AFGANISTAN: Expertos de India temen más destrucción de reliquias

Arqueólogos indios temen que el movimiento fundamentalista islámico Talibán, que gobierna la mayor parte de Afganistán desde 1996, destruya más reliquias tras el ataque con cañones contra dos estatuas de Buda de los siglos II y V, realizado en Bamiyán, 130 kilómetros al norte de Kabul.

La destrucción de reliquias preislámicas, que el Talibán considera ídolos prohibidos por las normas musulmanas, fue ordenada por el mulá (autoridad religiosa) Mohammed Omar, jefe de ese movimiento, y afectó el fin de semana a las estatuas de Buda de Bamiyán, que eran las más altas del mundo.

Los expertos del servicio de Estudios Arqueológicos de India (ASI) temen ahora en especial por numerosas representaciones escultóricas de dioses griegos en el antiguo asentamiento griego de Aikhanoum, cerca del río Oxus, indicó el arqueólogo indio R. Sengupta.

Sengupta dirigió durante nueve años, hasta fines de los años 70, a un equipo del ASI que restauró las estatuas de Buda en el valle de Bamiyán y ganó reconocimiento internacional por su labor en Afganistán, en ese entonces una monarquía.

El actual primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, era en esa época ministro de Relaciones Exteriores, y presidió la ceremonia de entrega a las autoridades afganas de las estatuas restauradas.

«Quienes gobiernan Afganistán en la actualidad no pueden ser considerados auténticos musulmanes, porque los actos que han cometido sólo pueden ser obra de personas incultas», dijo Vajpayee el domingo, durante la inauguración de una represa en el estado occidental indio de Punjab.

El Talibán trata de convertir al mundo en un gran campo de batalla mediante «actos de barbarie», añadió.

El actual ministro de Relaciones Exteriores indio, Jaswant Singh, había ofrecido a Kabul reubicar y preservar las gigantescas estatuas de Buda, de 53 y 36,5 metros de altura, talladas en una abrupta ladera rocosa que flanquea el valle de Bamiyán.

«Si el Talibán no desea retener ese patrimonio, India estaría feliz de participar en acuerdos para su transferencia al conjunto de la humanidad, con pleno conocimiento y clara comprensión de que se trata de tesoros pertenecientes, en primer lugar y ante todo, al propio pueblo afgano», había enfatizado el canciller.

Según informes provenientes de Kabul, milicias del Talibán dispararon con artillería pesada, incluyendo armas antiaéreas, contra las estatuas de Bamiyán, construidas cuando el budismo floreció en esa región.

Un académico alemán que visitó Bamiyán hace pocos meses había informado que los antiguos centros budistas de Hadda y Ghazni fueron destruidos con topadoras por orden del Talibán, indicó Sengupta.

«Una página de la historia de la civilización mundial ha sido arrancada», comentó M.N. Deshpande, ex director general del ASI.

El Dalai Lama, líder religioso exiliado de Tibet y considerado una reencarnación de Buda por los creyentes, afirmó que las estatuas de Bamiyán eran un «tesoro mundial» y habrían tenido «utilidad económica» para los pobladores de esa región, como atracción turística.

La bibliografía académica india sobre las reliquias de Bamiyán es amplia e incluye la obra «Historia del budismo en Afganistán», de C.S. Upasak, en la cual se describe la implantación de esa religión en el actual territorio afgano, cuando éste era dominado por el emperador indio Chandragupta, de la dinastía Maurya.

El libro cuenta que varias figuras históricas trataron de destruir las estatuas de Bamiyán, ubicadas sobre la famosa «Ruta de la Seda» por la cual se llevaba ese producto, entre ellas Gengis Khan, fundador del imperio mogol en el siglo XII, y Aurangzeb, gobernante de India en la Edad Media, quien dispuso que se disparara contra ellas con cañones.

Francesc Vendrell, subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas y jefe de su misión especial en Afganistán, informó al canciller del Talibán, Wakil Ahmad Muttawakil, de la indignación mundial ante el plan de destrucción de reliquias, durante una reunión en Kabul a comienzos de este mes que duró tres horas.

Vendrell dijo a Muttawakil que llevar a cabo ese plan implicaría un retroceso en los esfuerzos del Talibán para ser reconocido como legítimo gobierno de Afganistán, informó el propio subsecretario general.

La orden de destruir los monumentos ni siquiera fue bien recibida en Pakistán, uno de los tres países que reconocen al Talibán como gobierno de Afganistán, junto con Arabia Saudita y Emiratos Arabes Unidos.

El portavoz del Talibán, Sayeed Rahamtullah Hashmi, dijo que la destrucción de las estatuas de Bamiyán fue una represalia contra la demolición de la mezquita medieval de Babri, en la ciudad septentrional india de Ayodhya, que llevaron a cabo fanáticos hindúes en diciembre de 1992.

El único contacto oficial de Nueva Delhi con el Talibán desede 1996 se produjo en diciembre de 1999, cuando un avión de Aerolíneas Indias fue secuestrado y levado a Kandahar, al sur de Afganistán, por insurgentes musulmanes de Cachemira, cuyo territorio disputan India y Pakistán desde hace medio siglo.

En aquela ocasión, Singh debió trasladarse a Kandahar en compañía de tres insurgentes cachemiros liberados por Nueva Delhi, para entregarlos a representantes del Talibán en canje por el avión y las 154 personas que viajaban en él y habían sido tomadas como rehenes. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/mu/mp/cr ip/01

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