AMBIENTE: Islas se juegan la vida contra el cambio climático

Los 37 países miembros de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) exigen medidas concretas y creíbles para superar la amenaza que significa el recalentamiento planetario para el mundo.

«Somos los menos responsables de las consecuencias del cambio climático, pero los más vulnerables, por lo que nos hallamos en la vanguardia de la lucha contra el recalentamiento planetario», dijo el presidente de AOSIS, el embajador ante la ONU Tuiloma Neroni Slade, de Samoa.

AOSIS se manifestó «profundamente preocupada y desilusionada» por la decisión de Estados Unidos de retirarse del Protocolo de Kyoto, el tratado internacional por el cual los países industrializados se proponen reducir sus emisiones de gases invernadero, a los que se atribuye el cambio climático.

Estados Unidos emite 25 por ciento de todos los gases invernadero, generados principalmente por la quema de combustibles fósiles, como el gas y el petróleo.

Aunque el cambio climático será malo para todos, «la evidencia científica indica que las pequeñas islas son las más vulnerables», agregó la Alianza.

Representantes de Islas Cook, Granada, Jamaica, Kiribati, Maldivas y Santa Lucía anunciaron este fin de semana su compromiso a utilizar fuentes de energía renovable como medio para controlar los gases invernadero.

El anuncio se hizo durante la novena sesión de la Comisión sobre Desarrollo Sustentable, en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Nueva York, que comenzó el 16 y concluye el viernes 27.

«La energía limpia es parte central de las gestiones internacionales para salvar al ambiente y también es una herramienta para el desarrollo social y económico», dijo Tom Roper, representante de la no gubernamental Climate Institute.

Dicha organización coauspició el acontecimiento, junto con la Organización de Estados Americanos (OEA) y las organizaciones no gubernamentales Winrock International, Counterpart International y Forum for Energy and Development (FED).

El grupo dio el puntapié inicial a la Iniciativa Mundial de Energía Sustentable para las Islas (GSEII) en noviembre, durante la conferencia de Cambio Climático celebrada en La Haya, y ayuda a los países insulares en su intento por cambiar sus fuentes de energía.

Los estados insulares deben importar combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, y no tienen la capacidad para proporcionar electricidad a todo su territorio, sobre todo al medio rural.

Sin embargo, estos países están bien adaptados para emplear una combinación de tecnologías modernas de energía renovable y medidas de eficiencia energética, debido a la existencia de fuentes de energía renovable, según el grupo.

Bishnu Tulsie, del Ministerio de Planeamiento de Santa Lucía, dijo que el ambicioso plan de su gobierno para fomentar el desarrollo de granjas eólicas y unidades de calefacción solar, entre otras formas alternativas de energía, debería reducir las emisiones de gases invernadero en 35 por ciento para 2010.

El gobierno también pretende reducir 15 por ciento la demanda de energía en la próxima década, a través de medidas de mayor eficiencia y conservación, como mayor transporte público y el uso de vehículos de combustible alternativo.

Santa Lucía ofrecerá incentivos impositivos a las industrias de energía alternativa y a la importación de dicha tecnología. «El tema no es económico para nosotros, sino de supervivencia», agregó Tulsie.

Los más amenazados por el cambio climático son los países a nivel del mar o apenas por encima del mismo. Si las proyecciones científicas se confirman, la temperatura aumentará entre 1,4 y 5,8 grados en el próximo siglo, lo cual elevaría el nivel, tapando muchos territorios que actualmente están sobre el agua.

La elevación del nivel del mar también afectará la vida marina, incrementará la salinización de las tierras fértiles y contaminará las reservas de agua.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que los daños provocados por el cambio climático le costarían 300.000 millones por año al mundo, y algunos países llanos perderían cifras superiores al 10 por ciento de su producto interno bruto para 2050.

A través del Protocolo de Kyoto, los países industrializados acordaron reducir sus emisiones de gases invernadero 5,2 por ciento por debajo de las emitidas en 1990 para 2012.

El Grupo de los 77, integrado por 133 países en desarrollo, y algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, expresaron su inquietud porque Washington había anunciado su alejamiento del Protocolo de Kyoto.

Según AOSIS, Estados Unidos «tiene una solemna responsabilidad, incluso un deber moral, por lo menos, para dirigir a la comunidad mundial en su lucha contra el recalentamiento planetario». (FIN/IPS/tra-en/js/da/aq/en/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe