SALUD: La OMS contra la epilepsia, la enfermedad secreta

Médicos de cuatro países en desarrollo serán entrenados en el diagnóstico y tratamiento de la epilepsia en el marco de la campaña internacional liderada por la OMS contra esta enfermedad.

Unos 50 millones de personas sufren ese trastorno neurológico en todo el mundo, pero menos de 20 por ciento reciben tratamiento, la gran mayoría en los países industrializados.

Cada año se registran dos millones de nuevos casos y 85 por ciento de los enfermos viven en países en desarrollo.

La campaña, encabezada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y dos organizaciones no gubernamentales, la Liga Internacional contra la Epilepsia y la Oficina Internacional para la Epilepsia, se inspira en el lema «Salir de la sombra», e ingresa en su segunda etapa.

La epilepsia es considerada todavía en numerosos lugares del mundo como un estigma, y los enfermos y a veces también sus familiares y allegados soportan discriminación en la comunidad, el trabajo, la escuela y el hogar.

La primera fase de la campaña, iniciada en 1997, se concentró en la difusión de información y en la educación.

Las acciones correspondientes a la segunda etapa se desarrollarán en Argentina, China, Senegal y Zimbabwe.

Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS, dijo que el esfuerzo se propone mejorar el tratamiento, la prevención y la aceptación social de la epilepsia.

Después de la primera fase, más gente sale de la sombra y habla de la dolencia, dijo, en una rueda de prensa en Ginebra, Carol D'Souza, una enferma integrante de la filial de Mumbay (ex Bombay) de la Asociación India de Epilepsia.

D'Souza percibió los primeros síntomas del trastorno cuando tenía 11 años y fue instruida por su familia para que lo conservara como un secreto.

Durante un largo periodo, incluso cuando trabajaba como secretaria, guardó bajo sigilo la enfermedad y solo rompió la reserva después de casarse. Hasta el matrimonio nunca recibió tratamiento.

El mayor desafío de los sanitaristas consiste en demitificar la epilepsia para que la gente comprenda que no tienen nada de sobrenatural, observó Derek Yach, director ejecutivo de la OMS encargado de salud mental.

La campaña se propone convencer a los gobiernos de que la epilepsia puede ser tratada y que el tratamiento es asequible, precisó la holandesa Hanneke de Boer, presidenta de la Campaña Mundial contra la epilepsia.

El tratamiento cuesta entre uno y dos dólares por mes, una cifra que en algunos países puede ser inalcanzable, admitió de Boer. Sin embargo, advirtió, la visita a los curanderos tradicionales es mucho más cara que esas medicinas.

El programa que se aplicará en Argentina, China, Senegal y Zimbabwe incluye una evaluación del número de personas enfermas. Luego se brindará adiestramiento a médicos, enfermeras y agentes de organizaciones no gubernamentales sobre métodos de diagnóstico y de tratamiento.

Un informe de la Oficina Panamericana de la Salud, filial regional de la OMS en América, dijo que 3,5 millones de los cinco millones de enfermos de esa región no reciben tratamiento.

Ninguno de los 30 países de América Latina y el Caribe tiene una política nacional para la epilepsia. En Africa subsahariana hay un neurólogo cada cuatro millones de personas, dijo la OMS.

El programa de la Campaña Mundial contra la Epilepsia tendrá un costo de 4,6 millones de dólares, de los cuales menos de 300.000, alrededor de siete por ciento, se destinarán a gastos de la secretaría. El resto se invertirá en tareas en el terreno.

La OMS recordó que las repercusiones físicas, psicológicas y sociales de la epilepsia son profundas. La escolarización insuficiente de los niños enfermos es habitual. El desempleo es entre dos y tres veces superior entre epilépticos.

La característica más extendida es que las personas enfermas tienden a ocultar su dolencia. La epilepsia contribuye al aislamiento social, disminuye la autoestima y puede conducir a la depresión y al suicidio, previno la OMS.

El mal se desencadena, especialmente en las personas predispuestas, a raíz de una enfermedad o un traumatismo cerebral, de infecciones como meningitis o encefalitis, de una enfermedad vascular, de un tumor o del abuso del alcohol.

En los países en desarrollo, entre las causas más comunes de epilepsia figuran las enfermedades parasitarias prevenibles, la malnutrición y una asistencia inadecuada en el momento del parto (FIN/IPS/pc/mj/he/01

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