Kenia recibe más de 100 refugiados por día que huyen de la vecina Tanzania desde que la cruenta represión de manifestaciones opositoras causara 37 muertes hace más de tres semanas en la región semiautónoma de Zanzíbar.
«La manifestación del 27 de enero era pacífica. Sólo estábamos caminando cuando la policía empezó a disparar. Dijeron que queríamos atacar la estación de policía, pero todas las estaciones estaban muy lejos», explica Jamis Abeid Omar, que huyó de la isla de Pemba, perteneciente a Zanzíbar.
«Cuando empezaron a matar a la gente, huí y me oculté en el bosque durante tres días. Caminé 80 kilómetros hasta que pude subirme a un barco dirigido a Shimoni. La policía sigue buscándome para matarme», aseguró.
Omar es un activista político del principal partido opositor de Tanzania, el Frente Cívico Unido (CUF). El grupo exige nuevas elecciones locales en Zanzíbar tras los comicios de octubre y noviembre considerados fraudulentos por observadores internacionales.
«El mundo sabe que las elecciones no fueron justas. Los soldados recogieron las urnas de votación antes del escrutinio. Entonces anunciaron la victoria de los legisladores que preferían», dijo Rashid Seif Suleiman, otro refugiado.
El gobernante partido Chama Cha Mapinduzi (CCM) retomó el poder en noviembre, a pesar de las acusaciones de abuso policial y fraude electoral. El CUF sostiene que es la segunda vez que perdió debido a elecciones fraudulentas.
El CCM declaró ilegales las manifestaciones que organizó el CUF en todo el país el 27 de enero. No obstante, miles marcharon por las calles de todo el país. Al menos 37 personas murieron en enfrentamientos con la policía.
Los peores incidentes se produjeron en la isla de Pemba, mayoritariamente partidaria del CUF.
Suleiman describe lo ocurrido esa noche. «La policía invadió la zona, irrumpieron en las casas, rompiendo las puertas con piedras y ladrillos. Golpearon a los moradores, preguntándoles donde estaban los hombres».
«A mi esposa la golpearon y robaron antes de liberarla. Se llevaron dinero y oro de muchas de las casas de la aldea», dijo.
Según los refugiados, el CCM entregó a la policía listas de activistas del CUF. Estos son detenidos por participar en una manifestación ilegal.
«Son perseguidos sin descanso», afirmó Salim Abdullah Hamad, legislador del CUF perteneciente al distrito de Mtambwe. Hamad es uno de los 14 legisladores opositores refugiados en Shimoni. «Todos los detenidos son castigados, algunos de ellos baleados. Otros son llevados a la cárcel y golpeados allí», agregó.
«Hasta hace una semana se escuchaban gritos de personas que eran torturadas en una prisión en Pemba. Todos los integrantes del CUF tienen miedo de permanecer allí», indicó.
«Si volvemos, estoy seguro de que seremos encarcelados, con el fin de acallar a los testigos», agregó. El gobierno tanzanio quiere matar a los activistas del CUF porque teme que atestigüen en su contra en un tribunal internacional, explicó.
Los refugiados, en su mayoría hombres, están desesperados por volver a sus hogares. «No hago nada aquí más que quedarme acostado y pensar en mi familia, esperando que un día pueda volver sano y salvo», dijo Hamad.
Pero antes de volver, los refugiados exigen la liberación de todos los manifestantes detenidos y la visita a la isla de observadores extranjeros para confirmar que no tendrán problemas.
En el campamento de refugiados, muchos de ellos duermen a la intemperie, ya que no alcanzan las tiendas. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) les proporciona arroz y frijoles dos veces al día.
Más de 1.500 personas comparten cuatro letrinas, lo cual representa un grave riesgo de salud.
ACNUR busca un sitio más grande para albergar a los refugiados. «Si esto sigue así, no sería raro que llegaran 4.000 refugiados en los próximos dos meses», dijo el funcionario Hassan Dagane.
Aunque la situación sea pasajera, el futuro no parece promisorio. El gobierno tanzanio ignora los reclamos del CUF y de la comunidad internacional para celebrar nuevas elecciones.
El gobierno declaró que no dialogará con el CUF hasta que este acepte al oficialista Amani Karume como nuevo presidente de Zanzíbar.
Suleiman dijo que eso sería absurdo, y considera que se producirán más muertes.
«La crisis continuará. (Zanzíbar) no podrá ser gobernado. Nosotros (en el CUF) somos muchos. Somos la mayoría. ¿Cómo podrá gobernar el oficialismo?», dijo. (FIN/IPS/tra-en/ks/mn/aq/ip/01
