/Integración y Desarrollo/ AMERICA LATINA: Alerta de Cepal por recesión en EEUU

El enfriamiento económico de Estados Unidos es más fuerte de lo esperado y crea un cuadro «muy preocupante» para América Latina, dijo el secretario ejecutivo de Cepal, José Antonio Ocampo, quien calculó el crecimiento de la región este año en «3,5 por ciento o menos».

La virtual recesión estadounidense, en el contexto de una compleja coyuntura mundial, obligó a la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) a revisar su proyección de un incremento del producto regional de 3,8 por ciento para este año, formulada en diciembre de 2000.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, señaló que el crecimiento de la economía de su país es nulo, mientras algunos analistas hablan ya de crecimiento negativo, recordó Ocampo al presentar el jueves el informe anual sobre la inserción internacional de América Latina y el Caribe.

La coincidencia del enfriamiento estadounidense con un nuevo debilitamiento de Japón se refleja «en una desaceleración muy fuerte de las economías asiáticas», indicó el secretario ejecutivo de Cepal.

Frente a esta «coyuntura mundial que es muy compleja», América Latina puede contar con algunos «amortiguadores», entre los cuales «señalaríamos especialmente el vigor que sigue mostrando la economía brasileña», dijo Ocampo.

El economista colombiano añadió que en el futuro inmediato serán determinantes tanto la velocidad de las decisiones que adopte Estados Unidos para combatir la amenaza de recesión, como las medidas con que las autoridades de Europa traten de mantener su crecimiento económico.

Ocampo señaló que los bancos centrales de América Latina deben seguir la tendencia de Estados Unidos a la reducción de las tasas de interés, e incluso acentuar las rebajas en aquellos países cuyas economías muestran más síntomas de debilitamiento.

El último pronóstico de Cepal para este año sobre la economía latinoamericana resulta más pesimista que el del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que al concluir el miércoles su asamblea anual en Santiago ratificó, aunque provisionalmente, su estimación de un crecimiento regional de 3,5 por ciento.

Ocampo señaló que crecen a diario las posibilidades de una desaceleración más fuerte de las economías latinoamericanas, sobre todo de aquellas más dependientes de Estados Unidos.

Las mayores amenazas se ciernen así sobre México y América Central, que en los dos últimos años escaparon al impacto de la crisis asiática gracias a su cercanía geográfica y a sus fuertes vínculos comerciales con Estados Unidos.

El informe presentado por la Cepal, una agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas, destaca que las exportaciones latinoamericanas y caribeñas crecieron 20 por ciento en su valor y 11 por ciento en volumen en 2000 respecto de 1999, las tasas más elevadas de la década.

El mayor crecimiento exportador recayó en los grandes productores de hidrocarburos, como Colombia, México y Venezuela, además de Chile.

La economía regional tuvo el año pasado un crecimiento de cuatro por ciento, frente a un incremento de la economía mundial de 4,7 por ciento.

Las únicas regiones que crecieron menos que la latinoamericana fueron Africa y Europa, cada una con 3,4 por ciento, mientras Estados Unidos tuvo una expansión del producto de cinco por ciento.

Cepal señaló que se está lejos de contar con mercados globales en el mundo y que sólo los mercados financieros adquieren ese carácter, mientras los movimientos de trabajadores enfrentan todo tipo de trabas y el comercio, en las áreas de interés para América Latina, continúa sujeto a medidas proteccionistas.

La globalización financiera influyó «positivamente sobre las economías nacionales al permitir su acceso a los medios de financiamiento internacional y a la inversión extranjera directa», consigna el documento.

Pero a renglón seguido advierte sobre el impacto de las últimas crisis financieras internacionales sobre los países en desarrollo más integrados a la economía global.

Este impacto ha sido tan intenso que «la inestabilidad financiera puede llegar a constituirse en una de las características menos auspiciosa de la economía mundial».

Las empresas transnacionales incrementaron notoriamente su participación en las exportaciones regionales de la región, desde 18 por ciento en 1995 a más de 31 por ciento en 1999, superando 30 por ciento en Argentina, Chile, México y Perú.

El informe destaca igualmente el incremento del comercio intrarregional, que en 2000 recuperó el dinamismo perdido en los dos años anteriores. La Comunidad Andina tuvo un aumento de 35 por ciento en su intercambio interno, mientras el incremento fue de 20 por ciento en el Mercosur (Mercado Común del Sur).

Cepal resaltó que la región mantuvo su compromiso con la apertura comercial iniciada mediado de los años 80, pese a un entorno externo desfavorable. América Latina y el Caribe tienen los aranceles más bajos entre los países en desarrollo.

Sin embargo, persisten en el comercio multilateral asimetrías que otorgan una «mayor capacidad negociadora a los países industrializados», lo cual «les ha permitido defender sus intereses nacionales con mayor eficacia que los restantes países», apunta el informe. (FIN/IPS/ggr/mj/if dv/01

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