COREA DEL SUR: Reconciliación con Pyongyang en dificultades

La muerte de Chung Ju Yung, fundador del poderoso grupo empresarial sudcoreano Hyundai e impulsor de la integración con Corea del Norte, se sumó a otros hechos políticos y económicos perjudiciales para el proceso de reconciliación entre Seúl y Pyongyang.

El magnate falleció a causa de una neumonía la semana pasada en Seúl, a los 85 años de edad y con una legendaria trayectoria de audaces y exitosas iniciativas, que lo convirtieron en la persona más rica de Corea del Sur.

Sin embargo, su fortuna había decrecido en los últimos tiempos, y murió menos de un año después de que el Grupo Hyundai se desmembrara debido a disputas familiares.

Chung Mong Hun, el quinto hijo de Chung Ju Yung, quedó a cargo de la compañía madre, Ingeniería y Construcción Hyundai, y también de Hyundai Asan, formada para impulsar la apertura del mercado norcoreano a filiales de firmas de Corea del Sur.

Otros dos hijos del magnate quedaron a cargo de las compañías que producen motores y buques, y de otros negocios del grupo.

Ahora Chung Mong Hun tiene grandes dificultades para mantener a flote los negocios que heredó y el proyecto de su padre para impulsar las relaciones económicas con Corea del Norte, que allanó el camino para el acercamiento diplomático entre los dos gobiernos de la península coreana.

El nuevo presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha expresado su escepticismo en relación con la política de reconciliación con Pyongyang impulsada por el presidente sudcoreano Kim Dae Jung en los últimos años, por la cual Kim recibió el año pasado el Premio Nobel de la Paz.

Por otra parte, Hyundai Asan afronta dificultades económicas, ya que su proyecto de visitas turísticas de sudcoreanos al monte Kumgang, en la costa oriental de Corea del Norte, tuvo resultados muy inferiores a los esperados.

Desde el lanzamiento de ese proyecto, en noviembre de 1998, Hyundai Asan ha pagado a Pyongyang 356 millones de dólares, pero sólo ha tenido ingresos de 240 millones de dólares, señaló Kim Yun- Gyu, presidente de la firma.

En la actualidad, «Hyundai Asan paga 12 millones de dólares por mes a Corea del Norte, y debería tener por lo menos 50.000 clientes por mes para no perder dinero», explicó.

Sin embargo, sólo unas 10.000 personas realizan cada mes, en promedio, los viajes turísticos al monte Kumgang, y desde el lanzamiento del proyecto el total de viajeros ha sido 230.000, en vez de los 500.000 previstos, indicó.

Gestiones realizadas en los últimos meses para que Pyongyang cobrara menos a Hyundai Asan no tuvieron éxito, pero las cosas cambiaron tras la muerte de Chung Hu Jung, y Kim Yung-Gyu anunció el sábado que había recibido una aprobación tácita al pedido de pagar sólo seis millones de dólares por mes a Corea del Norte.

El mismo día, una delegación enviada por Corea del Norte a Seúl rindió homenaje al magnate fallecido, lo cual constituyó un acontecimiento sin precedentes desde la división de Corea en 1953.

El gesto expresó la gratitud del presidente norcoreano, Kim Il Jong, y su voluntad de seguir adelante en el proceso de integración económica intercoreana.

La continuidad de ese proceso exigirá respaldo del gobierno sudcorerano, al cual Bush ha colocado en una posición difícil.

Kim Dae Jung visitó Washington a comienzos de este mes, y en esa ocasión el presidente estadounidense afirmó que Pyongyang no ha cumplido acuerdos firmados en 1994 para abandonar su programa nuclear.

Eso debilitó la política de reconciliación de Seúl, que condujo a la histórica reunión de los dos presidentes de la península coreana en junio del año pasado.

Inciativas estadounidenses y sudcoreanas han tratado de atenuar el impacto negativo causado por las declaraciones de Bush.

Treinta integrantes del estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo de expertos en asuntos asiáticos del gobernante Partido Republicano y el opositor Partido Demócrata, instó a Bush a actuar con mayor flexibilidad para reanudar pronto el diálogo con Pyongyang sobre el cese de su programa nuclear.

El presidente debería brindar «total apoyo» a la política de reconciliación de Seúl, y abstenerse de acciones que modifiquen en forma unilateral los acuerdos clave de 1994 con Pyongyang, afirmaron los especialistas en una carta abierta a Bush.

El lunes, Kim Dae Jung nombró ministro de Relaciones Exteriores a Han Seung-soo, ex embajador sudcoreano en Estados Unidos, y ministro de Unificación (con Corea del Norte) a Lim Dong-won, uno de los principales artífices de la política de reconciliación.

Esos nombramientos fueron interpretados como una ratificación de la política en relación con Corea del Norte y un esfuerzo por mejorar los vínculos con Washington.

Funcionarios sudcoreanos opinaron que el endurecimiento de la posición estadounidense fue una de las causas de que Pyongyang haya suspendido en los últimos días la realización de reuniones previstas con ministros de Corea del Sur, y enlentecido en general el ritmo de los contactos intercoreanos.

El Consejo Nacional Cristiano de Corea del Sur dio a conocer el día 21 una declaración en la cual criticó la posición de Bush y afirmó que las declaraciones del presidente estadounidense habían aumentado la tensión en la península coreana.

Tras la reunión de Kim Dae Jung y Bush en Washington, Pyongyang lanzó una intensa campaña de propaganda antiestadounidense en los medios de comunicación, y amenazó con desconocer los acuerdos de 1994.

Sin embargo, Seúl confía en que Kim Il Jong visite Corea del Sur en esta primavera (boreal), como está previsto.

Ochenta por ciento de los consultados en una encuesta realizada en febrero por el diario sudcoreano Hangere opinaron que esa visita contribuiría a mejorar las relaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte y consolidar la paz en la península coreana. (FIN/IPS/tra-eng/amy/ral/ip if/00

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