VIETNAM: Mujeres pagan con ganas el precio de la belleza

El mayor poder adquisitivo en Vietnam permite que muchas mujeres acudan a cirujanos plásticos y salones de belleza para mejorar su aspecto.

Van, una madre primeriza, sabe todo acerca de los beneficios de amamantar a su bebé y conoce los avisos sobre la prohibición de la leche en polvo.

Sin embargo, y aunque aún produce leche, Van prefiere alimentar a su hijo con una fórmula infantil manufacturada, y no porque crea que sea mejor para la criatura.

"Amamantar puede ser mejor pero no tengo tiempo para mi bebé", dijo Van, de 24 años. "No quiero que mis senos se vuelvan fláccidos", reconoció a la larga.

La vanidad es sinónimo de la moderna mujer vietnamita, según observadores. En efecto, ahora las mujeres de este país comunista son muy conscientes de su aspecto, después de décadas de haber escuchado que sus físicos importaban poco y que la medida de la belleza estaba en la adhesión al partido

Van, por ejemplo, es sólo un caso entre muchas madres vietnamitas que ignoraron la recomendación oficial para amamantar y, por el contrario, alimentan a sus hijos con el biberón para conservar la belleza de sus senos.

Los observadores también notaron el aumento de las mujeres que van a los cirujanos plásticos, legítimos y clandestinos, en un esfuerzo para "mejorar" sus condiciones físicas y seguir pareciendo jóvenes.

Nguyen Xuan Ai, director del Instituto Asiático de Cirugía Estética, calculó que la cantidad de mujeres que buscan "mejorar su belleza" subió más de 200 por ciento. Señaló que sólo su instituto atiende un promedio de 175 clientes mensuales.

Ai y otros cirujanos plásticos menos calificados pueden estar agradecidos a las reformas económicas de Hanoi por su pujante negocio. Con la economía de mercado muchos vietnamitas están en condiciones de utilizar su dinero para embellecerse.

Ya pasaron los años de privaciones. Ahora impera la autoindulgencia y la gente quiere sentirse bien consigo misma. Para las mujeres, eso significa tener buen aspecto. "Mujeres de todas las edades y orígenes nos visitan", comentó una enfermera del Centro de Cirugía Plastica Hoan My.

"Sin embargo, las mujeres entre 30 y 50 años de edad representan 60 por ciento del total", apuntó.

Nguyen Thi Mai Huong, de 43 años, explica por qué decidió someterse a una operación para aumentar el tamaño de sus senos.

"La crianza de tres hijos afeó mis senos de modo que decidí operarlos. Hacerse más bella no sólo es para una misma sino también por la seguridad del trabajo, del marido y la gente en torno a una", dijo.

No obstante, otros piensan que las mujeres sólo quieren copiar a las actrices que aparecen en películas populares realizadas en Hong Kong y Corea del Sur, que remplazaron a los viejos filmes de propaganda masiva.

Además de parecer jóvenes, estilizadas y con pieles satinadas, esas actrices muestran narices más respingadas que el promedio de las mujeres vietnamitas. Por ese motivo, no sólo las clínicas sino también los salones de belleza reciben cada vez más clientas.

Los gimnasios y centros deportivos son frecuentados por muchas mujeres, especialmente después del horario de oficinas. Ai piensa que cada vez más mujeres recurren a la cirugía estética porque pueden pagarla.

"El precio para cambiar el aspecto se ha hecho más posible para los bolsillos de los vietnamitas a medida que aumenta su poder adquisitivo", explicó el médico. Comparado con los precios en Estados Unidos y Japón, la cirugía plástica en Vietnam "es muy barata", aseguró.

Sin embargo, eso no quiere decir que esas operaciones dejen intactos los ahorros de la gente. En Ho Chi Minh, por ejemplo, una cirugía correctiva en el rostro oscila entre 35 a 71 dólares, el salario mensual de un empleado.

El implanto de siliconas en los senos puede llegar a costar 2.143 dólares. Lo que más preocupa a las autoridades no son los gastos excesivos por "frivolidades", sino la proliferación de cirujanos y salones de belleza que practican operaciones ilegales y provocan severos casos de infecciones y desfiguración.

Ai es uno de los 10 cirujanos plásticos del país y tiene más de 20 años de experiencia. "La cirugía estética en este país es joven todavía y no está muy controlada", comentó. De los 300 institutos de belleza en esta ciudad, sólo 28 cuentan con permiso del departamento municipal de salud.

La policía de Ho Chi Minh detuvo a personas que afirmaban poder corregir narices y hacer trasplantes de senos. Aunque ella no apeló a esas operaciones "al instante", Nguyen Thi Mai Huong admitió que hubo riesgos en la intervención que le practicaron en los senos.

No obstante, afirmó que se sometió al bisturí sólo después de haber pasado un año buscando un cirujano "confiable" y experimentado. "Conozco muy bien las posibles consecuencias adversas que puede causar la cirugía estética", dijo.

"Pero todo tiene un precio, especialmente para la belleza. Lo importante es estar bien informada y no hacer caso de rumores y propaganda", expresó. (FIN/IPS/tra-en/tdtl/ccb/ego/aq/cr/01

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