BRASIL: Accidente petrolero agrava déficit comercial

Las explosiones en una plataforma petrolera marítima, que dejaron un muerto, un herido grave y nueve desaparecidos el jueves en Brasil, tendrán impacto en la balanza comercial ya deficitaria, en un momento de incertidumbre económica regional.

La plataforma P-36 producía 84.000 barriles diarios de petróleo en la Cuenca de Campos, unos 200 kilómetros al nordeste de Río de Janeiro, pero su capacidad podría llegar a un máximo de 180.000 barriles. Es la mayor del mundo, según la empresa estatal Petrobrás, su propietaria.

Para sustituir la producción perdida de la P-36 por crudo importado, el país gastará por lo menos 35 millones de dólares mensuales, según analistas del mercado, y si se mantiene la cotización actual del crudo.

Brasil aumentó mucho su extracción petrolera en las dos últimas décadas, pero no alcanzó aún la autosuficiencia.

Cerca de la quinta parte de su consumo depende de importaciones, constituyendo uno de los rubros de mayor peso en el déficit comercial, que desde enero acumula 556 millones de dólares.

El presidente de Petrobrás, Henri Phillippe Reichstul, previó pérdidas de unos 400 millones de dólares para la empresa.

La plataforma P-36 costó 354 millones de dólares, pero está cubierta por seguros internacionales.

La construcción se inclinó 30 grados luego de las tres explosiones del jueves, pero la lentitud con que se hunde alienta esperanzas de recuperación, la cual es «técnicamente factible», según el secretario de Industria Naval y Petróleo, Wagner Victer.

El problema es el grave daño a la imagen de Petrobrás, además de la caída de la producción. Es difícil que Sergio Barbosa, el herido, sobreviva, pues sufrió quemaduras en 98 por ciento de su cuerpo, advirtieron los médicos.

Tampoco se espera hallar sobrevivientes entre los nueve desaparecidos, admitió el coordinador de Petrobrás en la Cuenca de Campos, Carlos Eduardo Bellot.

En los tres últimos años, 81 personas murieron debido a accidentes en distintas unidades de la empresa, denunció la Federación Unica de Petroleros, el sindicato de trabajadores de Petrobrás.

Más de 80 por ciento de los muertos no eran empleados de Petrobrás, sino de empresas que le prestan servicios. La política adoptada por la compañía estatal, de reducir su personal propio y tercerizar tareas, puede ser el origen de tantos accidentes, según Antonio Spis, ex presidente de la Federación.

El personal de Petrobrás pasó de 58.000 empleados a 34.000 en la actualidad, tras los despidos masivos resueltos desde 1995, observó Fernando Siqueira, presidente de la Asociación de Ingenieros de Petrobrás.

Eso supone mayor cantidad de trabajadores tercerizados, sin experiencia ni capacitación necesaria, explicó el ingeniero. Además, la prisa impidió una mejor preparación de la P-36 antes del inicio de su operación hace 10 meses, impidiendo una mayor familiaridad de los funcionarios con los equipos, señaló.

Petrobrás afronta también los daños de sucesivos desastres ambientales ocasionados por grandes derrames de petróleo, como los ocurridos el año pasado en la Bahía de Guanabara, de Río de Janeiro, y en el río Iguazú, del estado de Paraná.

En la P-36 hay 1,3 millones de litros de combustible diesel que pueden escapar y contaminar las aguas aledañas. Pero el riesgo es casi nulo, aseguró Reichstul. El petróleo extraído no ofrece riesgos, porque se interrumpió la operación.

El accidente conmocionó el país en un momento de tensión también en el mercado financiero, ante las amenazas externas de la crisis argentina y el riesgo de recesión en Estados Unidos y Japón.

La cotización del dólar, en alza hace dos semanas, alcanzó hasta 2,14 reales este viernes, un nivel alcanzado sólo hace dos años, luego de la crisis financiera brasileña que obligó el gobierno a devaluar fuertemente la moneda y adoptar el cambio flotante, en enero de 1999.

El mercado financiero brasileño se agitó ante la demora del nuevo ministro de Economía argentino, Ricardo López Murphy, en anunciar medidas para superación del estancamiento y las dificultades fiscales de su país.

Además, se espera una fuerte resistencia política que podrá agravar los problemas argentinos, que repercuten inmediatamente en Brasil, ya que ambos son socios en el Mercado Común del Sur, además de vecinos.

La economía de Brasil es considerada en buena situación actualmente, pero numerosos economistas le apuntan gran vulnerabilidad externa, debido al desequilibrio de su balanza de pagos que la hace demasiado dependiende de inversiones extranjeras.

Eso se agrava por el déficit comercial, no superado pese a la gran devaluación de la moneda brasileña desde 1999 y que ahora tiende a agravarse por la necesidad de mayor importación de petróleo. (FIN/IPS/mo/mj/if en/01

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