NACIONES UNIDAS: Esperanzas de paz entre Eritrea y Etiopía

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confía que el proceso de paz entre Eritrea y Etiopía tendrá éxito, pese a discrepancias entre esos países acerca de la implementación de un acuerdo alcanzado en junio.

Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU expresaron esta semana total apoyo a la Misión de las Naciones Unidas en Etiopía y Eritrea (UNMEE) y extendieron su mandato por otros seis meses, hasta el 15 de septiembre.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, informó al Consejo que el despliegue de tropas de la UNMEE en la región prosigue en forma satisfactoria, y que el comandante de esas tropas piensa que dispone de recursos adecuados para cumplir con su misión de paz.

En la actualidad, la UNMEE cuenta con 4.000 soldados y 220 observadores militares.

Los últimos combates entre Eritrea y Etiopía comenzaron en mayo de 1998, por una disputa fronteriza. Ambos países firmaron un acuerdo de paz en Argelia, en diciembre de 1999, y aceptaron un cese del fuego en julio. La UNMEE supervisa la implementación del acuerdo y el cese del fuego.

«La misión trató con dos gobernantes disciplinados, dos naciones disciplinadas y dos ejércitos disciplinados», dijo a periodistas Legwaila Joseph Legwaila, jefe de la UNMEE.

Sin embargo, «recientes dificultades» impidieron establecer la Zona Temporal de Seguridad prevista para separar a los ejércitos, que en la actualidad ocupan posiciones separadas por apenas 100 metros en algunas áreas fronterizas y «están armados hasta los dientes», apuntó.

Esas dificultades se deben a que la Zona de Seguridad prevista estaría por completo en territorio eritreo, aunque Etiopía enfatiza que parte de ese territorio ha estado bajo su administración durante largo tiempo, explicó.

El establecimiento de la Zona no es una imposición de la ONU, sino una iniciativa planteada en las negociaciones entre ambos países y aceptada en junio pasado, señaló.

«Por desgracia, las relaciones entre ambos bandos aún incluyen fuertes componentes de desconfianza», y es «comprensible que la cuestión de las posiciones de los ejércitos sea muy delicada, pese a los sinceros deseos de paz», opinó.

De todos modos, es muy probable que las actuales dificultades se superen en corto plazo, aseguró.

Legwaila dijo que otro problema para cumplir el mandato de la ONU es que existen restricciones a la libertad de movimiento de los integrantes de la UNMEE, garantizada en el acuerdo de paz, y que una de ellas es que la misión aún no dispone de permisos para realizar vuelos directos entre Addis Abeba y Asmara.

El embajador eritreo ante la ONU, Ahmed Tahir Baduri, afirmó en una carta dirigida esta semana al Consejo de Seguridad que su país reconoce los «enormes progresos» logrados desde que Legwaila comenzó a cumplir su misión.

Pero «es evidente que de vez en cuando surgirán problemas de diversa magnitud, y que en la actualidad afrontamos algunas dificultades importantes», indicó.

Etiopía cuestionó la propuesta de Asmara de que uno de los integrantes de la comisión que juzgará los reclamos de territorio presentados por ambas partes sea Jan Paulsson.

Ese cuestionamiento se realizó con el argumento «falso e insostenible de que Paulsson fue asesor legal secreto del gobierno eritreo» en la disputa limítrofe con Addis Abeba, opinó Baduri.

«Consideramos que el reclamo etíope no es razonable, y nuestro equipo legal le dará la respuesta que corresponde. De hecho, Eritrea tiene más razones para cuestionar a los dos integrantes de la Comisión de Compensaciones nombrados por Etiopía, debido a sus prolongados vínculos con Addis Abeba», comentó. (FIN/IPS/tra- eng/td/da/ego/mp/ip/01

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