(Arte y Cultura) ARQUEOLOGIA-EEUU: Tierras ancestrales indígenas a la venta

Miles de hectáreas de tierras indígenas están a la venta en Estados Unidos, mientras tribus y arqueólogos intentan comprarlas para evitar que allí se construyan proyectos inmobiliarios o que se saqueen sus riquezas ancestrales.

Más de 100 sitios que antes pertenecieron a pueblos indígenas – muchos viven en vastas reservas en el sudoeste del paíss—, albergarían ahora a apartamentos o centros comerciales si no fuera por la organización Conservación Arqueológica (CA) de Albuquerque, en el estado de Nuevo México.

«CA facilitó nuestra compra de una aldea ancestral que fue víctima de las aplanadoras y pertenecía a manos privadas», declaró Malcolm Bowekaty, gobernador de la tribu Zuni, de Nuevo México.

«Fue muy frustrante ver cómo la gente desenterraba huesos o excavaba el terreno en busca de objetos indígenas antiguos. No podíamos costear las medidas para detenerlos», agregó.

Los saqueadores buscan vasijas prehistóricas que venden por 20.000 dólares o más a los coleccionistas. «Los objetos antiguos, por lo general, terminan en importantes centros comerciales como Nueva York, Los Angeles, Zurich y Tokio», apuntó Mark Michel, presidente de CA.

Las leyes estadounidenses prohíben la excavación de restos humanos y ruinas aborígenes sin un permiso arqueológico. Sin embargo, la mayoría de esos sitios se encuentran en terrenos privados tomadas hace cientos de años cuando los colonos blancos se trasladaron al oeste.

En estados como Nuevo México, donde es habitual escuchar el idioma navajo por la radio, existen más de 150.000 sitios arqueológicos documentados.

«Algunos de los lugares que compramos son bien conocidos por las tribus locales», explicó Jim Walker, director de la región sudoccidental de CA. «Sin embargo, otros cientos se perdieron en la memoria después que los indígenas fueron desalojados a la fuerza de sus tierras o emigraron».

Los gobiernos tribales recurren a muchos métodos para recuperar sus tierras, incluso an las secciones de avisos clasificados de la prensa.

Una mujer de Colorado publicó un aviso de venta de una ruina anasazi próxima al centro turístico de Chaco-Canyon, una antigua aldea de piedra llena de pictografías.

La propiedad incluía seis habitaciones y numerosas «kivas», o sitios ceremoniales religiosos. La propiedad, que se vendía por 89.000 dólares, incluía muchos objetos antiguos, según su vendedora.

CA la adquirió por la mitad del precio y la preservó para realizar estudios arqueológicos. Los anasazi son considerados antepasados de los Pueblos Indios del Sudoeste. Anasazi significa «pueblo antiguo» en idioma navajo.

Si bien las tribus sudoccidentales de los hopi, zuni, cochiti y yavapai-apache expresaron interés en poseer sus tierras ancestrales, solo hay un caso de terrenos devueltos a sus anteriores propietarios y dejados intactos por científicos.

En septiembre, CA trabajó con el departamento arqueológico de los zuni para recuperar 80 hectáreas de propiedad de la hacienda Box-S, situada cerca del poblado indígena. «Trabajamos para lograr la restitución de esas tierras durante los últimos 15 año», dijo Bowekaty.

«El pueblo zuni llevó a cabo la iniciativa por sí mismo, a través de sus propios arqueólogos», precisó Jonathan Damp, director del programa sobre patrimonio zuni. Afortunadamente para la tribu, sólo 10 por ciento del terreno de kivas y lugares fúnebres fue saqueado.

El lugar es utilizado ahora con fines educativos y forma parte del Museo del Patrimonio Zuni. «Es una restitución muy importante para nosotros. Reclamar cualquier terreno, sobre todo uno con especial significado cultural como ese, es muy importante», dijo Kirk Beemis, residente del pueblo zuni.

Para un forastero desinformado, algunas de esas aldeas sólo parecen una colección de rocas en un espacio abierto. No obstante, otras tienen paredes de cinco metros de altura o cimientos de poblados enteros todavía intactos.

«Actualmente, las tribus se dedican a la administración de los terrenos o a buscar fondos para comprarlos», indicó Walker.

En el pequeño y pintoresco pueblo de Cornville, Arizona, situado cerca de las místicas Rocas Rojas en forma de cúpula, un terrateniente privado posee las ruinas de una aldea antigua perteneciente a la cultura sinagua, y decidió levantar una casa en el lugar.

El hombre construyó un camino y los vecinos iniciaron vigilias a la luz de velas en señal de protesta. Uno de los manifestantes fue acusado de sabotear una de las máquinas usadas para construir la carretera hacia las ruinas históricas. Al final, el dueño de la propiedad desistió.

Hopis y apaches ayudaron a recaudar el dinero para comprar la propiedad junto con CA y luego celebraron en las calles. El titular de los hopi, Vernon Masayasua, dijo que la compra no sólo fue positiva para los indígenas estadounidenses sino también para la gente de Cornville.

«Lo consideramos un sitio Hopi, pero no habríamos podido comprarlo nosotros solos», reconoció el director de preservación cultural de la tribu, Leigh Kuwanwisiwma.

CA ha salvado lugares en todo el país. Hace poco adquirió una cadena de poblados sepultados bajo tierra que pertenecieron a los séneca-iroqueses, en el estado de Nueva York.

«Muchos séneca-iroqueses volvieron a las tierras donde están enterrados sus antepasados», dijo Robert Dean, un descendiente de iroqueses que vive en Nueva York.

«Es importante comprender las enormidad de la zona en que habitaba nuestra gente», dijo Petuuche Gilbert, una activista que da conferencias sobre derechos índígenas en todo el país.

«La cantidad de lugares que encontramos sólo demuestran cuánto tiempo hemos estado aquí. Debemos proteger esas tierras sagradas de los constructores y saqueadores», afirmó. (FIN/IPS/tra-en/kr/da/ego/aq/hd cr/01

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