AMBIENTE-BRASIL: Sequía causa daños por partida doble

El gobierno de Brasil prepara un programa preventivo para contener el consumo de energía a partir de abril, cuando la ciudad de Sao Paulo, la mayor del país, dispondrá el racionamiento del agua debido a la escasez de lluvia.

Con estos anuncios negativos los brasileños celebran este jueves el Día Mundial del Agua, fijado por la Organización de las Naciones Unidas en 1992 para destacar la necesidad de cuidar ese recurso natural, ya insuficiente en muchas partes del mundo.

Brasil es uno de los países privilegiados, pues concentra 11,6 por ciento del agua dulce superficial existente en el mundo. Pero 70 por ciento se ubica en la Amazonia, donde vive solo siete por ciento de la población nacional.

Además, la eventual escasez de lluvias tiene doble impacto en el país, dado que afecta el suministro tanto de agua y como de electricidad. Noventa por ciento de la generación depende de centrales hidroeléctricas.

Se prevé que la sequía que afecta las regiones centro-oeste, el Noreste y el sureste del país desde el año pasado provoque una crisis energética en Brasil a partir de mayo, cuando empiece el período seco que se prolongará hasta septiembre.

Es la peor sequía de los últimos 40 años, según José Mario Abdo, presidente de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica, el órgano regulador oficial.

Para evitar la necesidad de racionamiento, la agencia prepara «un plan preventivo de racionalización» del consumo, a ser puesto en marcha en abril, anunció Abdo.

Una campaña alentará a la población a ahorrar electricidad. Mientras, las autoridades negociarán con industrias y otros grandes consumidores una reducción de la demanda, a la vez que elevarán al máximo la generación de centrales termoeléctricas y nucleares.

El objetivo es utilizar el mínimo posible los embalses en las regiones críticas, donde el nivel de las aguas se sitúa en 34,7 por ciento de la capacidad total. La meta es elevar ese nivel entre 10 y 13 puntos porcentuales en lo que queda del periodo lluvioso, que termina usualmente a fines de abril.

El suministro se normaliza y se eliminan los riesgos cuando los embalses alcanzan 49 por ciento de su capacidad a fines de abril, calculó Mario Santos, coordinador del Operador Nacional del Sistema Eléctrico, entidad privada que controla la integración entre varias empresas generadoras, transmisoras y distribuidoras.

Pero la población de grandes ciudades, como Sao Paulo y Brasilia, podrían sufrir también un racionamiento de agua.

Eso será inevitable en la región metropolitana de Sao Paulo, admitió el gobernador del estado homónimo, Geraldo Alckmin. En algunos barrios se recortará la distribución probablemente a partir de abril, tras una campaña contra el desperdicio.

El consumo de agua por persona en Sao Paulo asciende a entre 180 y 200 litros diarios, mientras la Organización Mundial de Salud considera suficiente un volumen de 120 litros, argumentó el gobernador.

De todas formas, la región metropolitana de Sao Paulo ya convive con escasez hídrica hace mucho, por concentrar 17 millones de habitantes en una planicie elevada con manantiales insuficientes y dañados por exceso de contaminación.

Durante los años más secos, gran parte de esa población tiene que soportar algunos días de la semana sin suministro.

En el caso de Brasilia, la capital planificada e inaugurada en 1960 con el objetivo de llevar desarrollo y población al interior del país, se instaló en una región más carente aun de recursos, donde la humedad del aire baja a veces a niveles del desierto del Sahara durante el invierno.

Las autoridades de recursos hídricos aprovechan la actual crisis de abastecimiento de agua y energía para estimular actitudes de preservación y consumo responsable.

El Ministerio de Medio Ambiente destacó su programa de descontaminación de las cuencas hidrográficas, para asegurar la disponibilidad de agua en el futuro.

Para regular el uso de ese recurso natural y evitar su despilfarro y uso irracional, se aprobó en 1999 la creación de la Agencia Nacional de Aguas, que inició sus actividades el año pasado. Por la ley, el agua empezará pronto a ser pagada por los usuarios.

Pero el país afronta en esa área el rezago en su sistema de saneamiento básico, con tratamiento de sólo 10 por ciento de su desague urbano e intensa contaminación de los ríos.

La privatización, como forma de superar las insuficientes inversiones públicas en el sector, no avanzó por falta de definiciones sobre la competencia estadual o municipal en materia de saneamiento.

Un proyecto de ley fue enviado al Congreso para dirimir la cuestión, pero su aprobación exigirá mucho tiempo, ante las polémicas sucitadas. (FIN/IPS/mo/mj/en dv/01

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