AMBIENTE-BRASIL: Una ducha caliente y ecológica

Los 27 millones de hogares que utilizan duchas eléctricas en Brasil podrán contar con el calentador solar de bajo costo (CSBC), un sistema sencillo que permite disponer de agua caliente para el baño con mínimo consumo de electricidad.

Brasil ahorrará 20,5 millones de kilovatios/hora por año, entre seis y siete por ciento del consumo nacional, si el CSBC es utilizado por 25 millones de familias, calculó Augustín Woelz, inventor del sistema.

Junto con el ahorro de energía se evitaría la emisión anual de diez millones de toneladas de dióxido de carbono, el más nocivo de los gases que producen el sobrecalentamiento de la Tierra.

El ahorro relativo es aún mayor. La ducha eléctrica pone a prueba la capacidad del sistema de generación y distribución de electricidad, porque su utilización se concentra al comenzar la noche, el momento de máxima demanda de energía.

A esa hora se encienden muchos aparatos domésticos, edificios y calles se iluminan y la industria y otros negocios siguen en actividad. Al reducirse el consumo para calentar agua de baño, disminuye la presión, ya que las duchas eléctricas absorben diez por ciento de la potencia generada en el horario de punta.

Brasil pretende utilizar el gas natural importado de Bolivia en centrales termoeléctricas, dadas las dificultades de la producción hidroeléctrica para acompasarse al incremento de la demanda. Ahorrar energía significará entonces una menor emisión de gases de efecto invernadero.

Los aparatos eléctricos que «democratizaron el baño caliente» son una solución típicamente brasileña, observó Woelz. En el resto del mundo es más común el calentador a gas.

El CSBC, inicialmente diseñado para viviendas sencillas, puede calentar de 150 a 200 litros de agua por día, convirtiendo la luz solar en calor mediante placas alveolares revestidas con tinta negra, tuberías de plástico y otros materiales de construcción disponibles en el mercado.

El proceso puede aprovechar los mismos depósitos de agua con que las viviendas brasileñas son usualmente equipadas, agregándoles aisladores térmicos. El agua de la parte inferior pasa por los conductos y placas que la calientan y vuelve al depósito.

Ese movimiento se hace naturalmente, pues el agua caliente es más liviana que la fría. Ocupa por lo tanto la capa superior del depósito hasta alcanzar una temperatura homogénea. El agua puede llegar a 55 grados, una temperatura más que suficiente para el baño, y en días nublados o lluviosos puede descender a 40 grados.

Debido a esas variaciones, se debe mantener como complemento la ducha eléctrica, aunque con el agregado de un regulador de temperatura, para aumentarla si es insuficiente la que produce el sistema solar.

Cualquiera puede instalar el CSBC por su propia cuenta, a un costo total cercano a cien reales (50 dólares), según Woelz, un ingeniero electrónico que dijo haber reflexionado sobre su invento durante diez años y haberlo desarrollado en los dos últimos.

El CSBC fue diseñado especialmente para la población más pobre, la que habita los barrios marginados, y su creador tuvo apoyo del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico y de la Fundación de Amparo a la Pesquisa de Sao Paulo, dos órganos gubernamentales.

La empresa creada para difundir su uso, Supower Engenharia(www.sunpower.com.br), no pretende cobrar derechos de patente, sino movilizar voluntarios y capacitar técnicos, obreros, maestros y agentes sociales para su instalación masiva.

El empleo masivo del CSBC determinará la expansión de la industria fabricante de sus componentes y algunas empresas podrán, en el futuro, vender kits completos, además de desarrollar sistemas para edificios mayores.

El objetivo es social, ya que los pobres ahorrarán cerca de 150 reales (75 dólares) al año, y especialmente ambiental, afirmó Woelz. (FIN/IPS/mo/ff/en/01

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