Avances en el vínculo político de América Latina con la Unión Europea (UE) y en los nacientes esquemas de cooperación con Asia-Pacífico, así como nuevas iniciativas prodemocráticas, marcaron las reuniones de cancilleres del Grupo de Río que finalizaron hoy en la capital chilena.
Cancilleres y vicecancilleres de los 19 países miembros del Grupo de Río sostuvieron esta semana en Santiago su vigésima reunión.
Luego participaron en el décimo encuentro conjunto con los ministros de Relaciones Exteriores de la UE y finalmente en la primera sesión plenaria ministerial del Foro América Latina-Asia del Este, que finalizó este viernes.
Esta ciudad de cinco millones de habitantes se convirtió así en el epicentro diplomático del Grupo de Río, principal foro de consulta política de América Latina, cuya cumbre de presidentes se celebrará también en Santiago en agosto.
Esta instancia, creada en 1986 como heredera de los grupos de Contadora y de Apoyo a la Paz en América Central, se integra hoy por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Cuba es el único estado latinoamericano excluido del Grupo de Río, no obstante lo cual la isla caribeña ingresó como miembro al Foro América Latina-Asia del Este (FALAE), en una decisión de consenso que incluyó también en este nuevo organismo de Costa Rica y El Salvador.
La reunión de cancilleres del Grupo de Río fue en alguna medida el preámbulo latinoamericano para la tercera Cumbre de las Américas, que se realizará a fines de abril en Quebec, Canadá, con la participación de 34 de los 35 países del continente. Cuba tampoco participará allí.
Si bien la cita de gobernantes en Canadá tendrá como asunto central el propósito de anticipar las negociaciones para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en el orden del día de Quebec estarán presentes también otras preocupaciones, tanto económicas como políticas.
El primer ministro de Perú a cargo de la cancillería y ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, logró el respaldo del presidente de Chile, Ricardo Lagos, a la Carta Democrática que su gobierno someterá a la aprobación de la Cumbre en Quebec.
La iniciativa peruana apunta a que la Cumbre de las Américas adopte una suerte de cláusula democrática, al estilo del propio Grupo de Río y del Mercado Común del Sur, para prevenir rupturas abiertas o indirectas del sistema representativo, como ocurrió precisamente con el régimen de Alberto Fujimori en Perú.
«Toda agresión a la democracia en un país miembro del Grupo de Río constituye un atentado en contra de los principios que fundamentan la solidaridad de los estados americanos», señala la declaración final que los cancilleres suscribieron en Santiago.
Los ministros resolvieron incluir el debate sobre la cláusula democrática en la agenda de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que sesionará en junio en San José de Costa Rica.
Los cancilleres del Grupo de Río abordaron así mismo el complejo problema de las intervenciones humanitarias, en procura de armonizar criterios entre la soberanía de un país y la reacción internacional «cuando se producen catástrofes o situaciones que ponen en peligro la vida de las personas».
La vicecanciller de Colombia, Clemencia Forero, anunció que las intervenciones humanitarias serán analizadas en profundidad en un seminario que el Grupo de Río organizará en mayo en Santiago.
Los cancilleres expresaron preocupación por el empeoramiento de los indicadores sociales en varios países de la región y reiteraron que la forma política más eficiente para afrontar estos problemas pasa por el reforzamiento de los sistemas democráticos y del estado de derecho.
La reunión con los cancilleres de la UE tuvo un marcado acento en la cooperación internacional, tanto en la esfera de la llamada nueva economía, como en el enfrentamiento conjunto de las amenazas no militares a la convivencia internacional.
En la cita se renovaron los propósitos de fortalecer los vínculos políticos entre Europa y América Latina, pero no hubo señales significativas de progreso para los nuevos tratados de integración económica que el Mercado Común del Sur y Chile negocian con la UE.
En el escenario de crisis internacional, la reunión en Santiago dejó en tácita evidencia que la UE opta por esperar un mayor margen de definiciones desde la Organización Mundial de Comercio antes de asumir compromisos con otras áreas del mundo.
La primera sesión plenaria del FALAE fue calificada de hecho histórico. Según la canciller chilena Soledad Alvear, «hace solo algunos años parecía una quimera lo que hoy se está logrando aquí: la construcción de un puente entre América Latina y Asia del este».
El foro fue establecido en 1998 por Chile y Singapur como una instancia de diálogo.
Los miembros de FALAE en representación del Asia oriental son Australia, Birmania, Brunei, Camboya, Corea del Sur, China, Filipinas, Indonesia, Japón, Laos, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia y Vietnam.
«Esta reunión ministerial marca una nueva fase en la elaboración de lazos entre el Asia del Este y América latina», subrayó el canciller de Singapur, Shunmugan Jayakumar.
La reunión concluyó este viernes con la creación de tres grupos de trabajo y la aprobación de un documento marco para la institucionalización del foro que reúne a 30 países.
El grupo de trabajo político-cultural estará dirigido por Singapur y Chile, el económico-social por Japón y Perú y el de educación y tecnología por Australia y Costa Rica.
FALAE acordó realizar una reunión de Altos Oficiales del foro en Colombia en 2002 y la próxima reunión plenaria de cancilleres en Filipinas en 2003. (FIN/IPS/ggr/mj/ip if/01
