La principal autoridad de las cárceles de India acusó a la Cruz Roja de este país de violar los derechos humanos de los reclusos al rechazar sus donaciones voluntarias de sangre.
El director general de Cárceles de India, Ajay Agrawal, protestó formalmente ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por la decisión de la Cruz Roja, que dirige el mayor banco de sangre de este país de más de 1.000 millones de habitantes.
En su denuncia, Agrawal dijo que el argumento de la Cruz Roja de que los prisioneros son «donantes de alto riesgo» no es sólo «discriminatorio», sino también «violatorio de los derechos humanos de los presos».
Las organizaciones de derechos humanos señalan, por su parte, que la denuncia pone de manifiesto nuevamente los prejuicios que agravan la carencia de sangre para transfusiones en los hospitales.
El jefe de las cárceles elevó su denuncia ante la CNDH —-un organismo público— luego de que la Cruz Roja rechazó sangre donada por algunos de los 2.200 reclusos de la Cárcel Central de Tihar, en Nueva Delhi.
Estas donaciones voluntarias son parte de los esfuerzos nacionales para ayudar a las víctimas del terremoto del 26 de enero, en el que murieron más de 30 mil personas al oeste del país.
Según el director del banco de sangre de la Cruz Roja, S.H. Choudhury, la sangre fue rechazada porque los presos son considerados «donantes de alto riesgo».
En su denuncia, el director de cárceles sostuvo que los presos de Tihar «se sintieron totalmente aislados y condenados» por el rechazo de la Cruz Roja.
Según las leyes vigentes, las personas recluidas en cárceles están habilitadas para donar sangre dos veces por año y obtener así una reducción de un mes de su condena por cada año de donaciones. Agrawal señaló que el rechazo de la Cruz Roja también le negó a los presos la posible reducción de su reclusión.
Los grupos de derechos humanos y algunos profesionales de la medicina sostienen que el argumento de la Cruz Roja no es científico y refleja las actitudes que han causado la carencia de sangre en el país.
Según Iqbal Malik, directora de la organización no gubernamental Vatavaran, solamente la ciudad de Nueva Delhi requiere unas 300 mil unidades de sangre por año. Pero los bancos recogen menos de la mitad de esa cantidad.
Según un informe de este grupo, una orden dictada por la Corte Suprema de Justicia hace dos años agravó la falta de sangre para transfusiones.
En efecto, la Corte Suprema prohibió a los pacientes comprar sangre de los llamados «donantes profesionales». La medida se basó en un estudio que sostenía que los donantes que venden su sangre proceden en su mayoría de «lo peor de la sociedad» y por tanto son más proclives a tener sangre contaminada.
El estudio, dirigido por la firma de contadores A.F. Ferguson, afirmaba que los donantes profesionales eran en su mayoría pobres, muchos de los cuales podían ser adictos a las drogas y sexualmente promiscuos.
Eran, por lo tanto, «grupos de alto riesgo en materia de hepatitis y sida y no son aptos para donar sangre», subrayaba el estudio.
Las organizaciones de derechos humanos y los propietarios de bancos de sangre privados que dependen de los donantes profesionales protestaron contra esta medida por carecer de bases científicas.
Según V.B. Lal, un cirujano que dirige el banco de sangre privado más grande de Nueva Delhi, los donantes de sangre pobres y desempleados no necesariamente tienen «conductas de alto riesgo».
«Lo que se debe saber es que la sangre del donante está científicamente analizada y es segura, en lugar de los antecedentes personales», dijo Lal.
El informe del grupo Vatavaran sostiene que la prohibición de la Corte Suprema abarcó a las donaciones profesionales ilegales, en las que los donantes exigen «dinero extra por riesgos» en caso de ser descubiertos.
Según Lal, el trabajo de los bancos de sangre se ve igualmente obstaculizado por la creencia popular de que donar sangre debilita al donante. Lal culpa al gobierno por no llevar adelante una campaña pública para educar a los posibles donantes.
Las donaciones de sangre se organizan en «campos de donación» administrados tanto por organizaciones no gubernamentales como por instituciones del gobierno.
Pero a veces la sangre donada en esos campos presenta niveles tan altos de VIH (virus de inmunodeficiencia humana) como la tomada en los bancos de sangre de donantes profesionales.
Los médicos y los grupos de derechos humanos critican igualmente a familias poderosas que reclaman que los pacientes puedan obtener transfusiones directamente de sus parientes, en lugar de las de los bancos de sangre.
El grupo de voluntarios Common Cause (Causa Común) solicitó a la Corte de Delhi que permita «la toma de sangre de parientes y amigos como un paso para desalentar el uso de sangre comercial que está intrínsecamente infectada». (IPS/FIN/tra-en/rd/mu/dc/aq/he hd/01