Mares y océanos del mundo padecen el ataque simultáneo de la contaminación, la pesca excesiva, la piratería, la destrucción ambiental y las disputas fronterizas, advirtió el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
«La contaminación de mares y océanos vuelve a ser una preocupación prioritaria para la comunidad internacional», afirmó Annan.
Más de 1.000 millones de personas, sobre todo en los países en desarrollo, que dependen de la pesca como principal fuente de proteínas, están amenazadas por la depredación causada por la sobreexplotación de recursos de los mares.
El informe, de 133 páginas, señala asimismo que crece la presión de la actividad económica sobre las áreas costeras, en particular por el crecimiento explosivo de las ciudades, el incremento del turismo y la industrialización y la expansión de la piscicultura.
Las flotas pesqueras que operan cerca de las costas, donde la sobreexplotación es creciente, se aventuran hacia aguas más profundas en busca de nuevos caladeros.
La fuerte competencia por recursos escasos y las disputas internacionales por la delimitación de fronteras marítimas también amenazan el delicado equilibrio legal alcanzado mediante la Convención de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre Derechos del Mar, de 1982.
El foro mundial está preocupado por la falta de solución pacífica de casi cien contenciosos internacionales, como los que mantienen Marruecos y España, China y Japón, Irán y Kuwait, Barbados y Trinidad y Tobago, Cuba y Honduras, Guyana y Suriname y éste país y Venezuela.
En Europa, los diferendos involucran a Rumania y Ucrania en el mar Negro, y a Rusia y Ucrania en el estrecho de Kerch.
Mientras, la piratería va en aumento y en 2000 se registraron 469 episodios, tanto en puertos como en alta mar. Se trata de un incremento de 57 por ciento sobre los casos de piratería del año anterior y de 450 por ciento respecto de 1991, según La Oficina Marítima Internacional.
Ese tipo de delitos con uso de armas de fuego cuesta millones de dólares por año a la industria naviera y pone en peligro la vida de los trabajadores del mar.
En enero, la compañía angloholandesa Royal Dutch Shell suspendió la distribución de petróleo en Oapúa Nueva Guinea, luego que delincuentes armados atacaron uno de sus buques tanque.
Los delitos comprenden igualmente la violación de normas ambientales internacionales, como los vertidos ilegales, la descarga de sustancias contaminantes o el incumplimiento de las disposiciones que regulan la explotación de los recursos biológicos marinos.
Al mismo tiempo se multiplica el tránsito marítimo ilegal de emigrantes y polizones. «La demanda de transporte ilegal crece a medida que aumenta la desesperación de los emigrantes, cada vez menos preocupados por las condiciones de inseguridad de las embarcaciones en las que viajan», afirma el estudio.
En febrero, un barco propiedad de un naviero sirio y que navegaba con bandera camboyana fue dejado a la deriva en el mar Mediterráneo frente a la Costa Azul, en Francia, con 800 kurdos a bordo. El año pasado, 120 personas murieron intentado cruzar ilegalmente el estrecho de Gibraltar.
La pobreza de los países en desarrollo y las barreras a la inmigración legal de los países industrializados son las causas directas de la inmigración ilegal.
La ONU reclamó un mayor esfuerzo internacional para vigilar los mares y lograr el cumplimiento de la ley, si bien reconoció que «muchos de esos actos se realizaron en la última década y no están tipificados como delitos por el derecho internacional».
La actividad marítima es la primera verdaderamente global. Este fenómeno exige reglas internacionales aplicables a toda la industria, señala el informe.
Los barcos de los 35 países más importantes en la industria marítima están registrados bajo bandera extranjera. Eso obliga a trasladar el peso de los controles de los estados que registran barcos bajo sus bandera, a los estados portuarios y ribereños.
Los principales países de registros abiertos —Panamá, Liberia, Chipre, Bahamas, Malta, Bermuda y Vanuatu— representan a 75 por ciento de los buques registrados bajo la llamadabandera de conveniencia.
En cuanto a los daños ambientales, un informe publicado en enero por el Grupo Conjunto de Expertos de la ONU sobre Aspectos Científicos de la Protección Ambiental Marítima sostuvo que «la situación de los mares y océanos del mundo se está deteriorando».
«La mayoría de los problemas identificados hace décadas continúan sin solución y muchos están empeorando», concluyó el informe. (FIN/IPS/tra-en/td/da/dc-ff/en/01)