PAKISTAN: Gobierno busca nueva imagen en materia nuclear

La sorpresiva destitución de los dos principales expertos en armas nucleares de Pakistán reveló la preocupación de este país por dar una imagen responsable ante la comunidad internacional, sostuvieron analistas políticos.

El gobierno militar anunció la semana última que ascendió a los científicos Qadeer Khan, conocido como el padre de la bomba atómica de Pakistán, y a su colega Ashafq Ahmed, al nombrarlos nuevos asesores en ciencia y tecnología de Pervez Musharraf, el hombre fuerte del régimen.

La prensa de inmediato acusó a Islamabad de actuar bajo presión de Occidente y de «poner en peligro» el programa nuclear paquistaní.

Khan, de 64 años, es considerado un héroe desde que promovió la creación del principal centro del país para la explotación de uranio, el Laboratorio de Investigación Kahuta, en tanto que Ahmed, de 69 años, presidió la Comisión de Energía Atómica de Pakistán.

Ambos fueron las principales figuras durante los ensayos nucleares de Paquistán realizados en mayo de 1998, como respuesta a las pruebas llevadas a cabo el mismo mes por la rival y vecina India.

Musharraf explicó que la destitución de los científicos se consideraba desde hace mucho tiempo, pero siempre se decidió mantenerlos un poco más en el cargo. «Esta vez, el gobierno decidió no extender por otro período sus funciones», afirmó.

Khan, vinculado al programa nuclear paquistaní desde sus inicios hace 27 años, anunció que no aceptará su nuevo cargo.

Analistas políticos sostienen que los dos expertos fueron «descartados» porque sus posturas radicales en relación al programa nuclear paquistaní comprometían a Islamabad.

Una serie de declaraciones públicas de Khan sobre la capacidad de ataque nuclear de Pakistán contribuyeron a aumentar la tensión entre Islamabad y Nueva Delhi en su conflicto sobre la disputada provincia de Cachemira.

La salida de Khan debe ser interpretada en el contexto de los esfuerzos del gobierno por «despolitizar y racionalizar» su programa nuclear, sostuvo el analista de asuntos de defensa Adnan Rehmat.

La destitución de los dos científicos es parte de un plan de Islamabad para hacer que su programa nuclear sea más aceptable a Occidente.

El gobierno está construyendo el Complejo Nacional de Defensa (CND), que será el principal centro del país para la fabricación de armas nucleares y convencionales. El CND asumirá las funciones ahora desempeñadas por la Comisión de Energía Atómica y el Laboratorio de Investigación Kahuta.

Para Pakistán es vital despojarse de posturas radicales en asuntos de defensa, en momentos que su economía se ve sacudida por las sanciones internacionales impuestas luego de sus ensayos nucleares de 1998.

La rupia sufrió una fuerte caída en su valor en los últimos tres años, mientras el congelamiento de las cuentas en divisas de paquistaníes en el exterior y la pérdida de confianza de los inversionistas cerraron las principales fuentes de capital extranjero del país.

Pakistán tiene una deuda externa de 37.000 millones de dólares, lo que equivale a 95.9 por ciento del producto interno bruto en este país con un ingreso por habitante anual de 450 dólares, según los últimos datos del Banco Mundial.

Los principales administradores económicos del país, como el presidente del Banco Central, Ishrat Hussain, exigen al gobierno que firme el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBT, por su sigla en inglés) para salvar la economía.

Hussain explicó que la firma del CTBT permitirá el levantamiento de las sanciones y garantizará la obtención de 4.000 millones de dólares en asistencia internacional.

El depuesto primer ministro Nawaz Sharif dijo ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 1998 que Pakistán firmaría el CTBT en septiembre de 1999 si se levantaban todas las sanciones económicas.

Poco después de que fuera derrocado el gobierno de Sharif en octubre de 1999, el régimen militar de Musharraf inició un debate público en el país sobre el CTBT. Sin embargo, Islamabad anunció que no firmará el tratado si Nueva Delhi no hace lo mismo.

Analistas sostienen que ahora, con la negativa de Estados Unidos a ratificar el tratado, es más fácil para Pakistán resistirse a participar del CTBT.

Algunos piensan que Washington está dispuesto a aceptar la condición de potencia nuclear de Pakistán a condición de que Islamabad observe estrictos controles a las exportaciones e importaciones de material para la fabricación de armas nucleares.

Mientras, las sanciones contra Pakistán parecen desaparecer en forma gradual. Estados Unidos permitió la reanudación de la asistencia a los programas educativos y la Unión Europea reinició la cooperación en proyectos sociales. (FIN/IPS/tra-en/ni/mu/rp/aq/ip/01

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