DERECHOS HUMANOS-AFRICA: Campaña contra mutilación femenina

La mutilación genital que sufren dos millones de niñas cada año en Africa urgió a mujeres de ese continente y de Europa a iniciar en la capital de Italia un año de campaña con el fin de que la ONU tome cartas en el asunto.

La Asamblea General de ONU (Organización de las Naciones Unidas) deberá incluir en sus sesiones de 2002 esta cuestión entre sus prioridades, afirmaron.

La conferencia internacional «Propuestas para un cambio», que se reunirá en la Cámara de Diputados italiana organizada por la Asociación Italiana de Mujeres para el Desarrollo (AIDOS), fue presentada este lunes en una conferencia de prensa.

El informe fue presentado por las italianas Emma Bonino, diputada del Parlamento Europeo por el Partido Radical italiano, y Rita Levy Montalcini, premio Nobel de Química, y la presidenta de AIDOS, Daniela Colombo.

También brindaron la conferencia de prensa la sierraleonense Olainka Koso-Thomas, vicepresidenta del Comité Interafricano sobre Tradiciones que Afectan la Salud de Mujeres y Niños en Africa, y la senegalesa Kady Koita, presidenta de la Red Europea contra la Mutilación de los Gentitales Femeninos.

Según la Organización Mundial de la Salud —»que es siempre prudente», aclaró Bonino—, entre 100 y 130 millones mujeres han sido mutiladas y unos dos millones de niñas y adolescentes sufren ese destino cada año en 28 países de Africa central y en Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Malasia, Omán y Yemen.

Debido a las inmigraciones, la tradición se ha extendido a Europa, Australia, Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda.

«La conferencia internacional busca dar a conocer en Italia y Europa los resultados que están logrando estas mujeres africanas y sensibilizar a organismos nacionales e internacionales para que apoyen activa y concretamente sus actividades», dijo Bonino.

La conferencia de prensa comenzó con la exhibición de un video producido por el Comité Nacional de Prácticas Tradicionales de Etiopía que muestra cómo una curandera, con una hojita de afeitar y sin anestesia, secciona el clítoris y los labios de la vulva de una niña etíope que grita y llora inmovilizada por mujeres de la familia.

Finalmente es cosida, dejándole un pequeño orificio para permitir la emisión del fujo menstrual y de la orina. Este tipo de mutilación se llama infibulación o circuncisión faraónica y es típica en las poblaciones de religión islámica en el cuerno de Africa.

«Nadie puede devolver a las mujeres lo que se les arranca. No hay cirugía que pueda reparar el daño», dijo la médica Koso-Thomas, quien hizo hincapié en el caso de las niñas «cuyos derechos humanos son siempre violados».

«Tenía siete años, acababa de ducharme, sin ninguna explicación previa me circuncidaron. A los 14 años dejé Senegal y me fui a Francia, donde conocí todas las formas en que los hombres discriminan a las mujeres», recordó Koita.

«Tuve dos hijas e, ignorante aún, respetuosa de una tradición, acepté que fuesen mutiladas. A los 20 años empecé a reflexionar», dijo.

«Es inaceptable mutilarnos para satisacer la necesidad de algunos hombres, que instauraron esto para que lleguemos vírgenes al matrimonio y luego seamos fieles a nuestro marido», afirmó Koita, que ahora trabaja para defender de esta práctica a las hijas de africanos que emigaron a Europa.

Son muchas las razones aducidas para justificar esta tradición que, a pesar de ser practicada en comunidades musulmanas, no es mencionada en el Corán.

Según algunos defensores de la mutilación genital femenina, la operación aumenta la fertilidad de las mujeres, a pesar de que expertos demostraron que la intervención puede provocar esterilidad.

Otros creen que el primogénito puede morir al nacer si la cabeza toca el clítoris durante el parto. Pero las mujeres mutiladas suelen tener mayores dificultades en el momento del parto, y esas circunstancias favorecen la muerte del hijo, de la madre o de ambos.

AIDOS reclamó la creación de un fondo fiduciario que sea administrado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población y que proporcione a las mujeres africanas la asistencia que necesitan, dijo Colombo.

«En el transcurso de los últimos 15 años de actividades es mucho lo que ha cambiado, como la aprobación de un código de conducta aprobado por todos los países africanos e, incluso, que 12 de esas naciones hayan prohibido la práctica», agregó la activista.

«Estas mujeres han conseguido involucrar a líderes religiosos, médicos, cirujanos africanos, jefes de tribu, curanderas que se comprometen a no operar más y que, concretamente en Gambia, mantengan la ceremonia del pasaje de una niña a la adolescencia pero sin mutilarla», informó Bonino.

«Estaré con ustedes cada día de la vida que me queda y dedicaré todo mi tiempo a esta lucha», dijo, por su parte, Levi Montalcini.

La científica informó que los recursos de su Fundación —creada con el dinero del premio Nobel— están dirigidos a instruir a las mujeres, en particular a las africanas.

«El analabetismo destruye a la mujer, pero serán ellas las que salvarán al continente africano. La instrucción es la base de todo y sé muy bien lo que se logra mediante la financiación de microproyectos», concluyó.

Bonino lamentó que, aunque los avances sean alentadores, «aún hay demasiado por hacer y está no podrá ser la última conferencia sobre el tema». (FIN/IPS/rg/mj/hd pr/01

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