EEUU-CHINA: Taiwan vuelve a tensar las relaciones bilaterales

La cuestión de Taiwan adquiere nueva relevancia en las relaciones entre China y Estados Unidos ante la próxima visita de un alto funcionario chino a Washington, el aumento del gasto militar de Beijing y la decisión de Washington en abril sobre una solicitud taiwanesa de venta de armas.

«Estados Unidos debería frenar a su caballo salvaje al borde del precipicio», advirtió esta semana el canciller chino Tang Jiaxuan, empleando un proverbio, tras recibir informes de que Taiwan espera poder comprar nuevas armas a Estados Unidos.

La venta de armas, que Taiwan considera esencial para su seguridad y Beijing un obstáculo de Estados Unidos a la reunificación de China con esa «provincia renegada», será una prioridad en la agenda de la visita del viceprimer ministro chino Qian Qichen a Washington, entre el 18 y el 24 de este mes.

La visita será la primera oportunidad de encuentro entre funcionarios de gobierno de China y Estados Unidos desde que asumió en enero la nueva administración de George W. Bush.

Tang formuló su declaración luego de que el ministro de Finanzas Xiang Huacheng anunciara esta semana al parlamento chino, el Congreso Nacional del Pueblo, que China aumentaría su presupuesto militar en 17,7 por ciento este año.

El incremento del gasto de defensa a 17.200 millones de dólares tiene por finalidad ajustar a China a «los cambios en la situación militar mundial y prepararla para la defensa y el combate, dadas las condiciones de la tecnología moderna, en especial la alta tecnología», explicó Xiang.

Taiwan, que pretende comprar a Estados Unidos destructores Aegis, helicópteros Apache y sistemas antimisiles Patriot, protestó contra ese aumento presupuestario y lo consideró una amenaza para Asia.

«La intención de China de acumular armas constituye un motivo de gran preocupación, no sólo para nosotros sino para todos los estados de la región», declaró el martes un funcionario del Ministerio de Defensa de Taiwan.

Taipei espera que Washington apruebe la venta de armas, pero que no las envíe a la isla sino a bases estadounidenses en Guam o Japón, según informes del canal de televisión satelital de noticias de Taiwan.

Más allá de la habitual guerra verbal por Taiwan, sin embargo, el actual debate sobre esa isla que China considera una provincia renegada tiene lugar en un marco de crecientes dudas en Asia sobre algunos aspectos de la política de Washington en la región.

Asia espera ver cómo Estados Unidos enfoca sus relaciones con esta región, y el tratamiento de Washington a Beijing es un elemento clave.

Los vínculos entre Estados Unidos y Asia cayeron en aguas turbulentas en los primeros días del gobierno de Bush, en primer lugar por el plan de Washington de embarcarse en un polémico sistema nacional de defensa contra misiles.

En las últimas semanas, incluso Corea del Sur -un aliado clave de Estados Unidos- se unió a Rusia para manifestar preocupación sobre dicho sistema, con miras a obtener más respaldo de Moscú y Beijing para estimular a Corea del Norte a entablar conversaciones con el Sur.

Así mismo, el presidente ruso Vladimir Putin, en un viaje por Asia destinado a revitalizar la influencia de Moscú en la región, firmó la semana pasada un pacto de «asociación estratégica» con Vietnam.

El lunes, el canciller chino Tang anunció que su país y Rusia firmarían un acuerdo político bilateral, el primero en 50 años.

«No se trata de una alianza ni está dirigido contra ningún otro estado. Es sólo un relacionamiento normal de país a país», aclaró.

Sin embargo, el acuerdo contiene un mensaje en sí mismo, porque tanto Rusia como China han expresado inquietud sobre el unilateralismo de Estados Unidos en los asuntos mundiales.

De hecho, los informes de prensa de China esta semana marcaron un contraste entre la preocupación por la decisión de Washington sobre la venta de armas a Taiwan y la exaltación del «rápido progreso» de las relaciones con Rusia.

Entre tanto, analistas chinos continúan manifestando inquietud por el sistema estadounidense de defensa antimisiles, en especial por la posibilidad de que sea utilizado en beneficio de Taiwan y contra China continental.

El objetivo declarado de Washington de proteger sus fuerzas y aliados en el mundo mediante el sistema antimisiles no tiene lógica, opinó el analista Jin Zeqing este miércoles en el diario China Daily, y criticó el aumento del gasto militar propuesto por Bush para 2001.

«El incremento del presupuesto militar de Estados Unidos y el desarrollo del sistema nacional antimisiles por Bush corroboran la intención de Washington de ser la policía del mundo y poner a los otros países bajo su influencia», escribió Jin.

«Según el razonamiento de Washington, aquellos que se niegan a acatar sus dictados son sus enemigos y deben ser condenados», agregó.

Mientras, los vínculos de Estados Unidos con Japón (considerados el pilar de la seguridad en Asia oriental) también pasan por una etapa difícil tras el hundimiento accidental en febrero de un buque pesquero japonés por un submarino estadounidense. (FIN/IPS/tra-en/js/rl/mlm/ip/01

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