DESARME: ONU debe combatir el tráfico ilegal de armas ligeras

Los países más afectados por el tráfico de armas ligeras, junto a Canadá, la Unión Europea y una coalición de organizaciones no gubernamentales, pidieron a la ONU que tome medidas más eficaces para enfrentar el problema.

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) inició el lunes reuniones preparatorias para una conferencia sobre armas pequeñas y ligeras prevista para julio en Nueva York, en la que los países se comprometerán a un programa de acción elaborado por el embajador de Mozambique, Carlos Dos Santos, quien presidirá el foro.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras no se firmará ningún tratado, pero se iniciará un proceso de negociaciones sobre las licencias para el uso de armas y su marco legal regulatorio.

No obstante, varios países sostienen que el borrador del programa es parcial y no plantea medidas eficaces contra el constante flujo de armas legales al mercado negro. En la sesión del miércoles, Suecia, en nombre de toda la Unión Europea, propuso que el documento fuera más amplio.

«La principal fuente de armas ilícitas es el mercado legal… Para enfrentar con eficacia el mercado ilícito debemos controlar el legal», sostuvo el representante canadiense Robert McDougal.

Por su parte, la colombiana Graciela de Lozano dijo que el programa debe dirigirse a las necesidades de las víctimas, «cuya estabilidad social y económica está amenazada».

«La ONU tiene la oportunidad de marcar una diferencia y prevenir las injusticias que ocurren en el mundo por culpa de las armas pequeñas», afirmó Mereso Agina, del movimiento de mujeres Maendeleo Ya Wanawawake, de Kenia.

«Lamentablemente, algunos gobiernos no están dispuestos a evitar la muerte y la destrucción. Eso es inaceptable», agregó.

Por otro lado, un reducido grupo de naciones, pero con peso político, entre ellas Argelia y China, proponen que la conferencia se concentre en el mercado negro y se dejen de lado las consideraciones sobre factores políticos y sociales.

La coalición de organizaciones no gubernamentales Red Internacional para la Acción contra las Armas Pequeñas criticó el borrador de Dos Santos y pidió más énfasis en las raíces sociales del problema, así como la creación de un nuevo marco jurídico para solucionarlo.

«Es necesario reducir la demanda de armas a través de medidas que promuevan el respeto a los derechos humanos, a la ley y a la gobernabilidad, y estimulen la recuperación económica», señaló la coalición en un estudio crítico del borrador.

Se considera arma pequeña, por lo general, aquella que puede ser llevada por un solo hombre, como los rifles de asalto, los lanzadores de granadas y las bazucas. En el mundo mueren entre 300.000 y 500.000 personas cada año por este tipo de artefactos.

«La conferencia no es un fin en sí misma. Debe servir para reconocer que el control de las armas pequeñas y ligeras debe ser incluido en los programas de desarme, desarrollo y prevención de conflictos», señaló el embajador sudafricano Dumisani Kumalo.

«Los participantes de la reunión hablan de aspectos técnicos y no encaran el verdadero objetivo de las conversaciones, que es garantizar la seguridad de la raza humana», sostuvo el general retirado canadiense Romeo Dallaire, comandante de las tropas de la ONU desplegadas en Ruanda en 1994.

Dellaire es promotor de una iniciativa indepentiente llamada «Los niños primero: La construcción de una red para la acción internacional contra el impacto de las armas pequeñas».

Para el ex militar es neceario dejar claro que el empleo de armas pequeñas contra los niños es «tan detestable» como el de las armas nucleares o químicas.

«La proliferación de armas impide la creación de una sociedad segura. El fácil acceso a ellas, en especial por parte de los niños, fomenta una cultura de impunidad y origina un círculo de violencia», afirmó en un informe.

El trabajo presenta una serie de recomendaciones, basadas en otros estudios gubernamentales e independientes, para controlar el mercado legal de armas «y evitar que terminen en manos de personas no autorizadas». También propone eliminar la ayuda a fuerzas militares que utilicen a niños como soldados.

La reunión preliminar contó con la presencia de portavoces de agencias de la ONU especializadas, entre ellas el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el Alto Comisionado para los Refugiados y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que también serán invitados para la conferencia de julio.

Sus contribuciones revelaron el vínculo directo de la proliferación de armas con problemas de desarrollo y humanitarios.

El control de las armas pequeñas «es una cuestión de derechos humanos. Los estados podrán disminuir su demanda si promueven el respeto a los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales», afirmó Elisabeth Stamatopoulou, del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos,

Por su parte, Larry De Boice, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, señaló que «la proliferación de armas ilícitas evita que se logren las metas de desarrollo». «Por eso, éste también es un problema nuestro», agregó. (FIN/IPS/tra-en/jw/da/rp/aq/ip/01

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