial chino-latinoamericano alcanzó en 2000 a 12.600 millones de dólares.
Según adelantó Jiang en la sede de la Cepal, «ambas partes han de explotar potencialidades y, sobre la base de mantener el crecimiento sostenido, dar mayor prioridad a las inversiones y al fomento de la cooperación en las altas ciencias y tecnologías».
«Está ensanchándose la brecha entre un norte rico y un sur empobrecido, y el abismo digital», afirmó el presidente chino en Santiago, en un discurso que leyó en español.
Una opción del gigante asiático se puso en práctica cuando estuvo Jiang en Argentina, el día 9. Allí se lanzó una plataforma, llamada «China Trade», que permitirá comerciar electrónicamente con países de la Unión Europea (UE) y América Latina.
La nueva plataforma fue desarrollada por la empresa Internet Argentina en sociedad con la estatal Radio Internacional de China.
El comercio internacional chino superó el año pasado los 400.000 millones de dólares, y se prevé que el comercio electrónico pase de los 42 millones de dólares de 1999 a 3.800 millones en 2003.
Para 2005 se espera que China, en la que actualmente 40 por ciento de sus 1.300 millones de habitantes acceden a la red mundial de computadoras, sea el primer país del mundo de usuarios. (FIN/IPS/ac/dm/if ip/01