DERECHOS HUMANOS-AFRICA: Iglesias revisan su actitud ante racismo

Las iglesias de Africa revisarán su actitud frente a los conflictos étnicos y raciales del continente para tomar una posición común en la próxima Conferencia Mundial sobre Racismo y Xenofobia que se realizará en Sudáfrica en septiembre.

La responsabilidad de las iglesias en el genocidio de Ruanda en 1994, donde más de un millón de tutsis y hutus moderados fueron masacrados por milicias hutu, llevó a líderes eclesiásticos a realizar una crítica mirada interna.

Representantes del Consejo de Iglesias de Africa se reunirán los próximos días en Kenia para prepararse ante la próxima conferencia mundial, prevista para septiembre en la ciudad sudafricana de Durban.

Examinarán los conflictos religiosos en países como Sudán, donde el gobierno árabe lleva a cabo una guerra contra la población del sur del país, integrada por cristianos y fieles de religiones africanas. El conflicto mató a más de dos millones de personas desde 1983.

También tratarán el problema de Mauritania, donde musulmanes árabes tienen como esclavos a musulmanes negros, aun cuando el Islam no permite la esclavitud entre sus seguidores.

«¿Cuál es la responsabilidad de las iglesias en todo esto?», preguntó el secretario general del Consejo de Iglesias de Africa, Clement Janda, clérigo del sur de Sudán.

«Hoy tenemos problemas en toda Africa. La gente se mata una a otra, la mayoría por diferencias étnicas o raciales. Desde que terminó la guerra fría, ésta es la principal causa de división», afirmó Janda.

El racismo y otras formas de intolerancia, de acuerdo con Janda, cunden por todo el continente, en especial donde las iglesias están asociadas con determinados grupos étnicos por diversos intereses.

La forma dominante de discriminación es el racismo blanco, pero la ola de conflictos entre grupos étnicos negros tiene efectos similares, aun cuando el número de personas que profesan la fe cristiana en Africa aumenta, señaló Janda.

«Cuando las tensiones estallen, cristianos de las mismas religiones preferirán defender su etnia antes que nada. ¿Cómo puede estar bien la iglesia cuando en algunas partes del continente ciertas religiones son igualadas a las fronteras étnicas?», cuestionó.

Se espera que la conferencia de Durban, a diferencia de los intentos anteriores de lucha contra el racismo, logre compromisos concretos para la acción.

Las conferencias contra el racismo de 1978 y 1983 fracasaron debido a las tensiones de la guerra fría. El resultado de ambas reuniones fueron declaraciones generales, antes que compromisos concretos para la lucha contra el problema.

Se espera que, por primera vez, la conferencia de Durban aborde el problema del racismo desde una perspectiva más amplia y ataque sus raíces.

La conferencia también incluirá todas las formas de intolerancia, como xenofobia, nepotismo, discriminación de género y chovinismo tribal.

El presidente del Comité de Derechos Humanos de Sudáfrica, Barney Pityama, calificó la conferencia de Durban como «el desafío más importante en la lucha contra el racismo en el mundo».

«Deberíamos dejar de lado la definición de discriminación porque da una idea leve del problema. El tema fundamental es el racismo. Muchos países no tratarán su composición étnica a pesar de la discriminación y marginación que sufren sus minorías», dijo Pityama.

El apartheid (segregación institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra) y otras formas de discriminación racial desaparecieron de las leyes sudafricanas con la llegada del gobierno democrático en 1994, pero aún permanecen en las iglesias, en la prensa y en la sociedad en general.

Uno de los asuntos que promete más debate en la reunión de Durban es la exigencia de una compensación que plantearán las naciones africanas a Occidente por haber contribuido al racismo.

Autoridades africanas se reunieron en Dakar en enero para preparar una postura común en la conferencia y acordaron que, entre otras cosas, pedirán una reparación a los estados que apoyaron acciones racistas, la esclavitud, la discriminación, el colonialismo y el apartheid.

Los países de Occidente no niegan su responsabilidad en los problemas africanos, pero resisten la idea de una indemnización, pues argumentan que la mayor parte de la culpa la tienen los líderes del continente.

Pero Pityama sostiene que este asunto no debe dominar la discusión, pues podría acabar con los objetivos de la conferencia y hacer que los líderes africanos eludan sus propias responsabilidades. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/rp/aq/hd/01

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