SALUD-NIGERIA: Leprosos ya no pueden ni mendigar

Los pozos de la carretera entre Ore y Benín, en Nigeria, permitían a miles de leprosos pedir limosna a automovilistas obligados a pasar lentamente por el lugar. Pero el gobierno reparó el tramo en cuestión y acabó con la fuente de ingresos de la mayoría de esos enfermos.

En la actualidad sólo queda una decena pidiendo junto a la carretera, próxima al lazareto de Ossiomo, 300 kilómetros al sudeste de Lagos, la capital comercial del país. La mayoría de los automovilistas pasan rápidamente, ignorando los pedidos de ayuda de los leprosos.

«He estado pidiendo limosna aquí desde hace más de cinco años. Las cosas eran buenas antes, pero desde que la carretera fue reparada por el gobierno no ha sido lo mismo», dijo el leproso David Osaro.

La mayoría de sus compañeros se trasladaron a la carretera de Benín a Asaba, la principal hacia el oriente del país, señaló. Otros abandonaron el lazareto cuando la cantidad que recibían por limosnas ya no era suficiente para vivir.

«El gobierno no nos cuida. No tengo a dónde ir. Me quedo en el lazareto y vengo a este lugar por la mañana. Algunos viajeros buenos aún se detienen y a veces nos dan dinero», dijo Osaro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en Nigeria viven cerca de un millón de los más de 15 millones de pacientes de lepra en el mundo.

La lepra, también conocida como la enfermedad de Hansen, es curable. Se trata de una enfermedad contagiosa, causada por una bacteria con un período de incubación entre cinco y 20 años.

La bacteria suele atacar las vías respiratorias superiores y se extiende al rostro, las uñas, las extremidades y los testículos. Se encuentra en fluidos corporales como lágrimas, esputo y flujos nasales y vaginales.

En 1981, la OMS desarrolló una terapia que combina los medicamentos dapson, rifampicina y clofazimina, y que mata a la bacteria, cura al paciente y previene la posibilidad de adquirir resistencia a los fármacos.

La OMS señaló que los casos de lepra en el mundo disminuyeron 84 por ciento y que el número de países donde la enfermedad sigue siendo un problema de salud disminuyó de 122 a 24 en los últimos 20 años.

No obstante, la enfermedad sigue siendo una amenaza en zonas endémicas como Africa subsahariana y algunos países asiáticos.

El gobierno nigeriano colabora con organizaciones internacionales que combaten la lepra para erradicar esta enfermedad contagiosa en el país.

Cinco organizaciones no gubernamentales -la Fundación Damien de Bélgica, la Asociación de Ayuda contra la Lepra, de Alemania, la Misión Internacional contra la Lepra, de Gran Bretaña, la Asociación de Ayuda contra la Lepra, de Holanda, y la Fundación de Salud Sasakawa- ayudan al gobierno en este país de 120 millones de habitantes.

En 1989 el Programa de Control Nacional de Tuberculosis y Lepra contabilizó más de 200.000 casos nuevos de lepra, pero la cifra había caído a 20.000 casos a fines de 1994, en gran medida debido a la distribución de fármacos a los pacientes.

Funcionarios del Programa de Control explicaron que su meta era reducir el número de casos a menos de 10.000 para 2000, de acuerdo con las metas de la OMS. Las cifras correspondientes al año pasado aún no se divulgaron.

Pero activistas de la salud creen que el gobierno no hace bastante para rehabilitar a los pacientes de lepra.

«La lepra es un problema grave de salud en Nigeria. Se pueden ver muchos pacientes pidiendo limosna, a lo largo de las carreteras», dijo Sam Andy, del Centro de Salud y Acción para la Investigación de Benín, capital del estado de Edo, 460 kilómetros al sudeste de Lagos. (FIN/IPS/tra-en/to/mn/aq/he/01

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