CAFE-PERU: Crisis de una actividad alternativa a la droga

El hundimiento de los precios internacionales del café puede provocar en Perú el regreso de muchos campesinos a la siembra ilegal de coca, advirtió un especialista en asuntos de la selva amazónica, donde los narcotraficantes obtienen su materia prima.

«El precio de la hoja de coca ha subido a dos dólares por kilo, de modo que es posible que muchas de las plantaciones ilegales que fueron abandonadas dentro de la política de promoción de cultivos alternativos sean rehabilitadas en los próximos meses», dijo el experto, Roger Rumrrill.

Raúl del Aguila, presidente de Junta Nacional del Café, que representa a los campesinos, tostadores y comercializadores, coincidió con Rumrril y pidió medidas de emergencia al gobierno de Valentín Paniagua.

«Si el gobierno no pone en práctica un plan de contingencia, la mayoría de los productores (de café) abandonarán sus plantaciones para dedicarse a otra cosa», señaló Del Aguila.

«En muchas zonas productoras se paga el café pergamino entre 42 centavos y 57 centavos de dólar el kilo, precios que apenas cubren 60 por ciento del costo de producción», aseguró.

Perú tendrá este año una cosecha de 160.000 toneladas de café, un ligero incremento respecto de 2000, cuando se obtuvieron 155.000 toneladas, de acuerdo con cálculos de la Junta Nacional.

«Lo malo es que esa mayor producción significará una mayor pérdida. El año pasado, las pérdidas llegaron a 102 millones de dólares, pero en el presente año superarían los 148 millones», destacó Del Aguila.

El precio internacional del café cayó este mes a su nivel más bajo de los últimos siete años, a pesar de los esfuerzos de los productores por reducir su oferta para mejorar las cotizaciones.

La variedad arábiga que exporta Perú se cotizó esta semana en Nueva York a 61 dólares el saco de 46 kilos, frente a 90 dólares hace seis años.

Pero a ese valor deben descontarse 10 dólares, una sanción que fue impuesta en 1991 a este país por incumplimiento de entregas, falta de homogeneidad del grano y diferencias entre las muestras y el café efectivamente vendido. De modo que el café peruano se vendió a 51 dólares.

La Asociación de Países Productores de Café acordó en septiembre retener 20 por ciento de su oferta exportable para aliviar la presión de los inventarios acumulados.

En aplicación de ese compromiso, Brasil, el mayor productor mundial, retuvo 120.000 toneladas de café, y Colombia, el segundo, recortó 25.000 toneladas de su oferta.

Pero esos sacrificios no repercutieron favorablemente en los precios, no sólo porque los inventarios son excesivos, sino también porque la cosecha de café aumentó en Brasil y Colombia.

La producción mundial de café alcanzará este año a 6,9 millones de toneladas, como consecuencia del mayor rendimiento de las plantaciones jóvenes de Brasil y de favorables condiciones climáticas en Colombia, anunció el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Esas previsiones contribuyeron al desplome del precio internacional.

Del Aguila demanda un aporte del gobierno peruano de 30 millones de dólares «para abrir una línea de crédito destinada al mantenimiento de las plantaciones y a la mejora de la calidad del producto».

«Con una producción relativamente poco significativa en el mundo, nuestra capacidad de negociación es reducida», observó Del Aguila. «Nuestra estrategia para obtener mejores precios debe ser aprovechar ciertos nichos del mercado, como el del café orgánico», es decir, cultivado sin abonos químicos.

«En Estadios Unidos, Suecia y Holanda se paga un sobreprecio de 25 por ciento por ese tipo de café. El año pasado logramos ventas de café orgánico por nueve millones de dólares» y los ingresos por ese concepto pueden superar este año «los 12 millones», indicó.

Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y México, países latinoamericanos productores de café, «han adoptado programas de contingencia. Perú es uno de los pocos que no ha tomado ninguna medida» de respuesta a la crisis de los precios, advirtió Del Aguila.

Perú tiene un producción de café poco significativa en el plano mundial, alrededor de tres millones de sacos de 46 kilos, frente a la producción conjunta de Brasil, Colombia, Vietnam e India, que suma 74 millones de sacos.

Los ingresos por exportación de café fueron de 230 millones de dólares en 2000, frente a ventas totales del país por 4.500 millones.

Pese a su escasa participación en el comercio exterior, el café tiene importancia social y política en Perú, porque se trata del cultivo legal de mayor peso en la selva, una región que ocupa más de 50 por ciento del territorio del país.

«La mayor importancia del café es, sobre todo política, porque es la alternativa mas atractiva, hasta el momento, para conseguir que los campesinos productores de coca abandonen dicho cultivo ilegal», señaló el periodista Reynaldo Trinidad, editor de la revista Agro Noticias.

Unas 130.000 familias trabajan en las plantaciones de café de Perú. Mientras, en el momento de auge del cultivo ilegal de la coca, a comienzos de los 90, se estimaba que 346.000 familias se dedicaban a sembrarla.

La DEA (agencia antidrogas) de Estados Unidos calculó que la superficie sembrada de coca disminuyó desde entonces a 40 por ciento, y se considera que la cantidad de familias en esa actividad se redujo en igual medida.

La caída de la producción de coca se debió al debilitamiento de los precios, y también tuvo influencia la rentabilidad alcanzada por los cultivos alternativos, entre los que se cuentan las frutas, el anís y la palma aceitera, además del café. (FIN/IPS/al/ff/dv/01

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