ZAMBIA: Chiluba sufre de adicción al poder

El presidente de Zambia, Frederick Chiluba, siempre aseguró que dejaría el cargo en forma voluntaria como lo hicieron los ex mandatarios Julius Nyerere, de Tanzania, y Nelson Mandela, de Sudáfrica, pero aún no ha demostrado que cumplirá su promesa.

En cambio, Chiluba, cuyo segundo período de gobierno termina en noviembre, despidió a dos ministros que se opusieron a su segunda reelección.

El ministro de Gobierno, Ackson Sejani, y el viceministro del Interior, Edwin Hatembo, fueron destituidos el mes pasado luego de que el comité en su provincia de origen del gobernante Movimiento por la Democracia Multipartidista (MMD) exhortó a Chiluba que respete la Constitución.

Pocos líderes africanos dejaron el cargo en forma voluntaria, por eso nadie se sorprendió cuando los partidarios de Chiluba iniciaron una campaña para modificar la Constitución y permitir que el presidente asuma un tercer mandato consecutivo.

«La historia de Africa está repleta de golpes militares para sacar del gobierno a los líderes que no se quieren ir. Tenemos que terminar con eso», declaró Chiluba el año pasado en una conferencia en el Instituto de Estudios sobre Relaciones Industriales y Democráticas de Zambia.

Los líderes «jamás debemos lamentar nuestra partida. Si nos alegra la llegada, debe alegrarnos la partida», agregó.

En Africa austral, sólo Mandela, Nyerere y el ex presidente de Botswana Ketumile Masire se retiraron del cargo en forma voluntaria.

Por el contrario, muchos jefes de Estado del continente fueron obligados a dejar el cargo por medio de las armas. Unos 30 gobernantes murieron desde 1960 debido a la violencia política.

En octubre de 1997, un grupo de militares jóvenes intentó sacar del poder a Chiluba, pero fracasó.

«Una vez que un líder llega al poder, lo encuentra muy placentero y se vuelve un adicto. Todo se trata de poder y de privilegios», opinó Greg Linnigton, politólogo de la Universidad de Zimbabwe.

También existe temor de ser acusado por los errores cometidos durante el gobierno. El ministro destituido Sajeni sostiene que el presidente de Zambia teme que, cuando deje el cargo, se haga pública «toda su corrupción».

«Está cada vez más claro que no quiere retirarse por temor a las consecuencias», afirmó.

El director ejecutivo del grupo defensor de los derechos humanos Afronet, Ngande Mwanajiti, coincidió con el ex ministro y advirtió que el intento de Chiluba de lograr un tercer mandato amenaza la estabilidad de la democracia y podría desembocar en el surgimiento de un sistema unipartidista.

«Chiluba no tiene nada que ganar desde el punto de vista político, pero sí económico», sostuvo Mwanajiti.

«Se trata de una psicología política sobre lo que representa ser presidente y los beneficios materiales que ese puesto conlleva. Existe también cierta mentalidad entre los líderes africanos de que tienen derecho divino a gobernar», dijo Sanusha Naidu, del Instituto Sudafricano de Estudios Internacionales.

«Lo que los asusta más al pensar que dejarán el cargo es que puedan ser investigados por sus negocios y requeridos por sus acreedores», agregó.

Chiluba proscribió a algunos políticos de su partido que competían por la presidencia, mientras las protestas por sus tendencias dictatoriales van creciendo día a día.

«Rezo para que aunque sea a último momento se levante la prohibición, en favor de la competencia justa y la transparencia», afirmó el vicepresidente del MMD, Godfrey Miyanda.

Las elecciones presidenciales están previstas para noviembre. Mientras el oficialismo sufre grandes divisiones, los seis principales partidos opositores formaron una alianza para competir en las urnas.

Chiluba llegó al poder gracias a sus promesas de establecer el orden y asegurar el respeto a la Constitución.

Varias organizaciones, convocadas la semana pasada en Lusaka en el mayor acto organizado por las iglesias en casi una década, firmaron una declaración en la que piden a Chiluba que desista de un tercer mandato.

Las organizaciones rechazaron la intención del presidente de llevar a cabo un referéndum sobre el asunto y pidieron el respeto de la Constitución.

«La Constitución es la única coraza que tenemos contra la ferocidad natural de la especie humana. Yo creo que nada cambió desde 1990 y es necesario limitar el período de gobierno del presidente», sostuvo el lunes el ministro de Asuntos Legales, Vicent Malambo. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/rp/aq/ip/01

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