ACUICULTURA-PERU: Langostinos sometidos a prueba de ADN

Los langostinos cultivados en el departamento de Tumbes, en la costa norte de Perú, serán sometidos a pruebas de ADN en busca de especímenes resistentes a la «mancha blanca», epizootia que llevó a la crisis a esta actividad exportadora.

Los tipos de langostinos identificados por la prueba de ADN como resistentes al virus de la mancha blanca se usarán luego para repoblar los ahora diezmados estanques de crianza y reproducción. En su época de auge, el sector daba empleo directo e indirecto a unas 23.000 personas.

El Ministro de Pesquería, Ludwig Meier, anunció el día 27 la difusión de una cartilla de recomendaciones a los productores y trabajadores para cambiar la metodología de crianza, con el propósito de a evitar en el futuro el contagio de la mancha blanca u otros virus en los criaderos.

Los cambios en la construcción y manejo de los estanques de cultivo que serán recomendados en la cartilla demandarán una inversión que oscila entre 65.000 y 115.000 dólares anuales por hectárea, según Patricia Tizón, presidenta de la asociación de empresarios langostineros.

«Hasta ahora la inversión de capital de trabajo y activo fijo era de 25.000 a 37.000 dólares por hectárea, de modo que la producción se encarecerá y será menos competitiva internacionalmente», agregó.

El ministro Meier prometió a los empresarios y trabajadores del sector ayuda del gobierno para financiar las inversiones.

La explotación de los langostinos, que aprovecha las ventajas naturales de las costas y los esteros de Tumbes, es la esperanza más firme de desarrollo en ese departamento, 1.500 kilómetros al norte de Lima y vecino a Ecuador.

El langostino es un crustáceo decápodo (de 10 patas) muy apreciado por la cocina internacional. Su precio oscila en torno de los siete dólares por kilogramo. Esta actividad dio origen en las últimas dos décadas a una importante industria exportadora en Ecuador y Perú

Ecuador dedica 175.000 hectáreas en la provincia de Esmeraldas a la crianza de esta especie, y exporta no sólo ejemplares adultos para el consumo humano sino también larvas destinados a criadores de otros países.

En Perú, la producción de langostinos para la exportación se concentra en Tumbes, donde los estanques creados mediante aislamiento de porciones de playa suman 3.500 hectáreas. Allí se producían en 1998 siete millones de kilogramos.

La mancha blanca redujo la producción a menos de 400.000 kilogramos el año pasado y eliminó a la mayoría de las empresas. En las 500 hectáreas que se mantienen en actividad, la producción en cada estanque se aproxima a 20 por ciento del promedio de 1998.

Al parecer, el virus de la mancha blanca procede de Asia. Llegó primero a Ecuador y luego se extendió a Perú, traído en las larvas adquiridas en ese país o portado por las aves que se alimentan de los crustáceos, según Mateo Salas, del Departamento de Sanidad Animal del Instituto del Mar del Perú (Imarpe).

La enfermedad, no transmisible a los seres humanos, se caracteriza por la aparición de manchas blancas en la caparazón y causa pérdida de apetito en los crustáceos afectados, 65 por ciento de los cuales muere.

«No existen antibióticos ni tratamiento para combatir los virus instalados en los langostinos. Sólo nos queda aprender cómo se comporta esta plaga y adoptar medidas correctivas para impedir su propagación», comentó Salas.

En Ecuador, la mancha blanca causó pérdidas de casi 1.000 millones de dólares en los últimos dos años.

En Perú, la epizootia redujo la producción de langostinos de siete millones de kilogramos en 1998 a menos de 400.000 el año pasado, y las exportaciones de 50 millones de dólares anuales a tres millones.

La crisis de la mancha blanca también redujo 92 por ciento la cantidad de empleos directos y 90 por ciento los indirectos. O sea que se perdieron unos 20.000 puestos de trabajo.

En 1999, cuando comenzó la epizootia, el sobrevuelo sobre los estanques de aves que avistaban a los langostinos muertos flotando en las aguas constituían un alerta a los criadores para proceder a una «saca» (captura) inmediata.

De ese modo, salvaban los langostinos sobrevivientes que podían y los procesaban para exportarlos de inmediato.

Los criadores pueden recurrir desde enero al laboratorio instalado en Tumbes por el Imarpe para realizar el examen de ADN (ácido desoxirribonucleico) de algunas muestras para detectar la presencia de la mancha blanca en los distintos estanques.

El Imarpe advirtió que, mientras se procura mejorar la resistencia determinada genéticamente de la especie mediante esta selección artificial, los estanques de crianza de langostinos no contaminados deberán ser llenados con aguas tratadas y no con agua de mar o procedente de esteros, como hasta ahora. (FIN/IPS/al/mj/sc dv/01

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