El grupo terrorista ETA mató hoy al concejal del Partido Socialista Obrero Español, Froilán Elespe Inciarte, en el municipio vasco de Lasarte, 400 kilómetros al norte de la capital.
ETA había intentado un mes atrás asesinar al concejal socialista Iñaki Dubreuil Churruca, de otro municipio vasco, Ordizia, mediante una carga explosiva colocada en de un automóvil estacionado cerca de un lugar por donde debía pasar la víctima.
El atentado falló porque el mando a distancia del explosivo fue detonado antes de tiempo. Dubreuil Churruca se salvó, pero dos trabajadores que se dirigían a su trabajo, José Angel Santos Larrañaga y Josu Leonet Azkona, murieron en el acto.
En Rosas, localidad de Cataluña, comunidad autónoma donde también el nacionalismo es fuerte, ETA asesinó el sábado a un policía local, Santos Santamaría, mediante el estallido de una carga explosiva colocada en un automóvil estacionado y que se detonó a distancia.
La indignación ante estos crímenes entre los partidos políticos es generalizada, con la sola excepción de Euskal Herritarrok, la coalición que apoya y es apoyada por ETA y grupos afines.
Una característica de los últimos atentados es que se dirigen, por lo general, contra personas desarmadas que carecen de escolta, como el concejal asesinado este martes.
El Senado declaró por unanimidad su repudio «por el execrable crimen» del que fue víctima contra Elespe Inciarte. Al mismo tiempo, expresó su «admiración hacia quienes pagan con su vida la defensa de la democracia».
Además, el Senado hizo llegar su apoyo y solidaridad a los vecinos de Lasarte y puntualizaron que «el asesinato es tanto más grave por ser contra un representante del pueblo, elegido en elecciones democráticas».
Las centrales sindicales mayoritarias, Confederación General de Comisiones Obreras (de tendencia comunista) y Unión General de Trabajadores (de tendencia socialista) y organizaciones no gubernamentales convocaron para este miércoles concentraciones públicas en todo el país para repudiar la violencia.
Según una encuesta realizada por el oficial Centro de Investigaciones Sociológicas en enero y febrero, 25 por ciento de los entrevistados en el País Vasco desean la independencia, mientras 59 por ciento apoyan su permanencia como una de las 17 comunidades autónomas de España.
Para 75 por ciento de los encuestados, el terrorismo y la violencia callejera es el principal problema del País Vasco. El segundo es el desempleo.
En 1998, 35 por ciento de la población vasca pensaba que la situación era buena o muy buena. Ese porcentaje se redujo ahora a 26. En cambio, eran 12 por ciento los que en 1998 la consideraban mala o muy mala, que ahora suman 27 por ciento.
El grupo Euskadi ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad en vascuence) surgió en los años 60, bajo la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975).
Desde que España recuperó la democracia, ese grupo sufrió varias escisiones pero continuó cometiendo atentados, a pesar de que las amnistías decretadas en 1977 significaron la libertad de todos sus presos y la legalización de las todas las fuerzas políticas vascas.
Desde la democratización de España, tras la muerte de Franco, ETA dispuso tres treguas o cese de la violencia.
La última, de carácter unilateral, fue decretada el 28 de diciembre de 1998 y se declaró su fin en diciembre de 1999. En ese periodo una delegación del gobierno español se reunió con la cúpula etarra, sin ningún resultado.
Desde el fin de la última tregua, ETA asesinó a 30 personas, entre ellas un fontanero, un cocinero y un vendedor de golosinas, además de políticos del gobernante y centroderechista Partido Popular, del Partido Socialista Obrero Español y del Partido Comunista. (FIN/IPS/td/mj/ip/01
