TANZANIA: Refugiados huyen de violencia política en Zanzíbar

El principal partido opositor de Tanzania denunció que más de 280 personas murieron en las islas de Zanzíbar en enfrentamientos con la policía y mientras intentaban huir a la vecina Kenia, aunque el gobierno asegura que los muertos fueron sólo 23.

La violencia se desató el fin de semana luego de que el opositor Frente Cívico Unido (CUF) llamó a protestar contra el presunto fraude de las elecciones del año pasado que llevaron al actual presidente Amani Karume al poder en Zanzíbar. Los manifestantes exigían nuevos comicios.

Pemba y Unguja, las dos islas de Zanzíbar, yacen en el Océano Indico frente a la tierra firme tanzania. Son semiautónomas, con su propio presidente y parlamento, pero el CUF pretende una mayor autonomía, y muchos de sus habitantes exigen la independencia.

Según el CUF, la cifra de muertos aumentó cuando se descubrió una fosa colectiva con más de 150 cadáveres, aunque el gobierno negó la existencia de la misma. El partido opositor sostuvo que helicópteros militares también abrieron fuego contra refugiados que pretendían huir a Kenia.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional denunció el martes el exceso de fuerza utilizado por las autoridades tanzania, y calificó la violencia de «horrorosa».

Entre los refugiados en Kenia hay 14 legisladores de Zanzíbar. La crisis política en el territorio se atribuye a la constitución anticuada y a la comisión electoral controlada por el gobernante partido Chama Cha Mapinduzi (CCM).

Zanzíbar se integró a Tanganica para formar la República de Tanzania en 1964.

«El CCM no ve la necesidad de que se repitan las elecciones en Zanzíbar. Eso significa que no hay espacio para el diálogo entre las dos partes», señaló Michael Okema, analista político radicado en Dar es Salaam, la capital.

«El CUF cuestiona la legitimidad del gobierno del CCM. Este tipo de situación brinda el terreno perfecto para los disturbios civiles», dijo.

El gobierno insiste en que el CUF está integrado por «algunos elementos terroristas que buscan la revancha de la revolución de 1964» que acabó con siglos de dominio árabe en las islas.

«Los objetivos del CUF son contrarios a los principios de la democracia», declaró el vicepresidente Omar Ali Juma al semanario independiente keniano East African.

«No respetan la Constitución ni el gobierno del país. Por esa razón quieren crear un estado permanente de caos para dar la impresión de que el país es ingobernable», agregó.

La mayoría de los partidarios del CUF son musulmanes de origen árabe que viven en la isla de Pemba, conocida por sus cultivos de clavo de especia. La zona es una de las de menor desarrollo del país, sin electricidad ni agua corriente.

Pero el presidente del CUF, Ali Lipumba, uno de los detenidos por las protestas, encuentra que la situación se parece a las masacres de Sharpeville y Soweto en los años 60, cuando el antiguo régimen racista de Sudáfrica culpó a las víctimas de la matanza.

«Los poderosos siempre culpan a las víctimas. Tenemos ejemplos vívidos de la Sudáfrica del apartheid. Esto también se aplica a los regímenes dictatoriales», dijo Lipumba.

Organizaciones de derechos humanos señalan que la respuesta internacional a la crisis política ha sido insuficiente, dada la magnitud de las violaciones en el país de Africa oriental.

«Es una vergüenza, ya que Tanzania es la sede de un tribunal internacional de criminales de guerra», comentó Davinder Lamba, del Consejo Ejecutivo de la Convención Nacional, de Nairobi.

Tanzania es la sede del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado en 1994 para juzgar a los responsables del genocidio que costó la vida hasta a un millón de personas en ese país.

Tanzania se caracterizó por la paz interna y la estabilidad política, atribuida en gran medida al gobierno de su primer presidente, Julius Nyerere, quien abandonó voluntariamente el poder en 1985.

Nyerere, que murió de cáncer en 1999, había asumido el poder en 1964.

El descontento político de los últimos tiempos se debe a que grupos separatistas de Zanzíbar sostienen que ésta proporciona gran parte de las divisas que recibe el país por la exportación de clavos de especias y el turismo, sin obtener nada a cambio.

La tensión política en las islas se desató por primera vez durante las elecciones generales de 1995 en las que venciera Salmin Amour. Los dirigentes del CUF se negaron a reconocer la legitimidad del gobierno local de Amour, lo cual provocó incidentes y la detención de numerosos opositores.

La violencia y las protestas del CUF por presunto fraude electoral tambié caracterizaron los comicios del año pasado, en los que ganó Karume. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/aq/ip/01

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