El Grupo de los 77 (G-77), formado por 133 países en desarrollo, volvió a exigir una investigación sobre presunta discriminación racial en la elección y el ascenso de funcionarios en la Secretaría General de la ONU.
Los miembros del G-77 están molestos porque la Secretaría aún no entregó un informe que le exigió la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) hace dos años para aclarar las denuncias, según dijo a IPS un representante de los países en desarrollo.
En un documento que es discutido por el Comité Administrativo y de Presupuesto de la ONU, el G-77 pide a la Secretaría General, que «asegure, sin exclusiones, la aplicación uniforme de las reglas de la organización en todos sus departamentos».
El documento también sostiene que «la elección y el ascenso del personal debe hacerse sin distinción de raza, sexo o religión, de acuerdo con los principios de la Carta de la ONU y lo establecido por las Reglas de Personal» del organismo.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, en un informe presentado a los 189 miembros de la Asamblea General en septiembre, aclaró que su oficina «no está en condiciones de realizar una investigación exhaustiva sobre discriminación racial debido a las limitaciones de sus sistemas de información».
En primer lugar, la Secretaría General no registra la raza de sus funcionarios en ningún momento, ni siquiera en los formularios requeridos para ocupar el puesto, explicó Annan. «Por tanto, es imposible obtener estadísticas sobre raza o sacar conclusiones», agregó.
Annan también descartó la posibilidad de tomar la nacionalidad como base para la investigación, pues funcionarios procedentes de un mismo país pueden tener orígenes étnicos y raciales diferentes.
El G-77 rechazó las explicaciones de Annan y «lamentó» que el informe requerido por la Asamblea General no haya sido realizado. Pero ahora exige que la Secretaría General lleve a cabo una investigación a través de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna, el organismo de supervisión de la ONU creado en 1994.
Los países en desarrollo quieren que los resultados de esta investigación sobre «discriminación por nacionalidad, sexo o religión en la elección y ascenso» de funcionarios sean presentados en un informe ante la 56 sesión de la Asamblea General, prevista para septiembre de este año.
Consultado al respecto, Annan dijo a la prensa la semana pasada que la ONU cuenta con sistema muy amplio y transparente en la elección y el ascenso del personal.
«Intenté mejorar la igualdad de género en la Secretaría e incluir el mayor número de funcionarias posible. Creo que hicimos un buen trabajo en los últimos dos años, aunque no puedo decir que es perfecto. Aún queda mucho por hacer», señaló Annan.
Sin embargo, Annan expresó que era consciente de «algunas denuncias de racismo en la Secretaría» y admitió que la Asamblea General le pidió en 1999 que investigara las acusaciones.
«Creamos un grupo para estudiar el caso, pero éste no comprobó ninguna denuncia concreta. De todas formas, seguiremos vigilando y actuaremos con firmeza y sin piedad si comprobamos algún caso de racismo, discriminación de género u hostigamiento», aseguró.
En un informe preliminar, el grupo investigador formado por Annan reveló que a la mayoría de los funcionarios procedentes de América del Norte y Europa se les ofrecieron puestos más altos que a sus pares de las naciones en desarrollo de Africa, América Latina y Asia.
El informe indica que se perjudicó incluso a «funcionarios que parecían contar con calificaciones más altas y más experiencia laboral», y que aquellos procedentes de América del Norte y Europa «ascendieron mucho más rápido que el resto».
En algunos momentos, la «intervención» de elementos ajenos a la Secretaría desempeñaron un papel fundamental en la reorganización y consecuente ascenso de funcionarios. El grupo constató casos específicos de funcionarios con mucha movilidad de un departamento a otro y aun de una agencia a otra.
El informe del grupo investigador no fue publicado como un documento oficial de la ONU, pero ya es objeto de discusión entre los miembros del G-77.
El número de funcionarios en la Secretaría General llegaba hasta junio a los 13.164, de los cuales 5.694 fueron contratados con recursos extrapresupuestarios de la ONU. (FIN/IPS/td/da/rp/aq/hd ip/01
