SALUD-IRAN: Creciente uso de drogas intravenosas propaga el sida

El número de adictos a las drogas intravenosas crece junto con el de infectados por el virus del sida en Irán, uno de los principales puntos de tránsito para el tráfico de narcóticos entre Asia y Europa.

El primer caso de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en este país islámico se detectó en el año 1987 en un niño hemofílico de seis años que contrajo el virus mediante una transfusión de sangre contaminada importada.

Hasta el 14 de febrero último, se habían denunciado 2.271 casos de sida en todo el país, informó Bahram Yeganeh, director de la Comisión Nacional para la Prevención del Sida.

Sin embargo, el experto Minou Mohraz estimó el número total de iraníes infectados entre 20.000 y 30.000, y el ministro de Salud, Mohammad Farhadi, describió el problema del sida en Irán como «una bomba de tiempo».

«En Irán tenemos una bomba de tiempo, y debemos tomarla muy en serio», advirtió el ministro en una conferencia celebrada en Teherán antes del Día Mundial del Sida, el 1 de diciembre.

Las autoridades sanitarias destacaron que la tendencia en la propagación de la epidemia en este país es diferente a la del resto del mundo.

Las estadísticas mundiales indican que casi 80 por ciento de los infectados con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) contraen la infección mediante relaciones sexuales con otra persona infectada, 12 por ciento mediante agujas contaminadas, y menos de cuatro por ciento a través de una transfusión de sangre infectada.

Pero en Irán, casi 70 por ciento de los infectados con el VIH utilizaron agujas hipodérmicas contaminadas, y sólo 13 por ciento contrajeron el virus por contacto sexual, según datos de la Comisión Nacional para la Prevención del Sida.

Otro 9,5 por ciento se infectó mediante sangre contaminada, y cerca de uno por ciento de los casos son de bebés infectados a través de sus madres.

En resumen, la mayoría de los iraníes infectados con el VIH son adictos a drogas inyectables, señaló Yeganeh.

Irán es un importante punto de tránsito para los narcóticos procedentes de los vecinos Afganistán y Pakistán destinados a Europa, Asia central y la región del Golfo.

Se estima que cerca de dos millones de los 70 millones de iraníes son drogadictos, y de ellos, 300.000 se inyectan las drogas con jeringas, en muchos casos compartidas.

En las cárceles, la incidencia del sida es muy alta.

«En 1996, se analizaron muestras de sangre de 400 internos de un total de 500 en una cárcel, y 146 dieron positivo. La mayoría se habían infectado con agujas contaminadas», dijo Yeganeh.

Funcionarios carcelarios y de salud se quejan de la falta de atención médica en las prisiones.

«Nos cuesta mantener a los reclusos lejos de las drogas. Nos falta espacio», declaró Morteza Bajtiari, director de la cárcel de Teherán.

Trascendió que algunos guardias hacen ingresar los narcóticos a las prisiones, y también muchos nuevos convictos, que ocultan las drogas en sus estómagos.

Aunque las rígidas normas religiosas han mantenido a raya la propagación del VIH mediante el contacto sexual, expertos en salud pública advierten que sería insensato ser complaciente en este punto.

Numerosos extranjeros llegan a Irán a trabajar en el comercio sexual, mientras que 70 por ciento de los iraníes son menores de 30 años y un gran número de hombres jóvenes viajan fuera del país.

Cada día, más de 60 autobuses turísticos salen de Irán hacia naciones vecinas, cargados de personas en su mayoría jóvenes.

Además, el número de jóvenes iraníes que contraen matrimonio ha caído en los últimos años, en un fenómeno que los sociólogos atribuyen al creciente desempleo.

Los expertos en salud pública temen que todos estos factores provoquen un aumento de las relaciones extramaritales, que a su vez contribuyan a la propagación del VIH.

Irán figura en el lugar 27 en la lista de los países más exitosos en su lucha contra el sida, según estadísticas de las Naciones Unidas.

El gobierno adoptó una serie de medidas para la prevención y el control del sida en los últimos años, entre ellas una aplicación más estricta de la ley contra los narcotraficantes y talleres de prevención y programas de capacitación.

Así mismo, el Ministerio de Salud y autoridades carcelarias distribuyen medicamentos para los enfermos de sida.

Sin embargo, los críticos sostienen que la información pública ha sido insuficiente y acusan a las autoridades sanitarias de no involucrarse activamente en la educación preventiva.

Tras reiteradas exhortaciones de los expertos para incluir la educación sobre el sida en los textos escolares, finalmente el gobierno rompió su silencio este año cuando Minou Mohraz, funcionario de salud pública y especialista en sida, anunció que «en un futuro cercano» el tema se incluirá en los programas de estudio. (FIN/IPS/tra-en/yt/mu/mlm/he/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe