(Arte y Cultura) ARTES: La mera ciencia no basta para comprender el mundo

La suficiencia de los instrumentos de la ciencia para aprehender la complejidad de la naturaleza es puesta en entredicho por la artista y pedagoga española María Novo, realizadora de una exposición en la sede de la Unesco en la capital francesa.

La muestra propone la posibilidad de que la humanidad complemente la observación científica con los recursos del arte y de la filosofía, para obtener una visión más completa del universo que incluya el respeto del ambiente.

La exposición abierta el martes en el foyer de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) une filosofía, poesía, pintura y ciencia.

Se trata de un viaje a través de la naturaleza, desde el universo infinitesimal del microcosmos, pasando por la dialética inquietante del caótico orden del mundo, hasta la incomprensible eternidad sideral.

Bajo el título «Ciencia, arte y medio ambiente», María Novo demanda del observador humildad para aceptar sus propios límites, y generosidad para intuir comportamientos posibles, que no nazcan de la coja racionalidad de la ciencia, a fin de concebir actitudes colectivas coherentes con el mundo. Un nuevo humanismo, en suma.

Para muestra, un poema: «A nosotros/ paseantes de la vida,/ que quisimos entenderla/ y, al fin,/ nos conformamos con amarla.»

La exposición, abierta al público hasta el 20 de marzo, es parte de la campaña de la Organización de Naciones Unidas (ONU) preparatoria de la Conferencia Mundial del Medio Ambiente, que se realizará en 2002 en Sudáfrica.

La conferencia de la ONU evaluará el estado de implementación de la Carta de la Tierra y otros acuerdos sobre ambiente y biodiversidad adoptados en Río de Janeiro en 1992.

Parte de la exposición «Ciencia, arte y medio ambiente» es también un seminario que se celebrará en Alicante, España, en septiembre.

«Las perspectivas que la ciencia puede tener sobre la naturaleza son, por necesidad, limitadas. Las ventanas del científico solo se abren sobre una parte del paisaje pero no pueden abarcar el universo», dijo María Novo en París a IPS.

Novo entiende por «ventanas» la observación científica, limitada por la propia estrechez del ser humano, sea como observador directo o a través de instrumentos, como microscopios, o de análisis químicos o físicos.

La artista espanola estima que esta estrecha perspectiva, aunada a la frecuente arrogancia de los investigadores, han provocado catastrofes.

«Lo vemos en estos días en Europa con la crisis de la alimentación. Los científicos nos hicieron creer que era posible actuar contra la naturaleza. Así, convertimos a animales herbívoros como las vacas en caníbales al alimentarlas con harina animal, con el resultado que todos sabemos», dijo.

Algo similar puede ocurrir con los organismos modificados genéticamente, y que son combatidos por agricultores tradicionales, agregó.

Novo pidió a los científicos recuperar la humildad perdida y reconocer que frecuentemente las ancestrales prácticas de los campesinos encierran una sabiduría más completa y digna de ser tomada en cuenta.

María Novo acompañó sus lienzos y poemas con citas de numerosos filósofos y poetas que han reflexionado sobre la ciencia. El resultado es un «collage» a veces hilarante y siempre inspirador sobre la toma de conciencia de los más sesudos pensadores sobre sus propias limitaciónes cognitivas.

Las citas recorren desde Sócrates («La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades») pasando por Max Weber («La ciencia funciona como un mapa de carreteras: te puede decir como se va de un lugar a otro, pero no te dice adónde ir») hasta Ludwig Wittgenstein («De lo que no se puede hablar, lo mejor es callarse») complementado por Félix de Azúa («… y pintarlo!»).

La exposición «Ciencia, arte, medio ambiente» puede ser comprendida como un holograma. Cada aspecto, sean las pinturas o los poemas de María Novo o los aforismos de filósofos, puede ser tomado como su centro de origen, desde el cual su particular universo se expande caótica y sistemáticamente hasta el infinito.

Así la ve Luz Poso, escritora española e integrante de la Real Academia Gallega: «Orden y desorden, azar e incertidumbre, tiempo e historia, son temas estimulantes con los que forcejea la ciencia. María Novo crea un mundo en su arte para ellos», dijo

La artista y pedagoga española coopera con Unesco hace 20 años, en calidad de directora de cátedra de Educacion Ambiental, y dirige también el programa de maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid.

Novo es además autora de 13 libros, entre ellos «Bases para una estrategia española de educación ambiental», editado por el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza, y posee doctorados en filosofía y en ciencias de la educación.

Novo es también precursora del llamado «ecoarte», punto de confluencia de los universos hasta ahora paralelos de la ciencia y del arte, y cuyo objeto es la concepción de un nuevo humanismo que defenda el ambiente.

Gustavo López Ospina, responsable de la exposición en nombre de Unesco, considera que el concepto de «ecoarte» anticipa las líneas maestras del arte, de la ciencia y la cultura del siglo XXI.

«La eliminación de fronteras reales o imaginarias, el mestizaje de personas, culturas y formas del conocimiento, la aceptación de la unidad en la diversidad. Ojalá ciencia y arte desarrollen, como lo propone María Novo, vías para el encuentro final, para el abrazo fructífero en la producción conjunta de conocimiento,» dijo López Ospina.

Y concluyó: «Y ojalá nosotros sepamos aprovechar» esas vías «para contribuir a mejorar el medio ambiente y a paliar los problemas del mal desarrollo.» (FIN/IPS/jg/mj/cr/01

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