Cerca de 10 millones de enfermos de tuberculosis del Sur en desarrollo se beneficiarán de una nueva iniciativa internacional para suministrarles fármacos gratuitos en los próximos cinco años.
El plan fue anunciado el miércoles en Washington, durante el lanzamiento del Fondo Mundial de Fármacos para la Tuberculosis, respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial para Detener la Tuberculosis Hoy.
«El acceso al tratamiento y al cuidado es inherente a los derechos humanos», dijo a la prensa Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS.
«Todos sabemos que los pobres son quienes más padecen enfermedades infecciosas, y la tuberculosis constituye uno de los ejemplos más claros de ello», destacó Brundtland.
Además, consideró «vergonzoso que muchos enfermos de tuberculosis todavía mueran por esa enfermedad, e inexcusable que menos de un cuarto de los enfermos tengan acceso al tratamiento».
La OMS está determinada a revertir esa tendencia mediante el Fondo Mundial de Fármacos, que incluirá «medicamentos de alta calidad», según se anunció.
Pero para lograr ese objetivo, la comunidad internacional debe proveer los fondos adecuados.
La OMS pidió un compromiso financiero de al menos 50 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años para garantizar el éxito de la campaña contra la tuberculosis, una enfermedad que mata a dos millones de personas cada año.
La nueva campaña fue lanzada tres días antes del Día Mundial contra la Tuberculosis, que se celebra cada 24 de marzo.
La iniciativa atrajo apoyo financiero de organizaciones humanitarias nacionales como la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional, lo que permitió al Fondo Mundial de Fármacos avanzar en su plan aun antes de su lanzamiento oficial.
«Gracias a una contribución inicial de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional, el Fondo pudo aprobar donaciones a varios países de Africa, Asia y Europa oriental», destacó la OMS.
Así mismo, el programa podrá ofrecer medicamentos a casi medio millón de pacientes en su primer año de operaciones en base al flujo inicial de fondos.
Aunque la iniciativa se concentrará en los países en desarrollo, dado que en ellos residen 90 por ciento de los enfermos de tuberculosis, el mundo industrializado también puede obtener beneficios indirectos de este programa, destacó la OMS.
Ello se debe a la creciente movilidad de la población mundial y la manera en que se propaga esta enfermedad, por el aire, como un resfrío común.
«Existen abundantes pruebas de que las fronteras nacionales no son obstáculo para el contagio de la tuberculosis», señaló la agencia de salud de las Naciones Unidas.
Las infecciones durante viajes aéreos se han vuelto un riesgo creciente, y «lo más preocupante es el aumento de los casos de tuberculosis resistentes a múltiples drogas», cuyo tratamiento es muy costoso y difícil.
Actualmente, esta enfermedad infecta cada año a casi tres millones de personas en el sur y este de Asia, en Africa subsahariana a 1,5 millones y en Europa oriental a más de 250.000.
Sin embargo, si no se fortalecen las medidas de control de la enfermedad, se producirán casi 1.000 millones de nuevas infecciones para 2020, y de esa cantidad, 200 millones de personas enfermarán y 35 millones morirán, según la OMS.
La urgencia por combatir la enfermedad también está relacionada con la aceleración del contagio de la tuberculosis por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida.
«La epidemia mundial de tuberculosis aumentó seis por ciento entre 1997 y 1999, en gran parte debido a un incremento de 20 por ciento en los países africanos afectados por la epidemia de VIH/sida», señaló la OMS.
Esa combinación letal podría provocar «cerca de 10,2 millones de nuevos casos por año antes de 2005», advirtió.
No obstante, esa situación puede evitarse, porque la tuberculosis es «la enfermedad infecciosa curable que más muertes provoca».
Pero el tratamiento prescripto por la OMS, llamado Tratamiento de Observación Directa (DOTS), se aplica a apenas 23 por ciento de los enfermos de tuberculosis, según un informe publicado esta semana por la agencia.
El DOTS requiere la observación directa de la toma de los medicamentos por un trabajador de la salud durante todo el período indicado (en general de seis a ocho meses), porque el abandono de la medicación ante la desaparición de los síntomas es causa de aparición de cepas resistentes a los antibióticos.
«Uno de los principales obstáculos para la expansión del DOTS es la escasez de medicamentos, a causa de crisis financieras, sistemas ineficientes de compra de fármacos y mala administración», afirmó la OMS.
Si esta situación no cambia, «las futuras generaciones se preguntarán por qué se permite que mueran dos millones de personas cada año de una enfermedad que puede curarse con medicamentos de apenas 10 a 15 dólares de costo», advirtió J.W. Lee, director del departamento contra la tuberculosis de la OMS. (FIN/IPS/tra- en/mmm/da/mlm/he/01