La firma estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), una de las principales empresas de su tipo en el mundo, invertirá 45.300 millones de dólares en un plan quinquenal de negocios, el primero diseñado por la actual dirección a cargo de militares.
Venezuela es el tercer productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el segundo proveedor de crudo de Estados Unidos, después de Arabia Saudita, además de tener una de las mayores reservas petroleras del hemisferio occidental.
El presidente de PDVSA, el general Guaicaipuro Lameda, confirmó que la empresa proyecta inversiones por 45.300 millones de dólares entre este año y 2006, con el fin de «mantenerse como un proveedor confiable y seguro de crudos y productos de alta calidad».
El plan de inversiones presentado es el primer gran proyecto de la industria petrolera desde que el gobierno designó a militares en los puestos de dirección a mediados de octubre.
El presidente Hugo Chávez, en una serie de sorpresivos nombramientos, ubicó al general Lameda al frente de la empresa más importante para la economía del país.
También designó al general Cipriano Martínez Morales como vicepresidente de PDVSA, y al general Oswaldo Contreras Maza en la presidencia de Citgo, empresa subsidiaria de la firma estatal a cargo de la distribución y comercialización de combustible en Estados Unidos, donde posee unas 14.000 estaciones de servicio.
Lameda afirmó que PDVSA se define ahora como «una corporación energética», lo cual entraña un cambio clave al dejar de ser exclusivamente una firma de petróleo para «tratar de ver el futuro, ver cuál va a ser el destino de los hidrocarburos en las próximas décadas y adaptarnos a las transformaciones».
Una segunda estrategia de la nueva administración es «hacer de PDVSA una referencia mundial» en el negocio energético y para ello se plantean, entre otras metas, «adaptarse a la era digital mediante el negocio electrónico», agregó.
Por su parte, el director de planificación de la firma, César Jiménez, confirmó que en las inversiones a realizar en el período 2001-2006 se contempla un aporte propio de 47 por ciento, mientras que 53 por ciento restante será desembolsado por empresas privadas.
PDVSA, clasificada por publicaciones especializadas como la segunda corporación petrolera integrada del mundo, maneja las reservas de Venezuela estimadas en 77.000 millones de barriles.
Con negocios en América, Europa y Asia, busca ahora «mantener su competitividad y viabilidad financiera», para lo cual se concentrará en las actividades medulares de exploración, producción, refinación y comercio.
A la vez promoverá «la máxima participación privada» en el desarrollo integral de gas natural, petroquímica, la industrialización de corrientes de refinería, carbón y orimulsión, un combustible no convencional hecho a partir de crudo extrapesado para la generación termoeléctrica.
En el escenario presentado por Jiménez la semana pasada se prevé alcanzar una capacidad de producción de crudos en Venezuela, incluyendo la participación con terceros, de 5,5 millones de barriles diarios en 2006, frente a unos 3,7 millones en la actualidad.
El plan establece que PDVSA invertirá en forma directa 2.600 millones de dólares para optimizar su sistema de refinación en Venezuela y adecuarlo a las regulaciones ambientales y exigencias de calidad de los productos nacionales e internacionales.
En tanto, para petroquímica se destinarán 4.700 millones de dólares, con el fin de expandir la capacidad de producción 60 por ciento en seis años.
El sector petroquímico es considerado prioritario por el presidente Chávez, un militar que encabezó un intento de golpe de Estado en febrero de 1992.
Chávez, después de estar preso poco más de dos años por ese levantamiento, pasó a retiro para dedicarse de lleno a la política, pero hace constantes referencias a la vida castrense en sus discursos.
Además, pese a su situación de retiro, pidió un permiso especial para hacer uso del uniforme militar en algunas celebraciones oficiales.
Así, Chávez se ha rodeado de colaboradores procedentes de las filas castrenses, como es el caso del sector energético, y «ha sacado a la calle» a efectivos de las Fuerzas Armadas para «labores de servicio social» de distinto tipo.
El general Lameda llegó a la presidencia de PDVSA sin tener ninguna experiencia previa en la industria petrolera, pero sí cuenta con la gran confianza de Chávez, quien por la importancia de la firma en la economía venezolana aseguró que «tenemos que cuidarla mucho, alimentarla».
Lameda sustituyó en octubre en la presidencia de PDVSA a Héctor Ciavaldini, quien la dirigió por 15 meses y que, a su vez, había reemplazado a Roberto Mandini, tras un pasaje de éste de sólo seis meses iniciado junto al mandato de Chávez. (FIN/IPS/ac/dm/if/01
